05 Oct Qué es la gimnasia adaptada para mayores.
En esta etapa de la vida se necesita un tratamiento diferencial.
Toni Esteve
La gimnasia adaptada remite a formas de ejercicio físico pensadas en función de las necesidades de un colectivo en concreto, personas mayores o aquellas con alguna discapacidad física o intelectual, por ejemplo, y que está orientada a mejorar la calidad de vida de estas personas y evitar el sedentarismo. Así la gimnasia adaptada para personas mayores sirve para abordar las distintas problemáticas de salud, movilidad o hábitos cotidianos en esta etapa de la vida en la que a menudo se necesita un tratamiento diferencial.
El caso es que el nivel de actividad física desciende con la edad, hasta el punto de que gran parte de la población mayor de 65 años no tiene un programa de ejercicio. Para revertir este sedentarismo, existen muchas iniciativas para adaptar la práctica deportiva para mayores, como los gimnasios adaptados para que este colectivo se sienta cómodo. Este tipo de instalaciones suele contar con máquinas de ejercicio de bajo impacto que son sencillas y suaves de usar para esta etapa, en las que podamos trabajar músculos y articulaciones sin riesgos de lesiones. Las clases de gimnasia en grupo que se llevan a cabo en este tipo de gimnasios también están diseñadas especialmente para personas mayores, en las que además se crean grupos de un mismo rango de edad, haciendo que el ambiente sea más cómodo para todos. Respecto a los ruidos y la música de estos espacios, están enfocados al perfil de los socios y a sus gustos. Además, el nivel de decibelios será más bajo que en un gimnasio estándar para crear una atmósfera más tranquila y relajada.
Son muchas las disciplinas y modalidades de ejercicios que pueden adaptarse a las necesidades de cada persona. Si pensamos en el yoga, existen algunas variantes de bajo impacto, como el yoga sentado en silla, que los mayores también pueden practicar sin ningún problema. En Internet puedes encontrar una gran diversidad de ejercicios para practicar yoga desde tu asiento. Aunque se trata de una modalidad de ejercicio suave y de bajo impacto, para prevenir lesiones, es recomendable que, si padeces alguna afección médica, consultes previamente con tú médico.
Adaptada a enfermedades
El caso es que, como recoge la Guía de ejercicio físico para mayores editada por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), es importante que las personas mayores hagan ejercicio de forma regular, puesto que sus beneficios son múltiples: “mejoran los parámetros de funcionamiento cardíaco, mejoran las cifras de tensión arterial, disminuye el riesgo de cardiopatía isquémica y mejoran el perfil lipídico”. Además, esos beneficios son extensibles a la densidad ósea, que reduce el riesgo de caídas y el dolor en procesos degenerativos osteoarticulares, o la salud neuropsicológica. En general, “el ejercicio físico disminuye la morbimortalidad y en consecuencia incrementa la longevidad”, concluye la SEGG.
Con todo, cuando sufrimos una enfermedad es importante que la prescripción del ejercicio sea individualizada, en función de las limitaciones que nos imponga nuestra salud. Existen ejercicios adecuados para aquellos que necesitan trabajar la fuerza, la flexibilidad, la parte aeróbica o problemas de la salud como la artrosis. También es posible adaptar cualquier rutina de ejercicios para cuidar nuestra cadera, prevenir las varices o el ictus, o tratar el dolor de espalda, entre otras dolencias.