21 Jul Cómo desinfecto el bañador tras un día de playa y otras dudas de higiene en el verano del coronavirus.
Ya conocemos muchas de las medidas básicas, pero a mientras avanzamos en la nueva normalidad aparecen nuevas preguntas.
Sonia Faura
Ya está asimilado lo de lavarse las manos constantemente (entre 45 y 60 segundos, preferiblemente con jabón o, en su defecto, con gel hidroalcohólico). También (aunque haya a quien le cueste) lo de ponerse la mascarilla y lo de mantener la distancia social. Pero, a pesar de todo lo aprendido, surgen nuevas dudas a medida que vamos enfrentándonos a las distintas situaciones de la nueva normalidad. Y con el primer verano en la era del coronavirus, es inevitable preguntarse cómo se hacen determinadas cosas: ¿cómo se limpia el bañador? ¿Hay que desinfectar la piscina de casa de alguna forma específica? ¿Se puede compartir toalla?…
¿Puedo seguir enjuagando el bañador solo con agua?
Al llegar a casa o al hotel después de un día en la playa lo habitual es ir directos a la ducha. Además de quitarse la sal del mar y la arena, toca darle un remojo al bañador. Lo mismo al volver de la piscina (en este caso por el cloro). Hasta ahora valía con frotar con abundante agua y dejarlo tendido para que se secara. Pero, ¿cómo hay que hacerlo en tiempos de pandemia? El decano del Colegio de Químicos de Madrid, Ricardo Díaz explica que tanto la sal como el cloro sirven para eliminar el virus en la tela. Eso sí, será suficiente siempre y cuando el bañador no haya estado en contacto con ninguna superficie contaminada después del chapuzón (por ejemplo, la silla de un chiringuito). En este caso, toca ser más estrictos con la limpieza: “Hay que actuar igual que con la ropa que usamos en la calle, porque se ha podido infectar en el momento del contacto con la superficie”, clara el experto. Es decir, toca lavarlo con jabón a más de 60ºC.
Mi amigo se ha olvidado la toalla, ¿puedo dejarle la mía?
La respuesta del experto es un rotundo no. Este verano cada persona debe tener su toalla propia para secarse. Es la única manera de asegurarse de que no se ha infectado y de poder volver a usarla el día siguiente. Si se ha seguido esta pauta, “bastaría con dejarla tendida al sol al llegar a casa y lavarla, por lo menos, un día a la semana”, comenta Díaz. Si en cambio, la tela ha estado en contacto con alguna superficie (como en el caso del bañador) o si alguien más la ha usado esto ya no valdría. Una vez más, directa a la lavadora. Hay que meterla a 60ºC tras su uso para evitar el contagio a toda costa, según las indicaciones del Foro Internacional de Higiene en el Hogar.
Para desinfectar otro tipo de objetos, ¿puedo usar gel hidroalcohólico?
La toalla y el bañador no es lo único que solemos llevar a la playa y a la piscina. Un veraneante que se precie llena siempre su venera con bebidas, tápers de comida, cubiertos… Y ahí dentro todo miembro del grupo mete la mano sin discreción. Así que toca extremar medidas de limpieza, aunque raro sería que alguien hubiera llevado jabón entre sus enseres playeros. Con suerte hay alguna botella de gel hidroalcohólico en un capazo. La duda es: ¿vale para limpiar objetos? “En caso de emergencia, sí. El alcohol que contiene ayuda a desinfectar, aunque es mejor utilizar alcohol puro de 96 grados”, afirma Díaz, aunque explica que los objetos no absorben la glicerina (otro de sus ingredientes) como lo hace la piel. Así que es posible que se quede una película algo grasienta alrededor. Además, si lo que limpia es un cubierto puede que notemos un regusto extraño a la hora de comer. Sea como fuere, si se usa el gel hidroalcohólico en la playa o en la piscina, toca reforzar la protección solar en las manos.
¿Hay que desinfectarse los pies después de un paseo por la arena?
