15 Abr Niños y mayores: estos son los beneficios que una mascota tiene para su salud física y mental.
Los perros de asistencia pueden entrenarse para facilitar las tareas cotidianas a personas con ceguera, epilepsia, diabetes, trastornos neuronales o mentales.
S.F
Las mascotas ayudan tanto a niños como a adultos a través de las terapias asistidas con animales, atenuando síntomas de ansiedad, depresión, deterioro cognitivo o demencia. De hecho, está comprobado que la presencia de perros en los hospitales aumenta el bienestar en niños y padres durante procesos dolorosos o tratamientos largos e intensos, como los oncológicos, ya que facilitan la distracción, mejoran el estado de ánimo y el sueño, haciendo las hospitalizaciones más llevaderas.
En familias con niños que presentan Trastorno del Espectro Autista, la incorporación de un perro de asistencia a la familia reduce significativamente el estrés, síntomas de agorafobia, autoagresiones y movimientos estereotipados, mejorando a su vez las capacidades sociales y de comunicación. Además, destacan que los niños de hogares con perros tienen un 30 por ciento menos de probabilidades de tener malos comportamientos.
Además, destacan que las mascotas contribuyen a la salud, pero también a la felicidad, siendo un soporte indispensable en personas vulnerables que han pasado por procesos traumáticos y se encuentran en riesgo de sufrir exclusión y aislamiento social. Los animales pueden ayudarles a superar el estrés o problemas de salud mental asociados a su situación, así como promover su integración social.
En este sentido, estar acompañado de un gato puede proporcionar compañía, sensación de un propósito y reducir la soledad, de hecho, el estudio ‘PDSA Animal Wellbeing Report 2019’ concluye que el 91 por ciento de las personas de entre 18 y 34 años que tienen gato afirman sentirse menos solas. En el caso de los perros, además, aumenta la frecuencia de las interacciones sociales, fomentando la inclusión social. De hecho, tal como indican los resultados del estudio, ser dueño de un perro está asociado a una reducción del riesgo del 24 por ciento de cualquier causa de morbilidad.
Asimismo, en el caso de los ancianos tener una mascota les proporciona compañía, la sensación de un propósito y reduce la soledad. Por otro lado, los animales de compañía son de gran apoyo para personas con discapacidad, ya que pueden ayudarles a ser más independientes y sentirse más integrados en sus comunidades. Los perros de asistencia pueden entrenarse para facilitar las tareas cotidianas a personas con ceguera, epilepsia, diabetes, trastornos neuronales o mentales.
Por último, en la educación, interactuar con un perro tiene beneficios como la reducción de la ansiedad, así como una mayor concentración, lo que, en consecuencia, supone la mejora de los resultados de los estudiantes universitarios.
Terapia asistida con perros, motor de estímulos
Los programas de trabajo se adaptan a las necesidades específicas de cada individuo o colectivo, con el fin de obtener los mejores resultados en cada caso. En general, la terapia asistida con animales se centra en objetivos concretos según los pacientes. Por ejemplo, se pueden llegar a generar una serie de estímulos positivos que despierten emociones, facilitando la comunicación, disminuyendo ansiedad y miedos, e incentivando la confianza o el nivel de empatía.
Por otro lado, el trabajo de los perros de asistencia está orientado a cubrir las necesidades de las personas que padecen algún tipo de discapacidad física o psíquica, y precisan de la ayuda de un perro de estas características para superar las limitaciones de su día a día, tanto en términos funcionales como de apoyo emocional. «En estos casos el perro de asistencia, tras un proceso largo y selectivo, es asignado a la persona que ayudará, con la que convivirá, convirtiéndose en imprescindible en su día a día, haciendo su vida más fácil y feliz», concluyen desde Purina.