El uso de las tecnologías para un envejecimiento saludable .

El uso de las tecnologías para un envejecimiento saludable .

Saber evolucionar y adaptarse al paso del tiempo es importante para poder afrontar el futuro y disfrutar de cada etapa de la vida. No debemos aferrarnos de forma exagerada al pasado, sino que debemos dar paso a la nueva etapa que se aproxime y aprender a disfrutar de ella aprovechando la experiencia y sabiduría que sólo da el paso de los años.

Mayte Vázquez Resino

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Es necesario trabajar en el aprendizaje, educación y promoción de la salud para permitir el envejecimiento activo y saludable, y así evitar la discapacidad y el declive funcional, prolongar la longevidad y mejorar la calidad de vida de las personas mayores.

En este artículo vamos a subrayar la importancia que tiene el uso de tecnologías para alcanzar esos objetivos tan importantes de bienestar y sobre todo de autonomía en la persona mayor y lo haremos centrándonos en dos áreas importantes como son el uso del móvil y de internet y otros términos importantes como son el de brecha y educación digital.

2. Acceso a las tecnologías como hábitos saludables en el envejecimiento activo

La sociedad actual hace necesario capacitar a las personas mayores de habilidades que ayuden a adoptar estilos de vida saludables, entre los que se encuentran dietas y actividades físicas saludables, así como el aprendizaje de nuevas habilidades y participación social, asimismo indicar que la salud y el bienestar se pueden modificar y mejorar a lo largo de la vida y nunca es demasiado tarde para tomar buenas decisiones y seguir aprendiendo.

Vivimos en la sociedad de la información y la comunicación, que ha asentado las bases de la denominada sociedad del conocimiento (UNESCO, 2011). El avance de las tecnologías que promueven esta sociedad es rápido y adaptarse a su velocidad, supone una adaptación, incidiendo en el bienestar de las personas.

Es por ello, que podemos hablar de tecnologías y salud también de las personas mayores, sabiendo que sus necesidades y preocupaciones como usuarios de medios tecnológicos (ordenadores, smartphones, tablets…) son diferentes a las de los jóvenes (Wagner, Hassanein & Head, 2010), pero que la educación ayuda a superar las dificultades que puedan presentarse (Bélanger & Carter, 2011; Salvador, 2003).

Además, la pandemia del Covid-19 ha supuesto un antes y después, subrayando la importancia de su uso no sólo para el fomento de la comunicación e interrelación con familiares y amigos, sino como factor de empleo de estimulación, ocio y diversión, con el fin de suavizar el aislamiento paliativo y la soledad sufrida, en muchos de los casos.

Como hemos indicado, para fomentar el envejecimiento activo, la educación para la salud es una potente herramienta (Davey,2002), desarrollada tradicionalmente en contextos presenciales a los que ahora se unen los virtuales. La participación activa en entornos tecnológicos puede desempeñar un papel primordial en la mejora de la salud y calidad de vida de los mayores (Blažun, Saranto & Rissanen, 2012; Chen, Lee & Kirk, 2013; Sum, Mathews, Hughes & Campbell, 2008) favoreciendo con ello la autonomía, autoestima y creatividad; creando nuevas redes sociales y evitando el aislamiento y la soledad social; posibilitando el acceso a servicios de salud, culturales, etc.

Gracia y Herrero (2008) encuentran que las personas mayores usuarias de Internet mantienen una mejor salud física, menor presencia de problemáticas asociadas a la salud mental y muestran unos índices mayores de integración y participación social que los no usuarios. De acuerdo con diferentes estudios destacamos un perfil de usuarios motivados por la funcionalidad, pero también por la diversión y el ocio.

Un concepto clave en esta área que nos ocupa, es la llamada brecha digital, la cual aumenta según avanza la edad (Fundación Vodafone España, 2011) y constituye una importante preocupación para los profesionales que trabajan con esta población (Abad-Alcalá, 2014). Esa baja alfabetización informática (Xie, 2011) se debe a un efecto multicausal. Wang, Rau y Salvendy (2011) encuentran que la utilidad percibida es la variable más importante para predecir la aceptación de la tecnología, seguida por la facilidad de uso.

3. El uso de internet para mejorar la calidad de vida de las personas mayores

Como se ha destacado, aceptar la pérdida de capacidades físicas y mentales puede generar emociones negativas que favorezcan la aparición de diversas patologías relacionadas con el estado de ánimo, entre ellas la depresión, considerada como un trastorno mental (American Psychiatric Association, 2014).

Somos conscientes que Internet está modificando los modos de establecer vínculos sociales y para las personas mayores se convierte en una oportunidad para reducir el aislamiento social y el distanciamiento intergeneracional (García & Marín, 2003).

