26 Oct Trucos para evitar comer a causa de la ansiedad y el estrés.
El estrés nos juega malas pasadas a la hora de ponernos frente a la nevera para elegir qué comer. Pero tranquilo, tenemos todos los trucos para evitar que esto pase. Sigue leyendo…
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La ansiedad y el estrés no son los mejores aliados de la alimentación saludable y de la báscula. Más bien todo lo contrario. Y es que eso que muchas veces creemos que es hambre, no lo es en realidad. Se trata de nuestro estrés tomando las riendas de nuestros cerebros y estómago. El trabajo, el colegio, la situación económica, los hijos…
Vivimos normalmente con una gran carga de estrés en nuestras vidas. Si a esto le sumamos la grave pandemia por la que estamos pasando a nivel mundial, la ansiedad se multiplica. «El confinamiento ha conllevado pasar muchas horas en un espacio reducido realizando pocas actividades de alto gasto de energía. Para muchos, el aburrimiento y la ansiedad, junto al hecho de tener la despensa y la nevera accesibles ha conducido a un aumento de la ingesta. Tampoco hay que olvidar que una de las actividades más realizadas por las familias ha sido cocinar, en concreto la repostería», comenta Caridad Gimeno Uribes, profesora del Grado en Nutrición Humana y Dietética de la Universidad CEU Cardenal Herrera.
Pero no está todo perdido. Mantener una dieta sana y ganarle el pulso a la báscula es posible con algunos trucos a los que podemos recurrir cada vez que notemos que perdemos la calma. Por ejemplo, la alimentación consciente es una buena aliada para controlar lo que ingerimos. «La ansiedad se elimina ocupando la mente en otras actividades, por ejemplo, leer, pintar, jugar a un juego de mesa, hacer una manualidad… Todo ello nos mantendrá ocupados y sólo nos acordaremos de comer en caso de que tengamos hambre de verdad y no por aburrimiento», comenta Caridad.
Además, escoger los alimentos adecuados a la hora de hacer la compra es una buena medida para evitar caer en la tentación de las calorías extra que aportan algunos alimentos como patatas fritas, bollería industrial o refrescos. «En general, las personas con estrés comen alimentos poco saludables siendo éste el problema. Muchos de ellos son lo que llamamos alimentos ultraprocesados, tanto dulces como salados: productos de bollería, chocolate, helados, snacks salados, gominolas…», asegura la profesora de Nutrición.
Técnicas para no perder la calma
No te rindas antes de tiempo: mantener una dieta saludable y no ganar ni un gramo es posible en situaciones de estrés. «Realizando técnicas de relajación y siendo conscientes en todo momento de lo que estamos comiendo. Tenemos que tener claro que los alimentos no van a tratar el origen del estrés o la ansiedad. Es más, incluso el hecho de ingerir alimentos no adecuados puede reducir la sensación de bienestar», cuenta la experta Caridad Gimeno. Además, añade: «Es interesante dedicarle tiempo a una buena planificación y educación nutricional. Controlando la lista de la compra, creando menús semanales, organizando la elaboración de diferentes comidas que resulten apetitosas… Así, una vez llegado el momento, no tendremos que improvisar y comer lo primero que nos apetezca de nuestra nevera».
Qué comer para reducir el «hambre emocional»
Los principales nutrientes que debes reponer en momentos de estrés y ansiedad son los que el organismo consume más en esos momentos de «hambre emocional»: magnesio, calcio, vitamina C y omega-3. Cierto es que a las personas que sufren de una situación de estrés les apetece más comer alimentos con escaso valor nutricional y altas dosis de azúcares, pero si tratamos de ingerir alimentos saludables que produzcan sensación de saciedad podemos aliviar la tensión y eliminar los nervios que nos llevan a abrir la despensa compulsivamente. También debemos saber que existen alimentos con azúcares intrínsecos que nos aportarán el sabor dulce de forma natural como la calabaza, el boniato, la yuca y las frutas en general, que por su cantidad de fibra tienen grandes efectos saciantes.
Para ayudarnos a conciliar el sueño tomar un lácteo antes de dormir con un puñadito de frutos secos será una ayuda eficaz.