30 Jun Una de cada cuatro jubiladas está en riesgo de pobreza
Se ha duplicado en 15 años el número de mayores de 65 años con bajos recursos. Desde 2005, ha habido una ligera mejora
Haber pasado toda su vida laboral a la sombra del sueldo de sus maridos, sin cotizar, ha abocado a cientos de miles de jubiladas españolas a vivir bajo el umbral de la pobreza, especialmente las que han quedado viudas. El Gobierno entregó en mayo 257.889 Pensiones No Contributivas (PNC) por jubilación. El desglose por sexos refleja el marcado carácter femenino de estas prestaciones mínimas: el 82,91% de los receptores fueron mujeres. Cobrar una PNC supone sobrevivir este año con 339,70 euros al mes.
Se considera que una persona está bajo el umbral de la pobreza si, durante 2008, ganó menos de 7.753,3 euros, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística.
El 82,91% de las Pensiones No Contributivas (PNC) son para mujeres
En 1995, la pobreza entre las personas de más de 65 años era inferior a la media del país. «Pero llegaron los años del gran crecimiento económico, se disparó el PIB y no fue aparejado a un aumento de los recursos sociales», destaca el responsable del programa de mayores de Cáritas, José Ramón Solanillas. En los diez años siguientes, se duplicó la tasa de riesgo de pobreza entre los jubilados. En concreto, entre las mujeres de más de 65 años, el porcentaje pasó del 13%, en 1996, al 32,6%, en 2006.
Nuevas generaciones
Desde entonces, la incorporación de nuevas generaciones (con mayor poder adquisitivo) al colectivo de jubilados ha disminuido el índice de mujeres bajo el umbral de la pobreza hasta el 29,5%, en 2009. La tasa de los hombres marca la misma tendencia, aunque es 4,5 puntos inferior.
Otro factor que ha influido en la ligera mejora de los últimos años ha sido el aumento de las pensiones. «Han subido por encima del IPC [Índice de Precios al Consumo], pero con todos los recortes que se están haciendo por la crisis, cualquier día nos llevamos una sorpresa con las pensiones», teme Solanillas. El PP ha preguntado en los últimos meses al Gobierno sobre esta posibilidad, pero el Ejecutivo lo ha negado tajantemente.
Hasta 2000, la tasa de pobreza de los mayores de 65 años era inferior a la total
A diferencia de la tasa de los jubilados, la general de personas bajo ese umbral (incluyendo todas las edades) apenas ha variado y se ha mantenido en torno al 19% durante los últimos 15 años.
En los últimos años, la pobreza se ha extendido entre los que carecen de redes sociales de protección (inmigrantes, jóvenes desvinculados de sus familias, ancianos sin hijos…), trabajadores con bajos sueldos y hogares con niños.ç
Pobres con propiedades
La ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez, destacó en abril una paradoja bastante frecuente que se da entre los mayores de 65 años: muchos son pobres, pero tienen un patrimonio en propiedad (piso, local comercial…).
La Encuesta de Mayores 2010, de la Secretaría General de Política Social y Consumo, señala que el 83% de los jubilados son dueños de la casa en la que viven y apenas el 3% está en régimen de alquiler. Sin embargo, a pesar de vivir con menos de 7.000 euros anuales, «muchos se niegan a vender la vivienda para poder dejársela en herencia a sus hijos o no renunciar a su casa de toda la vida», señala la portavoz de la asociación Solidarios, Ana Muñoz. 200 de los 800 voluntarios que tiene la organización en Madrid trabajan en el programa dedicado a la atención a personas mayores.
En estos hogares, la falta de compañía se acrecienta cuanto más mayores son. En la franja de edad de 65-69 años, una de cada diez personas vive sola. En la de mayores de 80 años, el 22% no tiene compañía.
Los comedores sociales
En Madrid, media hora antes del segundo turno de comidas del día del Comedor Social Vicente de Paul, a las 11.30 horas, hay agolpadas cerca de 50 personas en la puerta. Apenas hay cuatro mujeres. La mayoría son varones inmigrantes que ronda la treintena. «Son los nuevos pobres de España, al menos los que nos llegan», explica la directora del centro, Sor Ramona Alonso.
«El boom’ económico no fue aparejado a más recursos sociales», dice Cáritas
«A las mujeres mayores de 65 años que cobran Pensiones No Contributivas las derivamos a los servicios sociales regionales o a las residencias. Ellas tienen acceso a prestaciones y atenciones especiales», apunta la religiosa. «Si no lo hiciésemos, estaríamos saturados». El centro ha pasado de dar alimentos a unas 350 personas, en 2008, a más de 500, en la actualidad.
Uno de los asistentes, Santiago, de 74 años, recuerda las colas similares que tenía que esperar su padre, Ernesto, ex reo republicano, en los campos de concentración. «Los presos más veteranos siempre dejaban que los novatos, ansiosos, ocupasen los primeros puestos de la fila, porque en la parte alta de los pucheros apenas había alimento. La carne y las legumbres, que no flotan, quedan para los últimos», explica.
Durante la posguerra, su padre le instruyó en las estrategias que utilizó para mantenerse bien alimentado en prisión. Hoy, en la cola del comedor social de Madrid, Santiago reflexiona. «De momento, no hemos llegado a esos extremos. Los voluntarios se encargan de que no haya diferencias entre las raciones de unos y de otros. Pero no sabemos qué pasará mañana».