16 Dic El deterioro cognitivo del envejecimiento se puede revertir.
Investigadores de la Universidad de California en San Francisco han descubierto cómo revertir el deterioro cognitivo asociado con el envejecimiento. Los resultados se han publicado en la revista eLife.
El deterioro cognitivo asociado con la edad afecta a la memoria, que empieza a decaer con los años y reduce especialmente la capacidad de recordar el contexto de una experiencia.
Todavía existen dudas respecto a si esos cambios forman parte de un proceso irreversible, si están o no relacionados con lesiones cerebrales concretas, o son el resultado de disfunciones fisiológicas.
La nueva investigación arroja luz al respecto: ha descubierto, estudiando las capacidades cognitivas en ratones envejecidos, que la pérdida memoria tan frecuente en edades avanzadas no se debe a una degradación del sistema cognitivo.
Lo que ocurre en realidad es que un bloqueo fisiológico asociado al estrés celular impide el desempeño de las funciones cognitivas naturales. Estos científicos han comprobado que ese bloqueo fisiológico es reversible y que las facultades mentales se pueden rejuvenecer.
El efecto se consigue mediante unas pocas dosis de un fármaco experimental: recupera la memoria y la flexibilidad mental relacionadas con la edad en ratones.
INHIBIENDO EL ESTRÉS
Inhibiendo el estrésEl fármaco, llamado ISRIB, fue descubierto en 2013 por investigadores de la misma universidad. Se trata de unInhibidor de la Respuesta al Estrés Integrado, una condición que puede desencadenarse dentro de una célula.
Como el estrés está involucrado en la formación de la memoria, diferentes estudios han comprobado con anterioridad que ISRIB mejora el aprendizaje espacial e incluso la capacidad de formar recuerdos después de una lesión cerebral traumática.
También se ha comprobado que ISRIB revierte los deterioros cognitivos relacionados con el síndrome de Down, así como que previene la pérdida auditiva relacionada con el ruido y que mejora la cognición incluso en animales sanos.
De nuevo jóvenes. La nueva investigación aplicó este medicamento a ratones envejecidos naturalmente y comprobó que restauraba las capacidades cognitivas de su juventud, así como que rejuvenecía sus cerebros y las células del sistema inmunitario.
«Los datos sugieren que el cerebro envejecido no ha perdido permanentemente las capacidades cognitivas esenciales, como se suponía comúnmente, sino que estos recursos cognitivos todavía están ahí, pero de alguna manera han sido bloqueados, atrapados por un círculo vicioso de estrés celular», explica Peter Walter, uno de los investigadores, en un comunicado.
Y añade: «nuestro trabajo con ISRIB demuestra una manera de romper ese ciclo y de restaurar las habilidades cognitivas que se habían aislado con el tiempo».
BUSCANDO LA SALIDA
Buscando la salida. Los investigadores entrenaron ratones envejecidos para escapar de un laberinto acuático al encontrar un pasadizo oculto, una tarea que normalmente es difícil de aprender para los animales mayores.
Los ratones que recibieron pequeñas dosis diarias de ISRIB durante el proceso de entrenamiento de tres días, pudieron realizar la tarea tan bien como los ratones jóvenes, y mucho mejor que los animales de la misma edad que no recibieron el fármaco.
Varias semanas después del tratamiento con ISRIB, entrenaron a los mismos ratones para encontrar la salida de un laberinto cuyo pasadizo cambiaba a diario, una prueba de flexibilidad mental para ratones viejos que, como los humanos, tienden a quedarse cada vez más atascados en sus laberintos.
Los ratones que habían recibido un breve tratamiento con ISRIB se comportaban con capacidades cognitivas juveniles hasta tres semanas después de recibir la medicación, mientras que los ratones envejecidos que no recibieron ISRIB seguían buscando la salida.
CEREBRO REJUVENECIDO
Cerebro rejuvenecido. Los investigadores pudieron comprobar que estos cambios cognitivos se debían al impacto del medicamento en el cerebro.
Observaron qué pasaba en el cerebro de los animales un día después de recibir el medicamento y descubrieron que las huellas del envejecimiento en las neuronas del hipocampo, que son fundamentales para el aprendizaje y la memoria, desaparecían de un día para otro.
La actividad eléctrica de estas neuronas se intesificó y fue más receptiva a la estimulación, al mismo tiempo que su conectividad se fortaleció con respecto a otras neuronas de su entorno cerebral.
También comprobaron los investigadores que las neuronas del hipocampo formaban conexiones estables y duraderas entre ellas, una característica que es más propia de los cerebros juveniles.
El descubrimiento abre nuevas perspectivas para mejorar la cognición en seres humanos y podría tener aplicaciones para el tratamiento de enfermedades cognitivas, como el Alzheimer, aunque también la diabetes, asociada a un sistema inmunológico envejecido prematuramente.