José Abad, 89 años y más de 400.000 seguidores en Instagram: «Todavía me siento joven y, cuando no, recuerdo cuando lo fui».

José Abad, 89 años y más de 400.000 seguidores en Instagram: «Todavía me siento joven y, cuando no, recuerdo cuando lo fui».

A sus 89 años José Abad sigue muy activo pintando cuadros, escribiendo libros y publicando vídeos en redes sociales que han enganchado a jóvenes y mayores.

2024. ABC

Laura Peraita

Enlace página oficial

José Abad reconoce sentirse feliz por abrir las puertas de su casa a ABC. Su voz serena nada tiene que ver con su espíritu inquieto. Nos muestra orgulloso el precioso y luminoso estudio de pintura en el piso 15 de un edificio de Madrid desde el que se divisa gran parte de la capital y sus montañas. Así, cerca del cielo, y de las estrellas por la noche, reconoce que le llega parte de su inspiración para pintar cada día. Y también para escribir, en otro estudio acondicionado para ello. Desde hace algo más de un año, José Abad compagina estas labores con una nueva afición: las redes sociales. Actualmente tiene, solo en Instagram, 400.000 seguidores. Por cierto, José Abad tiene 89.

En redes sociales se define como ‘abuelo de los sensibles’, ¿qué significa exactamente?

Me comenzaron a llamar así en redes sociales por dar consejos de abuelo sobre aspectos de la vida que me preguntaban. La gente empezó a decir que yo podría ser su abuelo, porque hay muchas personas que no han podido hablar con los suyos y lo anhelaban. Un seguidor me bautizó como el abuelo de los sensibles. Yo creo que la clave está en transmitir espiritualidad, ganas de seguir viviendo, pero no de cualquier forma, sino creando con alegría.

¿Por qué cree que conecta de forma tan intensa con la gente joven?

Porque yo he vivido momentos increíbles, empezando por la Guerra Civil. Recuerdo cada detalle porque tengo una memoria increíble, cinematográfica, porque me he criado dentro de un cine que estaba al lado de mi casa y todos los días iba a ver películas.

¿Considera que la experiencia es un grado?

Sí, claro. A mí me piden consejos y yo se los doy lo mejor que puedo, pero no solo de pintura o de escritura que es a lo que me dedico cada día, sino sobre cualquier tema.

¿Cómo por ejemplo?

Pues mira, hay jóvenes que han tenido un problema con su pareja y me preguntan qué pueden hacer. Yo les digo: si no era tu pareja ideal y te ha dejado, pues mejor. Tienes tiempo para conocer a muchísimas personas porque tú vales un montón y al valer tienes que encontrar a alguien que te dé energía positiva. Es decir, siempre hay que buscar a personas que no sean tóxicas, que te ayuden, te aporten algo… Todos tenemos algo de poeta, de creador, cada uno en lo suyo. Tú puedes ser el mejor abogado, el mejor pintor o el mejor albañil… ¿Por qué? Porque puedes hacer un palacio en vez de una chabola.

Sin embargo, no solamente conecta con la gente joven, también tiene seguidores de un sector de población mayor. ¿De dónde saca tanta energía y qué mensajes transmite a los mayores?

La motivación la saco de sentirme útil. A mí me gusta que me quieran, como a todo el mundo, y la gente me aprecia porque estoy ofreciéndoles cosas que a lo mejor haría su abuelo, que ya ha muerto, no está, pero existe. Todavía existe arriba y él le sigue dando consejos. Ese es un motivo para que la gente siga viva, fomentar su potencia creadora todos los días porque hay que cultivarla, entrenarla para que pueda conectar con las estrellas.

¿Qué consejos les daría a los mayores cuando no tienen motivación en esta etapa de su vida?

