07 Jul Su forma de enfrentar la vida es una lección para quienes viven con discapacidad
Y también para quienes no.
REDACCIÓN
¿Cuántas veces te has estacionado o sentado en un lugar exclusivo para personas que viven con discapacidad? ¿Seguro que nunca? Haz memoria.
Quienes no vivimos con discapacidad la mayor parte del tiempo enfrentamos la vida como si fuera el mayor reto y nos enfrentamos a situaciones que, la verdad, no son tan complicadas. Una vez más, todo depende del cristal con que se mire.
Guz Guevara tiene 26 años, nació en San Luis Potosí, es mercadólogo y motivador internacional, enfocado en promover la inclusión de personas con discapacidad. Guz vive con una condición genética llamada osteogénesis imperfecta, también conocida como «huesos de cristal».
Su activismo en contra de la discriminación de personas con discapacidad comenzó en 2013, cuando hizo una denuncia social que se convirtió en un fenómeno mediático local. «Hubo reacciones positivas y muchas en contra. Aún hay personas muy renuentes que consideran un privilegio algo que es una necesidad; creen que es un privilegio que tengas un estacionamiento azul muy grande».
Después de lograr que el centro comercial corrigiera su omisión, descubrió «que a través de ciertas redes y cierto discurso se podía lograr un cambio».
Desde entonces ha ofrecido talleres y conferencias para más de 30 mil personas, a quienes ha ayudado a dejar de juzgar, de cuestionarse, de quejarse y de reclamarle a la vida; en vez de eso, les ayuda a aceptar su discapacidad y a vivir con ella.
«Todos los días busco algo que me mueva», explica Guz, quien acepta que alcanzar la tranquilidad y la aceptación no es fácil: «Es mucho de autoconocimiento, desarrollo personal y desarrollo humano», y aunque no él mismo dice no estar cien por ciento pleno, ha aprendido a tomarse la vida como viene, con lo bueno y lo malo, y a asumir sus propias decisiones y responsabilidades: «Nunca va a haber alguien que venga y te salve».
Guz también identificó su homosexualidad, «fue otro terremoto interno, otro desorden en mi cabeza»; después de preguntarse cómo iba a afrontar esa doble discriminación, decidió que la única manera en que lo haría era siendo feliz: «Quiero vivir mi vida como mejor la sienta, voy a aceptarla y espero que todos lo acepten».
Para él se trata de que «si una persona que vive con discapacidad no tiene acceso a una tienda, no puede pasear o sacar a su perro por las calles de nuestro país, cómo va a tener la oportunidad de la educación o el empleo». Ese es el mensaje que quiere enviar.
También el de la autoestima: «Si ellos mismos no se sienten bien o no se aceptan y no se dan su lugar como personas en este mundo, nadie más lo va a hacer».
A Guz se le han acercado personas que, después de escucharlo, le agradecen por haber cambiado su forma de pensar, porque los motivaron a atreverse a estudiar la carrera que querían, por haber animado a sus hijos a seguir estudiando. «Cuando recibo esta retroalimentación, me motiva a seguir haciéndolo».
Guz cree en el respeto y en la capacidad de entendimiento: «Lo que nos dijeron que era de una manera tiene que cambiar. Siempre debemos reaprender y resignificar todo aquello que nos enseñaron de niños para crear una mejor sociedad».
Guz sigue pensando en la manera de hacerle llegar el mensaje a las personas. Por eso ahora quiere hacer comedia con causa; stand up, específicamente. «Quiero intentarlo para ver qué impacto tiene», y explicó: «Todo está en el cierre de la función: Cierras con un mensaje que impacte, con uno que no te de risa sino que sea una realidad».
También trabaja en el largometraje-documental Nosotros somos los otros, que aborda la sexualidad y las aristas de las personas con discapacidad en México. Omar Flores Sarabia es el director de esta película que relata cinco historias, la de una persona ciega, otra sorda, la de dos personas con discapacidad motriz y una persona trans con discapacidad motriz. Todas unidas por una misma línea: «Enfrentar las actitudes de los entornos para desarrollarnos en plenitud».
Nuestra conversación con Guz terminó con un mensaje: «Aunque parezca que el discurso es repetitivo, cuando ya no lo tenga que repetirlo significará que las cosas cambiaron».
www.huffingtonpost.com.mx/2017/05/01/su-forma-de-enfrentar-la-vida-es-una-leccion-para-quienes-viven