30 Ago Luis Miguel Chapinal, emprendedor sénior: «Los 60 son la mejor edad para empezar un nuevo negocio».
Con 61 años ha montado un gimnasio en Madrid y planea reformar otro gracias al apoyo de CaixaBank.
Pablo Recio y Marta Jurado
Mantenerse activo física y mentalmente es el leiv motiv que impulsa cada día a Luis Miguel Chapinal. Este emprendedor de 61 años, aficionado al deporte y a las nuevas tecnologías, defiende que «si no cuidas tu cuerpo con ejercicio diario, la mente no funciona». Con el empuje de que la vida es un esfuerzo continuo, este ingeniero de telecomunicaciones se ha reinventado una y mil veces. Primero estudiando Administración y Dirección de Empresas como complemento a su otra carrera y luego, dejando su trabajo fijo en Telefónica para montar una empresa de renovables en los 2000.
Ahora, una vez pasada la sesentena, y tras lo peor de plena pandemia, decidió seguir buscando nuevas oportunidades y emprender con la apertura de un gimnasio en el centro de Madrid. «A mi siempre me ha gustado el deporte, corro medias maratones, y lo tecnológico, por mi profesión. Este gimnasio aunaba las dos cosas. Además me atraía lo tradicional de un deporte como el boxeo, unido a la innovación que incorporan los sensores que tiene cada saco y que registran cada impacto en una app personalizada. No solo son golpes, sino que es una actividad muy funcional».
Emprender acompañado, una de las claves para el éxito
Con mucho sudor y motivación, el gimnasio que abrió en abril de 2021 – en plena pandemia– en el barrio madrileño de Puerta del Ángel junto a su socia Nico, le va tan bien que han decidido montar otro nuevo local en Torrelodones, a las afueras de Madrid. Para ello ha accedido al asesoramiento y la financiación de CaixaBank (@caixabank) que le permitirá seguir con su sueño. «Ahora estoy en lo mejor de mi vida. Los 60 son la mejor edad para emprender porque uno va acumulando experiencia a lo largo de su vida y todo ese conocimiento personal, laboral y social, hay que aprovecharlo y devolvérselo a la sociedad«, defiende Luis Miguel, emocionado ante el hecho de que su negocios se está expandiendo.
Pero confiesa que no quería hacer este viaje solo. Necesitaba un último ‘punch’ de liquidez, y también de asesoramiento. «Dicen que si quieres llegar rápido, es mejor que hagas las cosas solo, pero para llegar lejos, es mejor hacerlo acompañado. Dentro de mis socios está Nico, que conoce el negocio como directora del gimnasio, pero también necesitaba un apoyo extra. Y qué mejor que ir a un banco como CaixaBank, presentarle el proyecto, que lo analice y que te asesore. Ellos ven los número desde fuera y te van diciendo lo que funciona y lo que no».
El empujón del microcrédito de CaixaBank
Así, con las ideas claras, y recién cumplidos los 61 años, Luis Miguel presentó su idea en una de las oficinas de CaixaBank, entidad de la que ha sido cliente toda la vida. «La verdad es que en su caso todo ha sido muy fácil. Con su experiencia y el plan de negocios que nos mostró, no tuvimos demasiadas dudas. Además él tenía el respaldo de tener ya un gimnasio similar en marcha, por lo que conocía el sector», explica Roberto Sánchez, director de la oficina Store Negocios Torre Europa de CaixaBank, especializada en la evaluación de financiación para proyectos de pymes y autónomos.
«Le ofrecimos a Luis Miguel un producto de financiación a largo plazo y un crédito para que él pudiese avanzar en otros aspectos como el marketing y poder ofrecer un valor añadido al nuevo gimnasio», cuenta Sánchez, quien reconoce que apenas repararon en su edad. «La edad es lo de menos, lo importante es la motivación, la ilusión que tiene en el proyecto cuando te lo cuenta». De esta manera, Luis Miguel ha conseguido la financiación a través de MicroBank, una cuenta de crédito para emprender nuevos negocios de CaixaBank, que le ha permitido avanzar con las obras y la remodelación de su próximo negocio en Torrelodones, que espera inaugurar pronto.
«Hay que estar preparado para el día de mañana»
Y es que Luis Miguel asegura que no tiene miedo a seguir emprendiendo, ya que toda su vida se ha lanzado a proyectos que a otros les parecían arriesgados. «Yo tengo alma de surfero, voy viendo las olas tecnológicas y hasta el momento me ha ido bien». Tal como nos cuenta, en el año 95 pasó de trabajar en la telefonía fija a la telefonía móvil, porque «a pesar de la incertidumbre», vio una «oportunidad». En el año 2005, con 43 años, dejó su trabajo en Telefónica para emprender en el negocio de las plantas fotovoltaicas, siendo uno de los primeros en España en hacerlo. Y ahora, cree que las tecnologías y el deporte van a marcar el futuro, y se ve con fuerzas para enfrentarse a lo que tenga que venir.
«Abrimos este gimnasio tras lo peor de la pandemia, con mascarillas, medidas de seguridad…, pero no dudamos ni un momento.. En toda crisis hay una oportunidad y eso se aprende con los años… Yo siempre digo que hay que estar preparado para el día de después, para el día de mañana», señala. Y eso incluye cambios tan importantes como la jubilación. «Yo creo que no me voy a jubilar en mi vida… Quizás sí administrativamente, pero seguiré con proyectos en mente, porque de la vida uno nunca se jubila. Solo hay que encontrar aquello que te haga feliz, que te haga sentirte realizado», recomienda.