Adiós al sedentarismo: Muévete más y mejor.

Adiós al sedentarismo: Muévete más y mejor.

Al menos un 60% de la población mundial no realiza la actividad física necesaria.

Olga Selma

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Rober Sánchez (@robesemueve) es entrenador personal y educador para el movimiento. Tras 10 años como preparador y consultor para la industria del fitness, decidió volcarse en la lucha contra el sedentarismo y la promoción de una vida físicamente activa desde la conciencia, la coherencia y la responsabilidad personal, siempre bajo la premisa de un hecho indiscutible: moverse no es hacer ejercicio.

Tanto a través del blog M de Movimiento como del libro Camina, salta, baila (Plataforma Actual), el experto destaca que de las cuatro horas diarias de marcha de nuestros antepasados hemos pasado a unos escasos treinta minutos, llegando al momento más sedentario de nuestra historia. Y estamos pagando un alto precio por ello: “Todas las enfermedades modernas no contagiosas (obesidad, diabetes, cardiopatías, depresión, artropatías, cáncer, etcétera) están relacionadas, en mayor o menor medida, con la falta de actividad física. Porque la naturaleza del ser humano no es sedentaria. Cuánto y cómo se mueve la mayoría de las personas suele ser escaso y pobre, intermitente e inconsciente”, destaca. Y como solución nos propone ser personas más activas.

El movimiento es más que ejercicio

Para Rober, el fitness, el deporte, el running y el ejercicio en el gimnasio no son suficientes para nutrir la necesidad de movimiento de nuestro cuerpo. “Moverse no es hacer ejercicio; es mucho más. ¿Cuánto hace que no das un salto, que no te arrastras, que no te cuelgas y dejas caer, que no mantienes el equilibrio sobre una sola pierna?”, pregunta.

Su receta es concisa: debemos aumentar la frecuencia de la actividad física diaria; la amplitud del rango del movimiento (para ganar flexibilidad y movilidad en las articulaciones); y la complejidad y diversidad de gestos, posturas, patrones, intensidades y cargas, tanto en el deporte como en el día a día. Todo ello tendrá un impacto positivo en nuestra coordinación, equilibrio, capacidad de reacción, memoria gestual, ritmo e inteligencia corporal.

Para que los movimientos sean de rangos más amplios, el secreto está en hacer movimientos de una forma más diversa y compleja, ofreciendo al cuerpo estímulos distintos a los que le tenemos acostumbrado. “Los atributos del movimiento van mucho más allá de la fuerza, la resistencia, la velocidad, y la flexibilidad. ¿Qué hay del ritmo, la coordinación, el equilibrio, la agilidad, la precisión, la fluidez, la capacidad de reacción, etc.?”, analiza.

Y para conseguirlo propone empezar el día moviéndonos, movilizar las articulaciones, descalzarnos para mover los pies, agacharnos y sentarnos en el suelo más a menudo, colgarnos, mover los brazos por encima de la cabeza, jugar, aprender cosas nuevas, hacer ejercicio y meditar.

A todo ello, Sánchez añade que ni caminar 10.000 pasos, ni cargar con la compra, ni subir las escaleras en lugar de coger el ascensor, ni bajarte del bus una parada antes, ni cualquier tipo de movimiento, esfuerzo o actividad física que puedas integrar en tu vida es suficiente, ya que es solamente una parte; a la que tenemos que añadir un trabajo de fuerza, de ejercicios de agilidad, de exposiciones a estímulos vigorosos. Como la mayoría de nosotros solo podemos llevarlos a cabo si dedicamos un tiempo exclusivo para ello, el gimnasio, el parque, la playa, el monte o incluso en casa, debemos obligar al cuerpo a esforzarse y exprimirse en periodos poco frecuentes y cortos. “Seas quien seas, tengas la edad que tengas, también si eres una persona mayor, aunque siempre contextualizándolo y adecuándolo a tus condiciones individuales, de vez en cuando, ni que sea un par de días a la semana, tu cuerpo también necesita vigor”, desataca.

Con ello, complementaremos el resto de movimientos que hacemos durante nuestras rutinas diarias y mejoraremos nuestro estado de salud, tanto a nivel físico como psicológico y social y, consecuentemente, reduciremos las visitas al médico.