28 Jun Luis, un alumno ejemplar: se saca el Bachillerato a los 87 años.
Tuvo que dejar sus estudios en plena posguerra, cuando tenía 14 años.
Laura Moro
Luis Martín Montejo tiene 87 años y acaba de cumplir un sueño: graduarse en Bachillerato. Desde que dejó sus estudios a los 14 años en plena posguerra española, siempre tuvo en mente finalizar lo que un día empezó. Así que, cuando se jubiló en 1990, volvió a la escuela. Primero se graduó de la ESO, y ahora, ha conseguido el título de Bachillerato en el Instituto Vasco de Educación a Distancia (IVED-UHEI) de Bilbao.
Sus profesores aseguran a El País que ha sido un alumno ejemplar, pero él no le da importancia: «No he sido un gran estudiante, porque no sacaba buenas notas. Pero he sido muy feliz en la escuela«, asegura.
Con este título, Luis pone punto y final a su etapa estudiantil, aunque asegura que seguirá escribiendo sobre salud, y promete que desarrollará un prototipo de generador de energía “sin fin”.
El director de la IVED, Xabier Valle comenta a El País, que Luis es «un modelo de superación personal y un ejemplo de éxito de la ley de 2013 de aprendizaje a lo largo de la vida». Y es que, durante los últimos diez años «me gustaba venir a clase», comenta Luis, que tardaba una hora en llegar al aula desde su casa. «Yo quería el contacto directo con el profesor para consultarle las dudas que me surgían cuando estudiaba en casa. Solía venir a clase de ocho a nueve de la tarde-noche, después de cuidar a mis tres nietos. Me han tratado muy bien«, asegura.
Los profesores destacan la «constancia, la dedicación y el empeño» del hombre durante toda su etapa escolar. La educación de Luis se vio interrumpida porque tuvo que empezar a trabajar en un caserío ya que en casa de sus abuelos maternos «había mucha escasez de todo» después de la Guerra Civil. Dos años más tarde, empezó a trabajar como pinche pintando barcos en Astilleros del Cadagua. Después fue ayudante de oficial en la sala de gálibos y con el tiempo consiguió llegar a la oficina técnica, donde acabó ejerciendo durante 25 años como delineante: «Aprendí sobre la marcha y conseguí hacer cosas innovadoras«, comenta.
Volvió a estudiar en 1990
Luis se jubiló en 1990 a los 55 años gracias a la reconversión de la industria naval. En ese momento se apuntó en un centro de Santutxu (Bilbao) para obtener el graduado escolar, que solo tardó dos años en conseguirlo. Más tarde, empezó a aficionarse a la lectura, puso una huerta y participó activamente en la administración de su comunidad de vecinos: «Me di cuenta de que comenzaba a olvidarme algunas cosas cuando iba a hacer los recados», cuenta. «Entonces me apunté en Zalla en un curso de recuperación de la memoria y aproveché para sacar la ESO en Sodupe». Con este título decidió a matricularse en 2011 en bachillerato, y ha asistido presencialmente a las clases, porque no estaba muy familiarizado con las nuevas tecnologías.
Su profesora de Latín y Griego y miembro del equipo directivo, Blanca Yeregui, cuenta a El País que Luis es «un estudiante muy responsable, ejemplar, que se ha tomado todo muy en serio», y destaca de él, «el ánimo y la fuerza». El hombre, por su parte, asegura que solo ha «pretendido ser buena persona». Y así, una década más tarde, ha conseguido su objetivo. Durante todo este tiempo también ha estado aprendiendo euskera, y ya tiene el nivel B1.
El hombre también ha vivido en primera persona el coronavirus, algo que le mantuvo alejado de las clases durante un tiempo: «Estuve 26 días ingresado en el hospital de Cruces y pasaron 360 días hasta que me dieron el alta».
De todas las asignaturas, matemáticas ha sido la más complicada, aunque eso no le ha impedido preparar a sus nietos unos apuntes para facilitarles el estudio. Ahora, el IVED de Bilbao quiere rendirle un homenaje de despedida: “Le daremos un diploma y algún recuerdo de parte del centro, y haremos un pequeño lunch con él”, asegura el director.