George Clooney (64 años) y su reflexión vital: “Cuando cumplas 65, te despertarás un día lleno de enfado y será por aquello que no intentaste, no por aquello en lo que fracasaste.

George Clooney (64 años) y su reflexión vital: “Cuando cumplas 65, te despertarás un día lleno de enfado y será por aquello que no intentaste, no por aquello en lo que fracasaste.

El actor estadounidense defiende que el miedo al fracaso paraliza más que los errores en sí y que lo que de verdad nos hace crecer son los tropiezos.

2025. La Vanguardia

Marc Mestres

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George Clooney, uno de los actores más reconocidos de Hollywood, ha compartido una reflexión que va mucho más allá de su trayectoria artística. A sus 64 años, el intérprete tiene claro que el verdadero aprendizaje no llega con el éxito, sino con el fracaso.

En palabras del propio Clooney: “No aprendes nada del éxito, todo lo aprendes del fracaso. Y el miedo al fracaso es lo que impide que la gente haga algo”.

El arrepentimiento que pesa más

El actor subraya que, con el paso del tiempo, lo que realmente duele no son los errores cometidos, sino las oportunidades que dejamos escapar por miedo: “Cuando cumplas 65, te despertarás un día lleno de enfado y será por aquello que no intentaste, no por aquello en lo que fracasaste”.

Para Clooney, el fracaso es parte natural del camino, mientras que la parálisis que provoca el miedo nos condena a no crecer ni evolucionar.

El éxito engaña, el fracaso enseña. El protagonista de Ocean’s Eleven reconoce que su carrera ha estado marcada tanto por logros como por rechazos. Y sostiene que es precisamente en esos momentos de frustración donde uno se ve obligado a revisar sus decisiones y fortalecerse.

“El éxito puede ser engañoso, puede hacernos creer que lo hacemos todo bien. El fracaso, en cambio, nos obliga a mirar hacia dentro y ajustarnos”, resume.

Una visión estoica de la vida

Clooney conecta su pensamiento con la filosofía estoica: aceptar lo que no depende de uno mismo y ver en cada obstáculo una oportunidad para crecer. Como decía Marco Aurelio, “lo que se interpone en el camino se convierte en el camino”.

El actor insiste en que no se trata de romantizar el sufrimiento, sino de entender que ningún error es definitivo: siempre se puede reajustar, aprender y volver a intentarlo.