18 May Tabaquismo: un problema también para los adolescentes y los niños
El tabaquismo es un problema de ámbito global y las consecuencias negativas del tabaco para la salud son ampliamente conocidas. Sin embargo, según los datos de la Organización Mundial de la Salud, cada día empiezan a fumar en 82.000 y 99.000 jóvenes, muchos de ellos menores de 10 años. En España, la media de edad en el inicio del consumo de tabaco está en 14 años, según la última Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES 2016-2017), realizada a estudiantes de 14 a 18 años.
El tabaco es la segunda droga más extendida entre los estudiantes de 14 a 18 años tras el alcohol. El 34,7% (31,4 en 2014) ha fumado tabaco en el último año, y el consumo diario se sitúa en el 8,8% (8,9% en 2014), cifra mínima de la serie histórica de ESTUDES. En 2004, el 21,5% de los adolescentes fumaba a diario.
La encuesta refleja que el primer consumo de tabaco se produce a los 14,1 años, y la adquisición del hábito de fumar diariamente, comienza a los 14,6 años, apenas medio año después de haberlo probado por primera vez. En 2016, comenzaron a fumar 184.600 estudiantes de 14 a 18 años, 50.000 más que en 2014.
Como nota positiva, sigue descendiendo el porcentaje de estudiantes que vive en hogares donde se fuma a diario: en 1994, año en el que comenzó la serie de encuestas, este dato se elevaba al 68,2% y en esta edición se sitúa en el 47,8% (49,7% en 2014).
Tabaquismo pasivo
Las consecuencias negativas a corto plazo del tabaquismo activo en la salud de los niños y adolescentes están demostradas, pero el tabaquismo pasivo, la exposición al humo de otras personas que fuma, también tiene efectos dañinos para su salud. Un 30% de las muertes por tabaquismo pasivo en el mundo se da en los niños.
La OMS señala que en los adultos, el tabaquismo pasivo causa graves enfermedades cardiovasculares y respiratorias, por ejemplo cardiopatía coronaria y cáncer de pulmón. En los lactantes provoca la muerte súbita y en las mujeres embarazadas es causa de insuficiencia ponderal del recién nacido.
El tabaquismo pasivo es responsable de problemas de salud para niñas y niños como sibilancias, tos crónica, asma, bronquitis, infecciones severas, neumonía, otitis e incluso obesidad, además del cáncer.
El hogar y el coche privado son los principales espacios en los que se produce esa exposición al humo del tabaco, y desde el Consejo General de Enfermería señalan que en un espacio tan reducido fumar sólo medio cigarrillo genera una contaminación diez veces superior a los límites considerados peligrosos para la salud.
Por eso han lanzado una campaña destinada a que los progenitores no fumen en el coche, en la que advierten de los peligros del humo del tabaco:
· El humo del tabaco aumenta el riesgo de muerte súbita en el lactante.
· Los niños expuestos al humo del tabaco tienen hasta cuatro veces más riesgo de sufrir un cáncer de pulmón en la edad adulta.
· La respiración de los niños es más acelerada y ni sus pulmones ni su sistema inmune están todavía
totalmente desarrollados.
· Ese humo puede provocar en los niños sibilancias, tos crónica, asma, bronquitis, infecciones severas, neumonía, otitis e incluso obesidad.
· Ese humo contiene más de 4.000 sustancias, de las cuales, al menos 250 son nocivas y 70 cancerígenas.
· Esas sustancias quedan retenidas en el interior del vehículo y seguirás respirándolas durante semanas aunque ya no fumes.
· Fumar tan sólo medio cigarrillo dentro del vehículo genera una contaminación diez veces superior a los límites considerados peligrosos para la salud.
· Aunque el conductor abra su ventanilla 15 centímetros, la concentración de sustancias tóxicas continúa siendo la misma que si estuviera cerrada.
No existe un nivel inocuo de exposición al humo de tabaco. Crear ambientes totalmente libres de humo de tabaco es la única manera de proteger a las personas de los efectos nocivos del tabaquismo pasivo.