18 Abr Síntomas de la astenia primaveral en personas mayores.
Sus síntomas pueden enmascarar distintas enfermedades, independientemente de cuándo se desencadenen.
Mariola Báez
Sobre este tema hay opiniones diversas, que coinciden en muchos aspectos pero se diferencian en pequeños matices. En general, los expertos consideran que el paso de una estación a otra, como el que está a punto de ocurrir con la llegada de la primavera, puede incidir, hasta cierto punto, en nuestra salud y en el estado de ánimo, pero no causa una enfermedad concreta.
En términos médicos, se denomina astenia a esa sensación de cansancio inexplicable, de falta de energía que se manifiesta incluso estando en reposo y, por supuesto, empeora al intentar hacer cualquier actividad. La Sociedad Española de Medicina Interna (@Sociedad_SEMI) explica que se trata de un síndrome frecuente que, si resulta de gran intensidad y se prolonga en el tiempo, puede llegar a convertirse en astenia crónica, una situación de sintomatología compleja y variada, detrás de la cual puede haber distintas enfermedades, algunas de ellas graves.
¿Existe la astenia primaveral?
Este término, cada vez más utilizado, hace referencia al conjunto de síntomas que algunas personas experimentan en un momento del año determinado, que coincide con un cambio en las condiciones climatológicas. No es ningún mito. Apatía, desánimo, falta de apetito, dolores de cabeza, somnolencia diurna, incluso cambios de conducta, con predominio de una mayor tendencia a la irritabilidad, son algunas de las manifestaciones, muy reales, que pueden aparecer o agravarse con la llegada de la primavera.
No hay estudios que confirmen que la causa de los mismos sea la llegada de esta bonita estación, pero es cierto que los cambios respecto a las horas de luz de las que disfrutamos en unos días cada vez más largos, a las temperaturas, que van subiendo y a la presión atmosférica, que también varía, pueden repercutir en mayor o menor medida en nuestro propio organismo, que necesita un periodo mínimo de tiempo para adaptarse a las nuevas condiciones del entorno.
Qué factores contribuyen a desencadenarla
La total desgana y falta de vitalidad pueden aparecer en cualquier momento y ser algo pasajero y sin importancia. Solo se habla de astenia cuando la situación se prolonga hasta incidir en la salud y en el bienestar de una persona. Un estudio realizado por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (@SEMERGENap), en el que fueron encuestadas más de 4.000 personas, señalaba que cerca de un 75% de la población habría sufrido astenia en algún momento determinado del año, apuntando tres motivos principales: el estrés, el no dormir lo suficiente y el exceso de trabajo.
Aunque la primavera, en principio, no esté incluida como factor de riesgo, es cierto que algunas condiciones inherentes a la propia estación pueden afectar en el estado de ánimo y la salud, especialmente en los niños y también en las personas mayores.
El ejemplo más evidente es el incremento de los síntomas de muchas alergias, que se desencadenan con brotes más intensos en esta época. La floración y el aumento en las concentraciones de polen en el aire provocan el agravamiento de esta enfermedad, que, hay que recordar, sufren en España aproximadamente ocho millones de personas, según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (@SEAIC_Alergia). Esta patología, junto a la rinitis u otras que impliquen dificultades respiratorias, requieren especial atención en esta época del año. El malestar que pueden llegar a provocar, incluyendo cansancio, desgana o irritabilidad, podríamos achacarlo perfectamente a la astenia primaveral.
La presencia de más polen en el ambiente no es la única característica de esta estación que puede incidir en la salud. Las variaciones de temperatura frecuentes, que hacen que pasemos del tiempo fresco al más caluroso en un mismo día; el cambio de hora que ya está próximo y que temporalmente altera las horas de las comidas o de la medicación; o el aumento de la luz natural, que incide en que nuestro organismo produzca menos cantidad de melatonina, la hormona que influye el siclo sueño-vigilia, son solo algunos de los factores que sí pueden producir alteraciones, generalmente pasajeras.
Es importante dejar claro que si astenia se prolongase más de unos días o pocas semanas, tendría poco de primaveral y la consulta médica sería imprescindible. Esa apatía y falta de vitalidad podría esconder múltiples enfermedades, desde una anemia, hasta una depresión, que requieren el necesario diagnóstico y tratamiento.
Como resumen, la astenia primaveral puede darse, pero no es una enfermedad en sí misma. En este sentido, los expertos recomiendan combatirla con hábitos saludables, que incluyan dieta equilibrada y ejercicio moderado, también al aire libre aprovechando la llegada del buen tiempo. Puede que te venga bien, además algún complemento vitamínico o nutricional, para proporcionarte energía extra, pero es algo que debe recomendarte tu médico y no tomar por tu cuenta como supuesta medida preventiva frente a los efectos de la primavera.