Pues que que lean mucho, que si ven la televisión elijan programas que valgan la pena. Todo el mundo puede seguir creciendo, pero en inteligencia, en sabiduría y para aprender a vivir mejor. La mente es tan importante que tú, aunque no andes bien, tengas problemas cardíacos, no veas u oigas bien, te ayuda a seguir. Es como si volvieras a crecer porque tú no te has muerto, tú estás vivo. Sin embargo, muchas veces uno se cae y ya no se mueve.

Vivimos en una sociedad en la que se dice que hay un alejamiento entre generaciones, que los jóvenes no conectan con los mayores y se peca de edadismo. ¿Qué opina?

Pues sí, es verdad. Se ve, por ejemplo, cuando vas a cualquier sitio y nos piden un mail, no somos personas, somos ya datos. Yo diría a la gente mayor que no tenga miedo en entrar en la época digital porque eso ayuda. La tecnología nos ha separado un poco a las generaciones, pero las personas mayores tendrán aprender, aunque tengan 80 o 90 años.

¿Cómo ha entrado usted en la tecnología y en las redes sociales para tener tanto éxito.? ¿Cómo ha sido su historia?

Entré hace tiempo porque yo era director de una empresa y tuve que aprender, no tuve más remedio. Resulta que me gustó tener esa facilidad con Internet de conectar con todo el mundo, con gente de Argentina, de México, América Latina… porque yo estoy vendiendo muchísimos libros que escribo en Estados Unidos y en México.

¿Qué le supuso en su vida conocer a Valentina, una joven de 26 años que le impulsa en las redes sociales?

Fue un cambio total. Hace un año publicamos el primer video que me lo hizo ella por casualidad en la Feria Arco. Salía yo mirando las exposiciones y explicando cuadros. No imaginábamos que pudiera tener tanta repercusión y, poco a poco, empezamos a crecer con seguidores y a dar consejos, porque la gente me los pedía. Los jóvenes tienen un potencial enorme de crecimiento y con las redes sociales y la inteligencia artificial van a crecer lo que quieran.

José, ¿usted se siente mayor?

Pues físicamente a veces sí, aunque claro, no es lo mismo el cuerpo de cuando eres joven y andas por ahí corriendo. Yo corría mucho, siempre iba de niño con un aro corriendo, y de joven he hecho viajes por todo el mundo, por mi labor en un laboratorio farmacéutico. Teníamos un producto que era para detectar el Helicobacter Pylori, lo inventamos nosotros, tenemos la patente en medio mundo y tuve que viajar desde China hasta Tailandia, México, América Latina, Estados Unidos…

Una vida muy activa. ¿Todavía se siente joven?

Todavía me siento joven. Y si no me siento joven, recuerdo cuando era joven.

¿Cómo se imagina usted su vejez?

Pues como ahora: trabajando, trabajando, trabajando… y sin parar de trabajar. Ese es uno de los secretos. También he hecho deporte y he cuidado mi alimentación, no hay que comer con exceso de nada, sino probar todo, carne, pescado, fruta, verdura…, pero la mente también hay que tenerla sana y trabajarla bien, entrenarla, leyendo novelas de grandes autores, poesía, viendo obras de teatro, museos, conociendo ciudades, a otra gente y otras forma de vivir.

Bueno, pero no todas las personas se encuentran en tan buen estado de salud y tienen las mismas condiciones a su edad. Si usted pudiera mandar un mensaje a los políticos, ¿qué les diría para ayudar a la gente mayor y a potenciar más su presencia social?

Pues les diría que paguen mejor para que la gente viva mejor, aunque últimamente, pues no está mal. Han subido bastante las pensiones, pero aún así, los abuelos tenemos que ayudar a los hijos, nietos… Sería bueno que la gente tuviera capacidad de ir a un sitio gratis para que les enseñen a utilizar la tecnología y que luego se la regalen, claro, para ponerles en valor. La gente mayor tiene un valor increíble, no de sabiduría, de experiencia de vida y formas muy inteligentes que actualmente vendrían muy bien a la gente joven para seguir creciendo.