25 Feb La poca actividad física en bebés menores de un año puede predisponer a obesidad en el futuro.
Es importante que los padres creen situaciones que impulsen a los bebés a desarrollar destrezas motoras más avanzadas.
S.F
La poca actividad física en los bebés menores de un año de edad podría llevar a una mayor acumulación de grasa, lo que a su vez podría predisponerlos a obesidad en etapas posteriores de la vida, según un estudio dirigido por investigadores de la Facultad de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos) al que ha tenido acceso Ep.
En el estudio, publicado en la revista «Obesity», los investigadores analizaron los niveles de actividad física de 506 bebés usando pequeños acelerómetros de tobillo durante cuatro días por período de seguimiento a las edades de 3, 6, 9 y 12 meses. Por cada periodo de seguimiento después de los tres años, la actividad física promedio aumentó en cerca de cuatro por ciento, en línea con el desarrollo de los bebés, que se volvieron generalmente más móviles y activos en el transcurso de su primer año.
La mayor actividad física medida por el acelerómetro se asoció con una menor adiposidad central, una medida de la acumulación de grasa en el torso. «Este es el primer estudio que demuestra una asociación a lo largo del tiempo entre niveles más altos de actividad física medida objetivamente y una menor adiposidad central en la infancia», explica la autora principal de la investigación, Sara Benjamin-Neelon.
Existe evidencia de que los bebés que aumentan de peso más rápidamente en los primeros meses de vida son más propensos a tener obesidad años más tarde en torno a los 12 o 13 años. «Hay estudios que sugieren que cuanto antes pueda hacer que los bebés gateen y caminen, y les proporcione oportunidades de moverse libremente a lo largo del día, más podrá ayudarles a protegerse contra la obesidad posterior», detalla la investigadora.
Bebés más tiempo sentados
Benjamin-Neelon puntualiza que se necesitarán estudios más grandes y a largo plazo para determinar el efecto sostenido de la actividad física infantil, pero que evitar períodos prolongados de inactividad para los niños será casi seguro que sea bueno para ellos. « Incluso en la infancia es importante que los niños se muevan libremente. Cada vez los bebés pasan más y más tiempo sentados, y tal vez no hemos pensado lo suficiente en las consecuencias para su desarrollo», argumenta.
Dejar que se muevan libremente en el suelo o en la cuna es una solución, pero la investigadora recuerda que también es importante que los padres creen situaciones que impulsen a los bebés a desarrollar destrezas motoras más avanzadas, como ayudarlos a agarrar las manos de un adulto u otro tipo de apoyo para ponerse de pie, así como pasar un corto tiempo boca abajo, lo que promueve el desarrollo del cuello y otros músculos de la parte superior del cuerpo.
La obesidad conlleva un mayor riesgo de diabetes, enfermedad cardíaca, ciertos cánceres, trastornos autoinmunes y muchas otras dolencias. Los científicos sospechan que el aumento de los índices de obesidad está relacionado con dietas más calóricas y menores índices de actividad física, y que ambos pueden comenzar a promover la obesidad en los primeros años de vida.