24 Ene Y tu lugar en el mundo
Ana Isabel Esteban
Presidenta Solidaridad Intergeneracional
En cuanto nos sentimos adultos comenzamos a idear como lograr un espacio propio, un lugar al que regresar y sentirse seguro, libre, a gusto, es decir, como en casa.
Nuestro primer hogar, el de los padres, es nuestra referencia vital. Allí residen los recuerdos primeros, que transcurridos los años regresan sin haberles llamado.
Con el ímpetu de la juventud y el desconocimiento de casi todo, nos ponemos a construir o comprar una vivienda, donde vivir con la familia nueva que acabamos de inaugurar. Entonces no pensamos en las distintas etapas de la vida, nos sobran fuerzas y energía para subir y bajar peldaños, desde la entrada hasta el segundo piso y si es posible la casa con altillo, como si no hubiese un mañana.
En los últimos 100 años se ha construido un parque de viviendas en España cuyo factor principal y determinante ha sido el economicista, es decir, excesivo aprovechamiento del espacio que deja pasillos y puertas estrechas, habitaciones y baños encajados al milímetro donde no se puede transitar con una silla de ruedas, un andador y mal con muletas; materiales de construcción de baja calidad y en cantidad insuficiente como son aislamientos y sellados de ventanas que poco favorecen la eficiencia energética que nos ayuda a ahorrar costes y reducir las emisiones de C02 .
Más de 100.000 personas en nuestro país viven encerradas en sus casas porque no pueden bajar o salir a la calle y 1,8 millones con movilidad reducida precisan ayuda para realizar ese desplazamiento, que con edificaciones accesibles serían independientes. Sí, aunque nos parezca mentira se construyeron las viviendas sin ascensor y el resultado ahí lo tenemos. Se ha mal construido y ahora si hay que reformar, no olviden que los años pasan y las casas tienen que adaptarse a las necesidades de cada etapa de la vida.
Contamos con leyes vigentes que no se aplican, que garantizan que cualquier persona con discapacidad reconocida -el 40% de las personas mayores de 65 años la tienen y deberían solicitar su reconocimiento- o si cuentan con 70 años o más, pueden instalar un ascensor para acceder a la vivienda, incluso ocupando parte del espacio público en la calle, si fuese necesario. Los Ayuntamientos y la Comunidad Autónoma pueden subvencionar estas obras, al igual que también apoyan, siempre con escasos presupuestos, la accesibilidad dentro del hogar, especialmente para las personas mayores, o personas con discapacidad.
La falta de accesibilidad en el hogar y de amigabilidad en el entorno, -aquella que facilita la vida-, nos puede impedir seguir viviendo en el lugar elegido, nuestro lugar en el mundo. Envejecer lo hacemos todos los días, pero vivir bien, participar, sentirse vivo, eso depende de las decisiones que tomamos.
Solidaridad Intergeneracional ha puesto en marcha una campaña de sensibilización sobre el envejecimiento activo, accesibilidad y sostenibilidad en el hogar, porque estamos comprometidos con el futuro del planeta, pero sobre todo con el bienestar de las personas que habitan en el medio rural que sufren la soledad, las viviendas inaccesibles… que impiden envejecer con salud. El medio rural es sostenible, es sumidero de CO2 y transformador de agua en alimentos. El medio rural que sea amigable con sus habitantes, tiene futuro.
Contamos con un estudio amplio, un folleto, y una revista destinada a los Ayuntamientos que podrán descargarse o leer en un espacio específico habilitado para ello en www.efamilia.es y en www.solidaridadintergeneracional.es. En 2020 ponemos en marcha un servicio gratuito, pionero para apoyar la accesibilidad y sostenibilidad en el hogar que localizarán en el mismo lugar. Podrán ver además un calendario donde se muestran a través de cuadros famosos, como modificar los espacios, dentro y fuera del hogar para vivir mejor.