Si eres de los que disfrutan de una buena caminata por la arena a la orilla del mar, quizás te preocupe que pueda quedar algo de rastro de virus en tus pies. Según un informe del CSIC sobre la transmisión del coronavirus en playas y piscinas, la acción conjunta de la sal marina, la radiación solar y la alta temperatura que puede alcanzar la arena favorecen la inactivación de los agentes patógenos. Lo mismo ocurre en la piscina, apunta Díaz: “Es difícil que con el calor, el agua clorada y los rayos UV el virus permanezca en el césped o alrededores de una piscina”, según Díaz. Además, cabe recordar que el virus se contagia a través del contacto directo con las mucosas de la boca, nariz y ojos (de ahí la importancia del lavado de manos y de evitar tocarse la cara). Bastaría con no hacer acrobacias y llevarse los pies a la boca. Eso sí, por un tema de higiene, nunca está de más lavarlos después de andar descalzo.
Si tengo piscina en casa, ¿tengo que hacerle algún tratamiento específico?
En verano, cuando no se tiene el mar cerca, hay pocas cosas tan agradables como pasar un rato con amigos en una piscina. Y si es privada, en lugar de comunitaria o pública, es incluso mejor. Aunque claro, ahora cabe la duda de si con todo esto del coronavirus sería necesario algún tipo de tratamiento específico al invitar a gente. “No hay ninguna necesidad de hacer nada especial ni nada diferente de lo habitual para eliminar el virus de las piscinas, solamente cumplir con los criterios tecnicosanitarios recogidos por la legislación”, según el director de I+D para Europa y Asia de Fluidra, David Tapias. Es decir, valdría con el proceso habitual de limpieza. Según las recomendaciones del CSIC, esto implica una concentración de cloro entre 1 y 3 mg/litro y mantener el pH entre 7,1 y 7,6. Díaz lo confirma: “Con esta cantidad de cloro es improbable el contagio”. Lo que sí sería recomendable es la limpieza de las zonas comunes, grifos, hamacas… después de que se vayan los invitados. Se puede realizar, al igual que la limpieza del hogar, con una mezcla de una parte de lejía por cada cincuenta de agua.
¿Me puedo ir de ‘camping’ en la nueva normalidad?
La respuesta es sí. Al igual que los hoteles y apartamentos de alquiler, muchos campamentos también han abierto sus puertas. Eso sí, multiplicando las medidas de higiene, sobre todo en las zonas comunes. Según las indicaciones de la guía publicada por el Ministerio de Turismo, “el establecimiento debe prestar una especial atención a la limpieza y desinfección de las zonas de uso común. Además de determinar e informar los aforos”. Las normas más concretas tienen que ver con los aseos, que “deben contar con dispensadores de papel de secado o secador de manos”. Sí, se puede usar el secador de los baños públicos y “no aumenta la posibilidad de contagio”, dice Díaz. Aunque María Ángeles Marcos, jefa de sección de virología del Hospital Clinic de Barcelona, recomienda el uso de papel. Las indicaciones de la guía continúan: “Las papeleras no deben ser de apertura manual y disponer de bolsa. También es necesario asegurar la reposición de los consumibles como el jabón y las toallas de papel”. Por último, se desinfectarán por completo al menos seis veces cada día.
Si me voy de viaje en coche, ¿debo desinfectarlo de alguna forma?
Para llegar a los destinos vacacionales este verano el coche parece ser el transporte elegido. Se viaje solo o acompañado, no está de más darle un buen repaso (el virus puede permanecer varios días en las superficies rígidas como el acero o el plástico que abundan en un vehículo). La DGT también ha publicado una serie de recomendaciones, que pasan por la desinfección siempre con lejía o alcohol diluidos en agua. En especial, hace hincapié en algunas partes concretas:
– El tirador de la puerta, la palanca de cambios y el volante: son los elementos que más tocamos, por eso se deben limpiar a diario tanto al entrar como al salir del coche.
– Las alfombrillas: son un punto en el que se acumula mucha suciedad. Si son de tela, se recomienda usar un cepillo y posteriormente una aspiradora. Si son de goma, se aconseja limpiarlas con la ayuda de un chorro de agua caliente a presión. En ambos casos hay que utilizar posteriormente un producto que mate el virus, como lejía o alcohol diluidos en agua.
– El salpicadero: también atrae mucha suciedad y polvo, así que se recomienda desinfectarlo a menudo tras el uso del coche.
– Las rejillas de ventilación: para que el aire acondicionado realice la función de entrada y salida de aire correctamente, es importante limpiar las rejillas con frecuencia con una aspiradora. Así se evitará que se obstruyan y que se acumule polvo y partículas de virus en el aire.
– Las ventanillas: primero toca desinfectarlas con lejía y después pasar un limpia cristales con un trapo.