Diversos estudios muestran que el uso de Internet puede reducir, hasta en un tercio, las probabilidades de sufrir algún trastorno depresivo. Internet y las nuevas tecnologías ofrecen a las personas mayores la posibilidad de mantener el contacto y comunicarse por medio de las redes sociales, lo que además de implicarles en una actividad cognitiva, evita en alguna medida el sentimiento de soledad y abandono, causa frecuente de la aparición de estados depresivos (Cotten, Ford, Ford, & Hale, 2014).

Participar de forma activa en el intercambio de mensajes a través del correo electrónico es sin duda una herramienta efectiva para combatir el aburrimiento que desarrolla habilidades sociales, favoreciendo la autoestima y reduciendo las posibilidades de aislamiento social.

4. El móvil, como oportunidad de bienestar en el envejecimiento activo

Seguimos subrayando, que en una sociedad cada vez más envejecida, las nuevas tecnologías constituyen una oportunidad para mejorar la calidad de vida de las personas mayores. En este contexto cobran relevancia los smartphones en tanto que su penetración, portabilidad y accesibilidad favorecen el envejecimiento activo, teniendo un papel determinante en las aplicaciones de comunicación interpersonal e interacción social, es por ello que la tecnología móvil presenta grandes potencialidades en el marco del envejecimiento activo.

La percepción de seguridad, ligada a estos dispositivos, y sus posibilidades de personalización constituyen una oportunidad para limitar la brecha digital y lograr una sociedad para todas las edades. Los smartphones están cada vez más presentes y accesibles a los mayores, y con éstos se adhieren un universo de aplicaciones y funcionalidades que pueden mejorar su calidad de vida en el sentido más amplio.

Atendiendo a su finalidad estas aplicaciones se han clasificado en accesibilidad, salud, seguridad, vida cotidiana, entretenimiento y comunicación interpersonal y redes sociales.

La relevancia de las redes e interacciones sociales junto a la inclusión y la participación, ha llevado al desarrollo de diversas aplicaciones móviles que multiplican las posibilidades de comunicación y conexión de los mayores con su entorno. Tomando como referencia el tipo de interacción (individual o social) y su funcionalidad podemos señalar Apps de mensajería instantánea o de accesibilidad a redes sociales, permitiendo una mejora para el desarrollo personal.

No queremos terminar este apartado sin señalas las tres necesidades básicas que hay que tener en cuenta antes de decidirse a comprar un modelo u otro:

  • Botones grandes y claros
  • Gran duración de la batería
  • Diseño fácil e intuitivo

5. Conclusiones

Los adultos mayores no pueden mantenerse al margen de esta sociedad de la información y del conocimiento que día a día se transforma, evoluciona un entorno de alta tecnología, que genera nuevas formas de crear y mantener relaciones sociales y la producción de nuevos conocimientos y formas de entretenimiento.

La utilización de las TICs durante la etapa de la vejez presenta grandes potencialidades para este grupo etario (Charnes, Parks y Sabel, 2001). La intervención en esta línea posibilita la conexión de los mayores con la actualidad de su entorno, fomentando su inclusión social y la consideración de la vejez como otra etapa de enriquecimiento personal (Aguado, Pascual y Fombona, 2013; Plaza et Altres, 2011). Asimismo las TICs pueden ayudar a las personas de edad a mejorar su calidad de vida y el establecimiento de sus lazos sociales (Cornejo, Tentori, Favela, 2013).

Es un hecho y se constata que la brecha digital está disminuyendo, ya que al aumentar su uso entre la población general, será también mayor el número de jubilados que las habrán utilizado previamente en sus trabajos. Dentro de esta población, encontraremos un perfil de usuarios motivados por la funcionalidad, pero también por la diversión y el ocio. El reto entonces se situará en mantener su interés por las TIC.

Sería relevante poder comprobar si en unos años se mantiene ese 14% de población mayor que no las utiliza y el 26% que lo hace de forma habitual. Para el primer grupo sería fundamental diseñar actividades de acceso que eviten el aislamiento y propicien su participación social, también en la red. La conciencia, educación y el aprendizaje ayuda a identificar los factores beneficiosos de las TIC en su envejecimiento activo y a vencer la falsa creencia de que la tecnología es solo para jóvenes.

Los teléfonos móviles aportan múltiples beneficios a las personas mayores, ya que les suben la autoestima al verse capaces de utilizar aparatos que pensaban que no podría, o les mantiene el cerebro activo y entretenido. El smartphone se puede convertir en un magnífico sistema de recordatorios, gracias a aplicaciones como el calendario, alarmas, notas, etc. También como medio de entretenimiento, ya que cuentan con radio, reproductor de música, juegos de todo tipo, o con internet para buscar cualquier información.

Por último, se debe apoyar y concienciar de la necesidad de plantear programas de inmersión en el uso de las TIC dirigidos a las personas mayores por tratarse de un colectivo especialmente vulnerable. Dichos programas deberían tener como objetivo la alfabetización digital, como medio para adquirir las competencias esenciales para utilizar las TIC en función a sus necesidades y preferencias personales.