28 Jun Un tercio de los mayores de 70 años son sexualmente activos, según un estudio.
Los mayores siguen sintiendo el deseo de vivir activamente su sexualidad.
Javier Anula
La sexualidad es un aspecto que está presente a lo largo de nuestras vidas, según defiende la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto también incluye a la vejez, aunque no siempre se asocie esta etapa con la sexualidad. En 2019, la población mundial mayor de 65 años superaba los 700 millones de personas, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En las próximas tres décadas, se calcula que esta cifra llegue a superar los 1.500 millones de personas. Por su parte, en 2021, en España, esta franja de edad suponía casi el 20% de su población total, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), pero también se prevé que siga aumentando.
Por ello, es imprescindible dar información a la gente mayor, basada en el conocimiento científico, que les permita adaptar sus deseos y actividad a esos cambios físicos que puedan sufrir porque, al igual que en el resto de las edades, en la sexualidad de las personas mayores influyen múltiples factores.
Por ejemplo, en las mujeres, la menopausia y la consecuente disminución de hormonas producidas por los ovarios, afecta a la libido y producen cambios fisiológicos en el aparato genital como sequedad vaginal o menor respuesta orgásmica en intensidad y duración, por ejemplo.
A esto habría que sumarle las patologías propias asociadas a la edad, que sufren tanto mujeres como hombres. Ellos no experimentan la menopausia como tal, pero sus niveles de testosterona bajan levemente en la senectud. Asimismo, algunos fármacos que se toman para controlar patologías propias de la edad tienen un impacto en la sexualidad y el deseo sexual, sobre todo los psicofármacos.
El deseo sexual es una parte fundamental de la sexualidad. De hecho, los expertos aseguran que tener una vida sexual activa es la mejor manera de mantener el deseo. Esta no tiene por qué estar centrada en el coito, sino que puede ser un modelo algo más amplio.
Un reciente estudio de The Journal of Sexual Medicine refleja revela que un tercio de los mayores entre 70 y 99 años belgas es sexualmente activo (un 31,3%). Como sexualmente activo entendían contacto sexual con penetración, masturbación, sexo anal, sexo oral… El 47,3% de los sexualmente inactivos informaron haber experimentado formas de ternura física: contacto íntimo, sin penetración ni masturbación, como besos o caricias.
La percepción de los mayores
La percepción que los mayores tienen de la sexualidad es positiva. Así lo determina una revisión de más de una decena de estudios publicada en la Revista Española de Salud Pública en 2019.
Sin embargo, existen algunas cuestiones que les suponen un obstáculo para la expresión del deseo sexual: los estereotipos, los prejuicios de las personas convivientes, la falta de intimidad en el hogar y la asociación de la procreación con el acto.
A pesar de que estudios previos destacan la consideración negativa general, a nivel social, sobre la sexualidad en las personas mayores, los resultados de esta revisión muestran que éstas la consideran como algo positivo y como un deseo que siguen queriendo expresar en esta etapa de su vida. Además, estos consideran que los esteriotipos sociales son barreras para la expresión de su deseo sexual.
Una de las aportaciones de esta revisión consiste en incorporar la percepción de las mujeres viudas sobre la sexualidad, quienes consideran que las relaciones sexuales son un deber marital asociado a la procreación, y que con el fallecimiento de su cónyuge cesa su actividad sexual. Estos resultados pueden deberse a la influencia de las creencias religiosas en estas mujeres.
Por otro lado, la revisión confirma que las actitudes del personal sanitario y la ausencia de intimidad en los centros son consideradas barreras para la expresión del deseo en personas mayores. Además, la familia y el personal de los centros no suelen aceptar que las personas mayores quieran continuar con su vida sexual en esa etapa de la vida. Por todo lo anterior, es necesario modificar las políticas de atención de las instituciones dedicadas al cuidado de personas mayores y sustituirlas por programas de actuación donde la sexualidad de los residentes y el derecho a la intimidad sean tenidos en cuenta.
Los resultados de esta revisión confirman la consideración social de las personas mayores como seres asexuados. Este resultado muestra la importancia de realizar estrategias de educación sobre este aspecto y de sensibilización encaminadas a normalizar la sexualidad en estas edades.
Frente a los prejuicios sociales relacionados con la sexualidad en los senior y la percepción del cese del deseo sexual a medida que aumenta la edad, los resultados de esta revisión muestran que las personas mayores consideran como algo negativo tener que esconder sus deseos sexuales, ya que siguen sintiendo el deseo de vivir activamente su sexualidad, sobre todo cuando tienen pareja y viven en su domicilio. Es decir, comienza a emerger una nueva imagen positiva y más abierta hacia la sexualidad y hacia vivirla con naturalidad.
Pero, para ello, según las conclusiones que recoge el estudio, «es necesario modificar las políticas de atención en los centros de cuidados para personas mayores y realizar programas de educación sobre el tema dirigidos a personas mayores y sus familiares». De esta forma se podrían superar los estereotipos sociales sobre las personas mayores y fomentar una sexualidad saludable en esta etapa de la vida.