02 Feb El ejercicio que debes hacer a partir de los 50 para estar siempre sano
Si bien es cierto que cualquier tipo de actividad, aunque solo sea andar, es mejor que el sedentarismo, ahora se aboga por un entrenamiento que supera al resto en efectividad.
MIGUEL SOLA
Si uno echa un vistazo rápido al área de pesas de cualquier gimnasio, se dará cuenta de que ya no está copada por culturistas y demás hombres fornidos. Nunca antes había tenido una clientela tan diversa; desde escuálidos jóvenes inexpertos hasta mujeres de mediana edad. Ya no extraña ver a un hombre, ya en su jubilación, sudando la gota gorda en las máquinas con el único objetivo de ponerse en forma y mejorar su salud. Sin embargo, estos siguen siendo una minoría y todavía hay gente de este rango de edad que tiene alergia a todo lo que les recuerda a esfuerzo y ejercicio físico.
A veces parece que la cantidad de cosas que puedes hacer depende del número de velas que hay en tu tarta de cumpleaños. Si bien es cierto que cualquier tipo de actividad, aunque solo sea ir andando al trabajo, es mejor que llevar una vida sedentaria, ahora se aboga por un tipo de ejercicio que supera al resto en efectividad, sobre todo conforme vamos envejeciendo. Ese no es otro que el entrenamiento de resistencia que, según un estudio reciente publicado en ‘Quality of Life Research’, es mucho más útil que el aeróbico, como puede ser correr, nadar o montar en bicicleta, justo el tipo de actividades que primero se nos vienen a la cabeza cuando pensamos en adelgazar o llevar una vida sana.
Para el estudio, los investigadores finlandeses de la Universidad de Jyväskylä reclutaron a 106 personas de entre 65 y 75 años, de los cuales ninguno era activo físicamente (un hábito muy común entre las poblaciones de estas edades y que según la Organización Mundial de la Salud deberían hacer al menos 150 minutos semanales de actividad aeróbica moderada y al menos dos sesiones por semana de entrenamiento de fuerza). Con la excepción de uno de los grupos que se mantuvo al margen, el resto empezó a realizar los ejercicios de resistencia anaeróbica (como, por ejemplo, el levantamiento de pesas o las series cortas de esfuerzos) entre una y tres veces por semana.
Asimismo, durante este periodo de nueve meses analizaron sus percepciones de calidad de vida (utilizaron un cuestionario), sentido de coherencia (si se ven capaces de llevar una vida “significativa, manejable y comprensible”, analizada mediante la escala de Antonovsky) y síntomas de depresión fueron evaluadas a través del inventario de Beck, que mide la severidad de la enfermedad. La importancia del entrenamiento de resistencia para el buen funcionamiento físico en personas mayores ya se había estudiado en investigaciones anteriores. Sin embargo, las consecuencias psicológicas se habían pasado por alto, según explica el autora principal del estudio Tiia Kekäläinen.
Tras solo tres meses, las mejoras en relación con el grupo que no estaba entrenando eran más que palpables. No obstante, los resultados más notables se registraron cuando terminó el periodo del estudio, tanto en los marcadores físicos como psicológicos. Lo confirma Loretta Graziano Breuning en ‘Prevention’, que, a colación de los resultados del estudio, añade que este tipo de entrenamientos enseñan a tu cerebro a funcionar de una manera más eficientes. Cuanto más se hace, más aprende a liberar sus sustancias químicas (serotonina, dopamina y oxitocina) que te mantienen más optimista y motivado. Hacer este tipo de ejercicio también reduce los niveles de cortisol, la hormona responsable de la respuesta física al estrés.
Los ejercicios de resistencia se reivindican, por tanto, como una actividad fundamental para la gente que llega a la tercera edad. En este sentido, los investigadores ya tienen en mente otros estudios para averiguar si estos efectos beneficiosos se mantienen por más tiempo y cuánto afecta la frecuencia en ellos.
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