08 Mar Si nosotras paramos, se para el mundo
Jaulas por Leila Guerriero
¿Qué es el 8 M?
La historia se remonta a hace más de 100 años, concretamente el 8 de marzo de 1875, cuando cientos de mujeres trabajadoras de una fábrica de textiles de Nueva York marcharon por las calles contra los bajos salarios, menos de la mitad de lo que cobraban los hombres. Esa jornada terminó con 120 mujeres muertas por la brutalidad policial y provocó que las trabajadoras fundaran el primer sindicato femenino.
El 25 de marzo de 1911, tuvo lugar nuevamente uno de los mayores desastres de la industria en Estados Unidos. 146 trabajadoras murieron en un gran incendio de una fábrica textil a causa de derrumbes, quemaduras e intoxicación por humo y otras se suicidaron al no tener escapatoria.
Los responsables de esas muertes fueron los propietarios de la fábrica Triangle Shirtwaist, que habían sellado las puertas de las escaleras y de la salidas para evitar que las empleadas robaran. Esta terrible tragedia trajo importantes cambios en la legislación laboral y provocó el nacimiento del Sindicato Internacional de Mujeres Trabajadoras Textiles.
No fue hasta 1909 cuando se celebró por primera vez el Día de las Mujeres Socialistas en EEUU, un 28 de febrero. En 1910, la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas estableció el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
La feminista rusa Alexandra Kollontai, que entre otras cosas logró el voto para la mujer o la legalidad del divorcio, consiguió establecer el 8 de marzo como la fiesta oficial en la Unión Soviética. En España comenzó a conmemorarse en 1936 y la ONU oficializó esta fecha en 1975.
No podemos olvidarnos de las mujeres mayores
Las mujeres mayores constituyen una proporción muy significativa de la población mundial. Sin embargo, la relación entre la discriminación de género y la discriminación por edad hace que sean un grupo de población muy invisibilizado y que sus opiniones y necesidades sean permanentemente ignoradas por la sociedad.
Este 8 de marzo, Naciones Unidas centra la atención en el esfuerzo de las mujeres y niñas para construir una sociedad más igualitaria en el contexto de la pandemia bajo el lema: «Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la Covid-19». Asimismo, la campaña Generación Igualdad y la 65ª sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, que tendrá lugar del 15 al 26 de marzo, ponen el acento en la necesidad de que las mujeres participen en la adopción de decisiones de forma plena y efectiva en la vida pública.
¿Qué lugar ocupan las mujeres mayores en esta esfera? A pesar de la enorme contribución de las mujeres mayores al bienestar de toda la sociedad, siguen infrarrepresentadas en los puestos de liderazgo y en la toma de decisiones. Si bien este es un problema que afecta a las mujeres de todas las edades, esta desigualdad es aún mayor en el caso de las mujeres mayores. Por ello, hoy desde HelpAge, queremos recordar que es esencial abordar el problema de la desigualdad de género desde una perspectiva interseccional, prestando especial atención a aquellas mujeres que se enfrentan a varias formas de discriminación estructural, como las mujeres mayores. Necesitamos favorecer la participación de las mujeres mayores, escuchar sus voces y crear medidas y herramientas específicas dirigidas a garantizar sus derechos y su dignidad.
- Mayor dependencia económica y riesgo de pobreza. En España, según los datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, las mujeres mayores cobran de media un 34,6% menos de pensión que los hombres: casi 5.872,86 euros menos al año euros menos. El desproporcionado trabajo de cuidados no remunerado que asumen las mujeres a lo largo de su vida tiene un impacto significativo en su seguridad financiera, su estatus y su bienestar, y esto tiene serias implicaciones para los derechos de las mujeres cuando llegan a edades avanzadas. Por ello, desde HelpAge, queremos señalar que reconocer, reducir y redistribuir el trabajo de cuidados no remunerado para permitir que las mujeres más jóvenes participen en la fuerza de trabajo no es suficiente si no se tiene en cuenta también la igualdad de derechos, las diferentes necesidades y las contribuciones específicas de las mujeres cuando son mayores.
- Consecuencias en la salud de la discriminación de género y/o violencia. Haberse enfrentado a situaciones de discriminación o violencia tiene consecuencias directas en nuestra salud y bienestar. Las mujeres mayores que han vivido o viven situaciones de discriminación y violencia se enfrentan a mayores problemas crónicos de salud, así como depresión, ansiedad o estrés. Además, la discriminación estructural de género hace que tengan menor acceso a los servicios de salud (debido en gran parte a los menores recursos económicos) y peores diagnósticos. Por otro lado, existe una gran invisibilización y desconocimiento general de la salud sexual de las mujeres mayores.
- Mayor riesgo de soledad y falta de apoyos y cuidados. Según la encuesta de hogares del INE de 2019, el 72% de las personas mayores que viven solas son mujeres. Esto se debe, en gran parte, a que las mujeres tienen una mayor esperanza de vida que los hombres, pero también a que tienen menores recursos para buscar apoyo externo cuando son mayores y se quedan viudas y a que las mujeres mayores tienden a volverse a casar en menor medida que los hombres. Además, aquellas mujeres que han vivido relaciones violentas o muy marcadas por los roles de género, pueden enfrentarse a situaciones de mayor aislamiento social.
- Invisibilidad e infravaloración social hacia las mujeres mayores. Los estereotipos de género afectan a las mujeres de todas las edades, pero hacen que las mayores pasen a ser totalmente invisibles. En nuestro ideario colectivo, el valor social de las mujeres ha estado ligado a su belleza, juventud y capacidad para ser madres y esposas. Esto hace que las mujeres mayores estén infrarrepresentadas en el cine, la publicidad y en los productos culturales en general y, cuando aparecen, lo hagan desde un papel secundario y cargado de estereotipos: son abuelas, amas de casa, con pocos estudios, débiles y torpes para la tecnología. Los estereotipos asociados a la vejez tienen un impacto muy fuerte en las personas mayores y, de forma especial, en las mujeres, y hacen que existan actitudes discriminatorias hacia ellas, prejuicios, paternalismo e infravaloración de sus necesidades, opiniones, deseos o inquietudes. Esta invisibilidad se hace evidente también en el hecho de que existan muy pocos estudios que aborden de forma profunda las desigualdades de género en la vejez y que, a pesar de todas las campañas a favor de la igualdad de género, aún existan muy pocas medidas e iniciativas dirigidas de forma específica a las mujeres mayores que viven situaciones de violencia.
- La participación social de las mujeres. A pesar de todas las desigualdades a las que se enfrentan, las mujeres mayores tienen un papel muy activo en nuestra sociedad, son voluntarias de organizaciones sociales, realizan trabajos no remunerados (aunque esenciales para la continuidad de la vida), ayudan a sus familias y, en definitiva, contribuyen al bienestar de toda la población.Con el objetivo de visibilizar y valorar este enorme trabajo que hacen las mujeres mayores, HelpAge España y la Fundación «la Caixa» organizan el próximo miércoles 10 de marzo el coloquio virtual «Vivir la vejez en tiempos de Covid: una mirada desde las mujeres mayores«. La Doctora en Psicología y Especialista en Envejecimiento, Mercè Pérez Salanova, abordará desde una perspectiva de género la participación social del colectivo de personas mayores hoy y el reconocimiento de sus capacidades, junto con Blanca Romero, usuaria del Programa de Personas Mayores de la Fundación «la Caixa» en Huelva, que contará su experiencia en un acto en streaming presentado por la periodista y doctora en Comunicación Lola Bañón.