25 Oct La ciencia estudiará el secreto de la longevidad de María Branyas, la española de 116 años.
Tratan de encontrar en sus genes algunas respuestas.
María Bonillo
A comienzos de este año, la catalana María Branyas, que ya era la persona más longeva de España, se convertía en la persona más longeva del mundo con 115 años, tras el fallecimiento de la monja francesa Lucile Randon, con 118 años. Ahora ya tiene 116, y no es la primera vez que atrae la mirada de científicos que tratan de encontrar en sus genes algunas respuestas.
De hecho, en 2020 nombró al mayor estudio de Europa de investigación sobre el impacto del Covid-19 en centros geriátricos, llevado a cabo por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la plataforma farmacológica Farmàcia de Dalt. El Proyecto Branyas tomó su nombre por ser la persona más longeva de España con 113 años en ese momento, que además sobrevivió a la pandemia.
Branyas ha superado en casi 30 años la media de esperanza de vida de las mujeres en España, sin enfermedades ni necesidad de pasar por ningún quirófano, aunque aseguraba recientemente que seguir cumpliendo años es simplemente una cuestión de «suerte» y «buena genética».
Es precisamente este aspecto el que tiene intención de estudiar el reconocido investigador Manel Esteller (@ManelEsteller), director del Instituto de investigación contra la leucemia Josep Carreras (IJC). En su búsqueda de los mecanismos biológicos que provocan el cáncer y otras enfermedades relacionadas con el envejecimiento, Esteller se ha fijado en María, a quien visitó recientemente en la residencia de Santa María del Tura de Olot, en Gerona, donde sigue viviendo, para «estudiar el envejecimiento celular y avanzar en la investigación sobre fármacos diana de la senescencia«.
La «impresionante» lucidez de esta centenaria, así como la falta de enfermedades cardiovasculares, ha llamado especialmente la atención del investigador, según explicaba a ABC. «Lo único que tiene son problemas de movilidad y de oído. Es increíble», aseguraba.
Muchos han relacionado su longevidad con los hábitos y el estilo de vida que sigue, que ella misma ha revelado en algunas ocasiones a través de sus redes sociales. En el caso de la alimentación, Branyas explicaba que «siempre he comido poco, pero de todo, y nunca he seguido ningún régimen», y que un alimento que nunca puede faltar en su dieta es el yogur o «maná celestial» como lo llama.
Tener «orden, tranquilidad, buena conexión con la familia y amigos, contacto con la naturaleza, estabilidad emocional, sin preocupaciones, sin remordimientos, mucha positividad y lejos de las personas tóxicas», es otro de sus puntos clave, así como hacer frente a la soledad. En este sentido, aseguraba que «los perros pueden convertirse en fieles amigos, que además de proporcionar una buena compañía, transmiten alegría y cariño, tan necesarios a esa edad. Además, son un antídoto contra la depresión, activando el sentido del humor, reduciendo la ansiedad, la tensión arterial y estimulando la alegría de vivir».
Estos hábitos y el estilo de vida que sigue Branyas es algo que también estudiará Esteller, para ver si realmente tienen algo que ver con su longevidad. De hecho, señalaba que «está claro que hay un componente genético porque hay varios miembros de su familia que superan los 90 años«.
El estudio se llevará a cabo en su laboratorio, donde se analizarán sus muestras biológicas de saliva, sangre y orina, y se compararán también con los de otros miembros de su familia. Todo con el objetivo de hallar «claves nuevas sobre cómo abordar las enfermedades neurodegenerativas o cardiovasculares asociadas a la edad, y el cáncer». Según adelantaba también a El Punt Avui, los primeros resultados podrían tenerse antes de un año.
Por su parte, Branyas se ha mostrado «muy feliz» de formar parte de esta investigación, especialmente «si puedo ser útil por la investigación y el progreso«, escribía a través de sus redes sociales.