Ejercicios para relajar la mandíbula y evitar el dolor en las personas mayores.

Ejercicios para relajar la mandíbula y evitar el dolor en las personas mayores.

Las patologías que afectan a la articulación temporomandibular pueden provocar molestias severas.

Mariola Báez

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Sin darnos cuenta, el gesto casi espontáneo de abrir y cerrar la boca es básico en procesos elementales que van desde la masticación y la deglución de los alimentos, hasta el desarrollo del habla.

El dolor que puede presentarse en la zona de la cara y la cavidad oral, de origen no dentario u odontológico, afecta a un segmento importante de población, hasta un 12%, según datos de la Sociedad Española de Disfunción Craneomandibular y Dolor Orofacial (@sedcydo). Este dolor, en ocasiones muy intenso, puede tener causas diversas como el estrés o patologías como el bruxismo (apretar y rechinar los dientes) que, en los casos más graves, requiere para su alivio terapias rehabilitadoras que han de llevar a cabo fisioterpaeutas expertos.

Las disfunciones temporomandibulares, frecuentes en adultos mayores, repercuten en el propio bienestar y pueden desencadenar dolores y patologías de distinta índole. Cefaleas, alteraciones del sueño, molestias en la zona de los oídos o dientes desencajados (mala mordida) están a veces relacionadas con un “anquilosamiento” o tensión en la zona mandibular.

¿Es posible relajar la mandíbula?

Es posible y, además, existe una serie de movimientos muy sencillos que pueden contribuir a ejercitar la musculatura de la zona, dotando a la articulación de la mandíbula de una mayor elasticidad y rango de movimiento. En casos de molestias leves, prueba a hacer estos ejercicios frente a un espejo, como fórmula eficaz para aliviar la tensión concentrada en la mandíbula, que quizás sea la responsable de dolores cuya causa cuesta identificar.

  1. Abre bien la boca, lentamente, como en un gran bostezo. Ciérrala despacio y, seguidamente, saca la lengua intentado tocar con ella la punta de la nariz.
  2. Intenta relajar la articulación, dejando la mandíbula “descolgada” con la boca entreabierta. Desde esta posición, coloca la lengua en el paladar, pero sin tocar los dientes. Respira despacio y profundamente, mientras frunces tus labios como si fueses a silvar (la lengua debe seguir en el paladar). Notarás como la mandíbula se “suelta” un poquito más.
  3. Abre la boca, sin forzar al máximo, y mueve la mandíbula alternativamente a derecha, centro e izquierda.
  4. También con la boca entreabierta, prueba a hacer un suave masaje en el punto justo donde la articulación resulta apreciable. Coloca el dedo índice y corazón de ambas manos justo delante del pabellón auditivo externo y realiza pequeños círculos al tiempo que abres y cierras la boca.
  5. Fuerza un poco más tu mandíbula, con la boca entreabierta, moviéndola hacia adelante y hacia atrás.
  6. Por último, elimina tensiones colocando tu mano cerrada en puño bajo la barbilla. Haz un ejercicio de resistencia, empujando con tu puño hacia arriba al tiempo que abres la boca.

Con esta gimnasia especial para la musculatura de la zona y la articulación mandibular, notarás que las molestias mejoran de forma notable.



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