26 Dic Internet suma un millón de séniors al año: «En un lustro la brecha digital habrá desaparecido».
IV Barómetro del Consumidor Sénior del Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE.
Beatriz Torija
La digitalización es un fenómeno imparable que mejora la vida de las personas pero que, dado su rápido avance, ha generado problemas para algunos colectivos, como el de las personas mayores, con riesgo de quedar excluidos por falta de habilidades digitales o acceso a la tecnología. Ahora bien, la imagen de una persona mayor incapaz de manejarse con la tecnología es un estereotipo. La brecha digital es cada día menor.
12 millones de mayores de 55 años son digitales y se conectan a Internet para leer la prensa e informarse, acceder a la banca online o ver contenidos multimedia. El número de séniors que está en internet alcanza ya al 73% de la población mayor de 55 años.
Es una de las principales conclusiones del IV Barómetro del Consumidor Sénior, elaborado por el Centro de Investigación Ageingnomics (@FM_Ageingnomics) de Fundación MAPFRE (@fmapfre) en colaboración con Google, que radiografía los hábitos de consumo de los mayores de 55 años, su capacidad de ahorro, prioridades de gasto, tipo de vivienda en la que residen, hábitos tecnológicos o si desean alargar su vida laboral, entre otros muchos indicadores.
Ya con cuatro ediciones del Barómetro, Una de las tendencias que este estudio ha permitido constatar año a año es cómo la brecha digital que sufren especialmente las personas mayores, se va cerrando a un ritmo acelerado. Los séniors digitales crecen a razón de un millón cada año.
“En un lustro la brecha digital habrá desaparecido”, ha pronosticado Iñaki Ortega, (@InakiOrtega) codirector del informe y Consejero Asesor del Centro de Investigación Ageingnomics.
“los datos confirman que los sénior son cada vez más digitales y eso tiene que servir para desterrar el prejuicio y la discriminación por considerar que no son capaces de entenderse con la tecnología”, ha señalado durante la presentación del estudio, el director del Centro de Investigación Ageingnomics, Juan Fernández Palacios (@JuanFernndezPa3). Pese a esta realidad, Fernández Palacios ha puntualizado que “no queremos minimizar el problema que algunos segmentos de población tienen con las herramientas digitales, el problema existe, especialmente para los más mayores”.
En efecto, la brecha digital, pese a reducirse paulatinamente, existe y afecta muy especialmente a las personas de mayor edad. El Barómetro, de hecho, constata que existe un comportamiento diferenciado de los mayores a partir de los 70 años y este es uno de los puntos donde más se evidencia lo heterogeneidad del colectivo. Mientras que un 80% de las personas de entre 55 y 64 años usan internet a diario, ese porcentaje cae a plomo conforme avanza la edad. Un 29,9% de los españoles de entre 75 y 84 años usa internet a diario, y tan solo un 8,6%, con 85 años o más. “La realidad es que a partir de los 74 años, cambia el uso de internet” ha reconocido José María Pérez, director de Seguros de Google España.
¿Qué hacen los mayores en Internet?
Principalmente, las actividades online que los españoles sénior realizan con mayor frecuencia son leer la prensa e informarse a través de medios digitales, ver contenidos multimedia, realizar operaciones bancarias y escuchar pódcasts o la radio.
Según datos de Google, es más probable de encontrar a un lector ávido de noticias políticas, locales y económicas que en otras edades. Además, es un 25% más probable de encontrar a una persona apasionada por los libros que en otras edades. Un 38% de los séniores digitales, es decir, mayores de 55 años, tiene este interés.
Los sénior seguirán ayudando económicamente a sus familias
os sénior siguen constituyendo una red de apoyo fundamental en las familias españolas. El 53% de la población sénior ayuda económicamente a miembros de su familia o personas de su entorno cercano. Y son mayoría los sénior que creen que en el futuro tendrán que seguir ayudando a sus seres queridos de la misma manera (48%) o más (30%).
“Los sénior son una red de apoyo para el país, en tanto en cuanto aportan con su demanda y con el apoyo a sus familias y a otras personas de su entorno cercano, un sostenimiento del Producto Interior Bruto” ha señalado Ortega.
Este año, la generación silver ha ayudado algo menos que el año pasado a su entorno. De hecho, el número de séniors que reconocen haber ayudado a sus seres queridos (53%) ha descendido diez puntos porcentuales respecto a 2022, cuando alcanzó su máximo debido a la crisis y a una inflación que alcanzó los dos dígitos. Además, si en 2022 el 12% aseguraba que esa ayuda que prestaban desinteresadamente a sus familiares, era vital para quienes la recibían, y que la necesitaban para afrontar ciertos pagos inasumibles, en 2023, ese porcentaje baja hasta el 7%.
Preocupados por la inflación
El IV Barómetro del consumidor sénior detecta pesimismo por parte de los mayores de 55 años respecto a la escalada de los precios y su impacto en los gastos de alimentación y residencial. La elevada inflación les inquieta porque no ven margen de ahorro en partidas tan importantes como la cesta de la compra y la vivienda y todos sus suministros. “No tienen apenas margen para reducir su gasto”, ha destacado Ortega. “La inflación no deja de afectar a los sénior igual que al resto, y puede influir en su bienestar futuro” ha añadido Fernández Palacios.
Y eso que los hogares de los sénior en España tienen una situación económica saneada: el porcentaje de los que disponen de más de un ingreso en el hogar es del 55,8% y el 81,8% son propietarios de una vivienda. “Este es un país fundamentalmente de propietarios”, ha destacado Iñaki Ortega; y casi la mitad de la población sénior tiene capacidad de ahorrar (un 49%). De hecho, en este 2023 se ha recuperado la capacidad de ahorro que había disminuido con fuerza en los últimos tres años, pasando de un 56% en 2020, a un 48% en 2021 y un 43% en 2022.