«El único pilar del envejecimiento activo es la capacidad del ser humano para ser autónomo»

«El único pilar del envejecimiento activo es la capacidad del ser humano para ser autónomo»

* Primera edición del Ateneo Gerontológico, organizado en Valladolid.
* Antonio Martínez Maroto, jefe del área del Envejecimiento Activo del Imserso, cree que «la edad es sólo una circunstancia» y que las personas mayores deben elegir su destino y no ser

El jefe del área del Envejecimiento Activo del Imserso, Antonio Martínez Maroto, recalcó en Valladolid que el «único pilar» sobre el que se sustenta el envejecimiento activo es «la capacidad del ser humano para ser autónomo», por lo que defendió que las personas mayores «elijan» ellas mismas su destino y «nunca sean un objeto» en la toma de decisiones que afecten a su vida.

El «mayor enemigo» del envejecimiento activo son «los límites en la autonomía personal», dijo, después de recordar que, según datos manejados por el instituto, el 87,3 % de los mayores de 65 años españoles «desea vivir en su casa» y no en una residencia, algo que «se tiene que tener en cuenta» al elaborar las políticas destinadas a la tercera edad, informa Ical.

Ateneo gerontológico

Durante su intervención en la primera edición del Ateneo Gerontológico, organizado en el Colegio Oficial de Médicos por el periódico ‘Entremayores’, Martínez Maroto insistió en que la edad «es sólo una circunstancia» y que «lo importante es estar aquí», por lo que aconsejó a las personas mayores que «por las mañanas se digan a sí mismas: Estoy en la mejor edad de mi vida».

Antes de entrar en materia, el jefe del área del Envejecimiento Activo del Imserso excusó la ausencia del director de la institución, César Antón, a quien las obligaciones de su cargo le impidieron estar hoy en el foro de Valladolid para impartir la conferencia en la que el primero le sustituyó.
Sobre las políticas sociales orientadas a mayores que se elaboran desde el Imserso, el también jurista y experto en gerontología afirmó que giran en torno a tres ejes básicos, «el envejecimiento activo, la dependencia y la pensiones», y fue más allá al matizar que las últimas afectan decisivamente al resto, ya que «sin sustrato económico detrás, el envejecimiento activo es difícil».

Las pensiones, la clave

«La falta de pensiones influye en la posibilidad de un envejecimiento activo adecuado», reiteró Martínez Maroto, quien tuvo muy presente al hacer esta afirmación que 8,29 millones de españoles tienen más de 65 años, lo que supone el 18,6 por ciento de la población total, y que de ellos, el 54,1 por ciento recibe una pensión igual o menor a 900 euros mensuales.

Consciente de que, a pesar de la coyuntura económica y de los anunciados recortes, hacer «planificación de políticas a coste cero es difícil», el jefe del área del Envejecimiento Activo del Imserso remarcó que las «líneas de trabajo de su departamento pasan antes que nada por la promoción y el respeto de los derechos de ciudadanía» de las personas mayores, que ligó a la ya comentada capacidad de autonomía personal de un sector de la población que vive solo en un 15,5 % de los casos y que se siente solo en un once por ciento.

Salud y aprendizaje continuo

Asimismo, defendió «la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad y la dependencia desde la escuela», para poder alcanzar la senectud con todas las cartas en la baraja, y apostó por la continua educación y adquisición de conocimientos a lo largo de la vida.

En esa misma línea, declaró que los mayores tienen que tener un objetivo diario y mantener viva la curiosidad y, en ningún caso, miedo a las nuevas tecnologías, ya que estas pueden simplificar su vida y acercarlos a las generaciones más jóvenes. A este respecto, señaló que, según datos de su instituto, la mitad de los mayores de 65 años tiene teléfono móvil, pero sólo un 16,7 por ciento dispone de ordenador propio y únicamente un diez por ciento se conecta a internet.

Antonio Martínez Maroto aconsejó también «una jubilación gradual y flexible, activa y satisfactoria», para «no crear problemas» de adaptación o que las personas mayores sientan que ya no son útiles a la sociedad.

Para terminar, el gerontólogo se detuvo en la importancia de la participación social inclusiva, intergeneracional y activa de los mayores de 65 años, por lo que aconsejó a este sector de la población que no haga sólo cosas para mayores con mayores y que vaya a buscar otra franja de edades con la que compartir un ocio que será así más satisfactorio.

www.elnortedecastilla.es/20120528/local/valladolid/unico-pilar-envejecimiento-activo-20120528



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