21 Mar Día Mundial del Síndrome de Down
Con motivo del Día Mundial del Síndrome de Down, que se celebra cada 21 de marzo por designación de la ONU, en e-Familia repasamos las dolencias médicas más comunes entre las personas con síndrome de Down desde que son adultas hasta que envejecen.
El síndrome de Down es una combinación cromosómica natural que siempre ha formado parte de la condición humana, existe en todas las regiones del mundo y habitualmente tiene efectos variables en los estilos de aprendizaje, las características físicas o la salud.
Todas las personas con síndrome de Down deben tener la oportunidad de disfrutar de vidas plenas, tanto en igualdad de condiciones con las demás, como en el resto de aspectos de la sociedad.
Trastornos médicos comunes
Pérdida sensorial
- Ojos: Los adultos con síndrome de Down corren el riesgo de desarrollar cataratas prematuras y queratocono.
- Oídos: Los adultos con síndrome de Down presentan un riesgo elevado de pérdida de audición conductiva. Además, tienden a tener los canales auditivos pequeños y con frecuencia pueden tener una acumulación de cerumen que puede afectar la audición.
Con frecuencia, las discapacidades sensoriales no diagnosticadas (de la vista o el oído) se suelen confundir con testarudez, confusión o desorientación en adultos con síndrome de Down.
Hipotiroidismo
La glándula tiroides participa en varios procesos metabólicos que controlan la rapidez con la que el cuerpo consume energía, genera proteínas y regula las hormonas.
La disfunción tiroidea es frecuente en adultos con síndrome de Down y puede producir síntomas de cansancio, lentitud mental, fluctuaciones de peso e irritabilidad.
Apnea obstructiva del sueño
Los adultos con síndrome de Down tienen un mayor riesgo de sufrir apnea del sueño, un trastorno del sueño que produce un sueño no restaurador de mala calidad.
Los signos de una posible apnea del sueño son ronquidos, resoplidos, somnolencia diurna, cansancio matutino (dificultad en levantarse de la cama), siestas excesivas y sueño fragmentado.
La apnea del sueño no diagnosticada o no tratada produce síntomas de irritabilidad, falta de concentración, cambios de comportamiento y déficit de atención. También puede exigir demasiado esfuerzo al corazón y los pulmones y causar una presión arterial elevada.
Osteoartritis
Las personas con síndrome de Down suelen ser hiperflexibles. Con los años, esto puede causar mayor desgaste de las grandes articulaciones (caderas, rodillas, etc.), lo que aumenta el riesgo de osteoartritis.
Los adultos que tienen sobrepeso o que lo tuvieron anteriormente tienen mayor riesgo. La artritis es dolorosa y puede reducir la movilidad y el deseo de participar en actividades.
En algunas personas, el dolor puede expresarse a través de cambios de comportamiento negativos. El dolor no tratado aumenta el riesgo de reducción adicional de la movilidad y desacondicionamiento debido a la reticencia a participar en actividades o hacer ejercicio.
Inestabilidad atloaxoidea y problemas de la columna cervical
En adultos con síndrome de Down, hay un mayor riesgo de inestabilidad entre el “atlas” y el “axis”, la primera y segunda vértebras de la columna cervical que están situadas directamente debajo de la base de la cabeza. Esto se conoce como inestabilidad atloaxoidea.
Si hay inestabilidad y se producen cambios en la columna debido a la artritis, existe un mayor riesgo de daños en la médula espinal en esa zona.
Se puede producir también un estrechamiento gradual del conducto vertebral debido al desarrollo de cambios artríticos graves en los huesos de la columna. Este problema recibe el nombre de estenosis espinal.
Cuando se producen cambios crónicos en la columna cervical que afectan a la médula espinal, se pueden observar síntomas como debilidad en los brazos o las manos, anomalías al caminar o incontinencia.
Los huesos del cuello son más vulnerables a medida que los adultos con síndrome de Down envejecen.
Osteoporosis
La osteoporosis se detecta mediante una prueba de densidad ósea y se puede tratar con medicamentos, además de ejercicio y cambios en el estilo de vida.
La osteoporosis causa que la masa ósea pierda densidad, lo que aumenta el riesgo de fractura. Las personas con síndrome de Down presentan un mayor riesgo de sufrir la enfermedad, especialmente si hay inmovilidad, baja masa corporal, historial familiar de osteoporosis, menopausia precoz o exposición prolongada a determinados medicamentos anticonvulsivos.
Enfermedad celíaca
La enfermedad celíaca es un trastorno en que el cuerpo no puede digerir el gluten de trigo y los productos con trigo, causando daños en el revestimiento del intestino e impidiendo la absorción de ciertos nutrientes.
Cuando está presente, la enfermedad celíaca puede causar molestias gastrointestinales, carencias nutritivas y a veces irritabilidad general y cambios en el comportamiento. Las personas con síndrome de Down tienen un riesgo más elevado de tener este trastorno.
Enfermedad de Alzheimer
La enfermedad de Alzheimer de inicio precoz es más frecuente en adultos con síndrome de Down que en la población general. Es importante conocer la conexión entre el síndrome de Down y la enfermedad de Alzheimer para que se pueda realizar una vigilancia adecuada de los signos o síntomas de la enfermedad.
La enfermedad de Alzheimer y el síndrome de Down comparten una conexión genética, lo que aumenta el riesgo de demencia más temprana.
Existe un mayor riesgo de enfermedad de Alzheimer en adultos con síndrome de Down. Este riesgo aumenta con la edad. Sin embargo, la enfermedad de Alzheimer no es inevitable en las personas con síndrome de Down.