12 Feb Un estudio confirma que la brecha de longevidad entre hombres y mujeres se está reduciendo.
También han concluido la esperanza de vida está aumentando.
Laura Moro
2024. 65Ymás
La esperanza de vida es el tiempo medio de vida de un individuo o de una población biológica determinada. Desde hace años, la comunidad científica está investigando cuáles son los factores que más influyen en la longevidad, y por qué las mujeres viven más años que los hombres.
En concreto, desde el año 2000 al 2020, la esperanza de vida en España ha crecido de los 75,9 a los 79,6 años en el caso de los hombres, y de 82,7 a 85,1 años en el caso de las mujeres, según los indicadores demográficos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Recientemente, un estudio liderado por la Universidad de Alcalá y publicado en la revista PLOS ONE se ha centrado en averiguar si, al igual que ha ocurrido en España, en el resto de países del mundo también ha mejorado esperanza de vida.
En concreto, la investigación ha observado los cambios que se han producido entre 1990 y 2010, y son dos sus principales conclusiones. La primera es que la brecha de longevidad entre hombres y mujeres se ha reducido, y la segunda que, efectivamente, vivimos más.
Para llegar a estas afirmaciones, el grupo formado por investigadores de las universidades de Alcalá, Barcelona, Oxford y Londres, se preguntó si existe o no relación entre la longevidad y la mortalidad de 194 países a través de nuevos enfoques estadísticos que miden la esperanza de vida al nacer, y ocho indicadores de mortalidad. Los datos los extrajeron de los registros de la División de Poblaciones de las Naciones Unidas.
«Si bien los países difieren en sus trayectorias y niveles de mejora de la mortalidad, se han encontrado muchas similitudes, como el cambio de una alta mortalidad infantil a perfiles donde las edades más avanzadas son más importante. Aunque realmente no podemos hablar de convergencia global, grupos de países han seguido procesos muy similares de cambio de mortalidad«, explican en el estudio.
Como era de esperar, los países desarrollados son los que pertenecen al grupo que tiene mejores indicadores, y los cambios más notables se suelen apreciar en los periodos de guerras o cuando se dan condiciones socioeconómicas y políticas perjudiciales.
Por otro lado, y en lo que respecta a la mortalidad, el estudio refleja, como por ejemplo, en los países africanos, sin incluir los del norte, los cambios se deben a los niveles de pobreza, educación, guerras, desigualdades o un sistema sanitario más frágil, que propicia la dispersión de epidemias como el VIH, el ébola o la malaria.
«El crecimiento de los procesos de envejecimiento en todo el mundo durante los últimos 30 años e incluso este proceso continuará en el futuro, según nuestras proyecciones», explican en las conclusiones del estudio.
Se reduce la brecha de longevidad entre hombres y mujeres
Otra de las conclusiones del estudio que más ha llamado la atención a los autores es que la brecha de longevidad entre hombres y mujeres se ha reducido de manera progresiva, aunque seguirá persistiendo en el futuro debido a que los varones son más propensos a sufrir determinadas enfermedades.
«Este hecho puede explicarse por el cromosoma Y, que se asocia con un mayor riesgo de mortalidad y enfermedades relacionadas con la edad, como enfermedades cardiovasculares y cardíacas, fibrosis, disfunción cardíaca, etc. De hecho, los hombres pierden este cromosoma durante su proceso de envejecimiento, mientras que las hembras lo conservan, lo que nos permite explicar por qué estas diferencias seguirán manteniéndose en el futuro, según nuestras proyecciones», añaden.
Ahora bien, la brecha se ha reducido porque a lo largo del siglo XXI las mujeres han ido incorporando hábitos como el consumo del alcohol y el tabaco.
Los autores explican que este modelo les ha ayudado para predecir las agrupaciones en 2030 y confirmaron que esta tendencia seguirá así, es decir, las mujeres seguirán viviendo más que los hombres y nuestra esperanza de vida aumentará.