27 Ene Un niño con leucemia, curado gracias a una terapia pionera en la sanidad pública.
Se trata de un tratamiento que ‘entrena’ a las defensas del propio paciente para que ataquen al cáncer. Hasta ahora, ha estado disponible a través de ensayos clínicos.
Cristina G Lucio – Madrid
Hace poco más de cuatro meses, la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, anunció que el Sistema Nacional de Salud financiaría una de las armas más novedosas contra el cáncer: las terapias CAR-T; un abordaje que permite ‘entrenar’ a las propias defensas del organismo para que combatan a tumores como los de la sangre.
Este jueves, el hospital Sant Joan de Déu de Barcelona ha anunciado que, gracias a esta terapia, ha tratado con éxito al primer paciente pediátrico con leucemia bajo la cobertura de la seguridad social.
Se trata de Álvaro, un niño de seis años y medio de Alicante que había sufrido dos recaídas de la leucemia linfoblástica aguda que padecía desde que tenía 23 meses y no respondía a las terapias convencionales, incluido el trasplante de progenitores hematopoyéticos.
Según señalan fuentes del hospital, tras recibir la terapia, no se ha detectado ninguna evidencia de la enfermedad, por lo que el niño ha podido «regresar a su ciudad y retomar sus actividades habituales».
«Álvaro se encuentra fenomenal después de este tratamiento. Está funcionando de momento bien. Ya nos han dado permiso para empezar la vida normal», ha confirmado Marina, la madre del pequeño, en una rueda de prensa.
UNA TERAPIA NOVEDOSA
Las terapias CAR-T (cuyo nombre deriva del acrónimo inglés de receptor antigénico quimérico) se centran en optimizar el potencial del sistema inmunitario del enfermo para combatir el cáncer.
Pero, al contrario que otros tipos de inmunoterapia, este abordaje no sólo espolea a las defensas del propio organismo para que hagan frente al tumor, sino que, mediante manipulación genética, les confiere una ayuda externa, una especie de arsenal extra.
«Se extraen células del sistema inmunológico del paciente, los linfocitos T, que se modifican para que sean mucho más potentes y específicos del tejido canceroso; es decir, para que ataquen al tumor sin lesionar los tejidos sanos», explicaba recientemente a este periódico Álvaro Urbano, coordinador del Grupo CAR de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH). Posteriormente, estas células ‘reforzadas’ se cultivan en el laboratorio y se vuelven a infundir en el paciente para que localicen y destruyan a todas las células malignas.
Álvaro, tratado entre diciembre de 2018 y febrero de este año, ha recibido una terapia con tisagenlecleucel (Novartis) en el primer abordaje financiado por la seguridad social, pero desde 2017 más de 80 pacientes han podido beneficiarse de esta y otras dos terapias similares a través de ensayos clínicos. Los resultados han sido muy buenos, con tasas de remisión de entre el 80 y el 90%.
Sin embargo, las terapias CAR-T no pueden usarse en todos los casos. A día de hoy las terapias sólo están indicadas en dos enfermedades de la sangre: la leucemia linfoblástica aguda de células B y el linfoma B difuso de célula grande.
Es más, sólo se aconsejan en casos en los que los pacientes no han respondido a los tratamientos convencionales ya establecidos y en los que no hay otras opciones terapéuticas.
Tal y como señaló a este medio Anna Sureda, jefa de Hematología Clínica del Instituto Catalán de Oncología (ICO), el número de posibles candidatos es bajo porque «al menos el 85% de los afectados por leucemia supera la enfermedad con los tratamientos ya establecidos».
https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2019/04/25/5cc1a9d721efa056498b4660.html