03 Jul Estas son las dos actividades físicas más eficaces para nuestra salud.
Según los expertos la clave del éxito está en sentir placer y bienestar al ejercitarnos.
María Martínez Denia
Numerosos estudios e investigadores avalan que determinadas actividades físicas mejoran el equilibrio y la flexibilidad, fortalecen los huesos, mantienen el peso bajo control, protegen las articulaciones, e incluso mejoran el rendimiento de la memoria.
La doctora Inmaculada de Vivo, profesora de Epidemiología en la Harvard Medical School of Public Health, y una de las mayores expertas en la investigación genética del cáncer, recomienda en una entrevista con Infosalus, cuáles son las actividades físicas más beneficiosas para la salud.
Según demuestra en su libro Biología de la Gentileza –escrito junto a Daniel Luera–, la actividad física es una manera de «evitar» que los telómeros se acorten. Estas son estructuras de ADN que se encuentran en los extremos de los cromosomas, cuya función es la de mantener intacto el material genético de la célula y protegerlo de posibles daños.
Las mejores disciplinas deportivas: la natación y el taichí
Aunque puedan parecer muy diferentes, la natación y el taichí son consideradas por la experta «disciplinas deportivas perfectas».
En primer lugar, la natación es «un ejercicio aeróbico, lo que significa que mejora la capacidad pulmonar y las funciones del sistema cardiovascular, y surte un efecto particularmente positivo en el estado de ánimo, lo que ayuda a fortalecer el bienestar mental, al tiempo que es muy útil para tonificar y quemar calorías».
Además, la acción de flotar alivia la carga de las articulaciones, especialmente si están doloridas, por lo que favorece un movimiento fluido y sin tirones.
Por otra parte, el Tai-chi es una disciplina de origen oriental que se basa en una fuerte conexión entre la mente y el cuerpo, provocando un gran estado de concentración, «combina la acción con la relajación. Es meditación en movimiento», apunta la investigadora. Estos movimientos suaves, elegantes y controlados, ofrecen grandes beneficios especialmente hacia las personas mayores mejorando el equilibro, previniendo el riesgo de caídas y las dificultades para caminar.
La importancia de los ejercicios de fuerza
Ante la creencia de que los ejercicios de fuerza, como el levantamiento de pesas o el uso de máquinas ‘fitness’ del gimnasio, están orientados únicamente para un segmento de las personas que ejercitan, esto es totalmente erróneo.
«El entrenamiento de intensidad media tiene el mérito de aumentar la fuerza y el tono muscular sin transformar el cuerpo, al tiempo que le da una apariencia de salud y de vigor. Los músculos requieren grandes cantidades de energía, incluso en reposo, por lo que tienen la importante función de ayudarnos a quemar calorías«, defiende De Vivo.
En relación a esto, la doctora apunta que cuanto mayor es la masa muscular, mayor será la cantidad de calorías quemadas, además de aliviar condiciones patológicas o dolencias relacionadas con la edad, como los dolores de rodillas por la osteoartritis, mejorar el equilibrio, aumentar la densidad ósea, reducir el riesgo de fracturas, e incluso, mejorar la calidad del sueño.
No obstante, es fundamental realizar este tipo de entrenamientos guiados y vigilados por un monitor especialista en la materia, para aprender, al principio, cuál es la correcta ejecución de los ejercicios y evitar lesiones.
Caminar resulta fundamental
«Encontramos que la caminata vigorosa mayor o igual a 150 minutos por semana tendría una ventaja biológica asociada con 4,4 años menos de envejecimiento biológico en comparación con los no caminantes», comparte De Vivo. Los estudios científicos han demostrado que caminar, mínimo tres horas por semana, tiene un impacto en la salud comparable al de los entrenamientos más cortos, pero mucho más intensos.
Caminar ayuda a mantener el peso bajo control, fortalece los huesos, reduce la presión arterial, mejora el estado de ánimo, disminuye el riesgo de contraer enfermedades crónicas, reduce el colesterol malo o LDl, y aumenta el nivel del colesterol bueno o HDL.
De Vivo destaca que la clave del éxito está en sentir placer y bienestar al ejercitarnos, y que actividades cotidianas como subir escaleras, caminar en el sitio, levantar las piernas, estar de pie y caminar al hablar por teléfono o limpiar la casa, son muy sencillas y beneficiosas para nuestro cuerpo.