En las últimas décadas han aumentado nuestra exposición a factores que contribuyen al incremento de casos de cáncer: el medio ambiente en él que vivimos, el estilo de vida que hemos adquirido, la mayor exposición a factores de riesgo, el aumento de la esperanza de vida con el consecuente envejecimiento de la población, o el aumento poblacional, entre otros.
Según la OMS, alrededor de un tercio de las muertes por cáncer son debidas a cinco factores que podemos evitar: el tabaco, las infecciones, el alcohol, el sedentarismo y las dietas inadecuadas (insuficiente cantidad de fruta, verdura y legumbres). Por tanto, el papel de cada persona en el cuidado de su propia salud se vuelve imprescindible y determinante, si se dispone de la información adecuada. Cambiar los hábitos y optar por una vida saludable que contribuya a la prevención del cáncer debe convertirse en prioritario.
Solidaridad Intergeneracional apuesta desde hace años por un estilo de vida saludable como el mejor remedio para prevenir el cáncer. Tener y practicar hábitos sanos y activos repercute de manera muy positiva en nuestra salud y en la mejora de nuestra situación vital. Incluir rutinas duraderas que nos estimulen y sean fáciles de llevar a cabo será nuestro objetivo a corto plazo.
La primera parte para empezar a desarrollar y poner en marcha hábitos saludables, que nos ayuden a prevenir enfermedades como el cáncer, es crear un estado de consciencia de la importancia de nuestra salud para poder vivir de forma plena, con autonomía, una vida larga.
La salud física y mental junto al estilo de vida que incluye las relaciones sociales más allá de la familia, el compromiso social, además de la alimentación saludable y el ejercicio habitual y el aprendizaje continuo, son un puzle combinable, un grupo de piezas prácticas que conforman un estilo de vida saludable que previene de la enfermedad.
A continuación, hemos seleccionado una serie de consejos que pueden servir para prevenir el cáncer: