Una mala nutrición contribuye a una mala salud mental y aumenta el riesgo de diabetes.

Una mala nutrición contribuye a una mala salud mental y aumenta el riesgo de diabetes.

El consumo excesivo de alimentos procesados está relacionado con la depresión y la ansiedad.

Stefano Traverso

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Investigadores de la Universidad George Mason en Virginia (EEUU) han descubierto que comer alimentos como frutas y verduras frescas, cereales integrales, proteínas magras y lácteos bajos en grasa se asocia con un riesgo reducido de diabetes tipo 2 y trastornos de salud mental como depresión y ansiedad.

Las personas con diabetes (Diabetes Mellitus) tienen entre dos y tres veces más probabilidades de sufrir depresión que las personas que no la padecen, según los Centros para el Control de Enfermedades de EEUU, y el tratamiento actual incluye terapia, medicamentos o ambos.

Sin embargo, la comprensión de la relación multifacética entre nutrición, salud mental y DM es relativamente nueva en el discurso científico. Los investigadores de Mason intentaron aprender sobre la conexión entre la nutrición, la diabetes y la salud mental.

Dos revisiones de la literatura, realizadas por el profesor asistente Raedeh Basiri, muestran que la mala nutrición desempeña un doble papel: contribuye al riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y afecta la salud mental, incluidas la ansiedad y la depresión. Según los hallazgos, los trastornos mentales, como la depresión y la ansiedad, aumentan el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, y la diabetes también está relacionada con un mayor riesgo de sufrir dichos trastornos. Mientras que las intervenciones nutricionales pueden ayudar en ambos problemas de salud.

«Nuestros hallazgos subrayan el papel fundamental de las elecciones dietéticas en la reducción de los riesgos asociados tanto con la diabetes como con la salud mental. Las implicaciones de estos hallazgos se extienden más allá de la comunidad científica, ya que son prometedores para informar políticas de salud pública, prácticas de atención médica y recomendaciones dietéticas que pueden impactar positivamente en la población general», señala Basiri, autor principal de los artículos.

En última instancia, la investigación busca capacitar a las personas para que tomen decisiones dietéticas informadas y que promuevan la salud que puedan servir como una estrategia proactiva para la prevención y el control de la diabetes, así como de la ansiedad y la depresión. Más específicamente, los hallazgos del equipo brindan una visión integral de la relación entre los patrones dietéticos, los resultados de salud y el papel fundamental del comportamiento alimentario en el contexto de la diabetes tipo 2 y la salud mental.

Así, el equipo descubrió que comer alimentos como frutas y verduras frescas, cereales integrales, proteínas magras y lácteos bajos en grasa se asocia con un riesgo reducido de diabetes tipo 2 y trastornos de salud mental como depresión y ansiedad. Por el contrario, observaron que una dieta con una gran cantidad de alimentos procesados tenía un efecto negativo, aumentando la susceptibilidad a la diabetes tipo 2, la depresión y la ansiedad.

Además, el equipo de investigación descubrió que una dieta con alimentos ricos en energía, pero carentes de nutrientes esenciales, como ácidos grasos Omega-3, vitamina D, vitamina E, vitamina B6, vitamina B12, folato, selenio, cromo y magnesio, es asociado con la exacerbación de síntomas desfavorables tanto en la salud mental como con el desarrollo de diabetes tipo 2. Esta conexión enfatiza la importancia de elegir una dieta rica en nutrientes para la salud y el bienestar general.

«La evidencia científica actual subraya los beneficios potenciales de adoptar un régimen dietético bien equilibrado para disminuir los síntomas de ansiedad y depresión y al mismo tiempo mejorar el control glucémico en personas con diabetes», señala Basiri, quien ha publicado su investigación en ‘Nutrients’.