03 Mar Síndrome de fragilidad o cómo envejecer mal
España lidera y coordina una estrategia europea para afrontar la fragilidad, entendida ésta como un estado de vulnerabilidad frente a las enfermedades que puede llevar al desarrollo de distintas discapacidades.
ABC SALUD – MADRID
Pérdida de peso involuntaria, sin haber cambiado la dieta; agotamiento; pérdida de fuerza muscular, que implica un mayor riesgo de caída y daño; actividad física reducida y disminución de la velocidad para caminar. Si usted padece al menos uno de estos tres síntomas sepa que es usted un persona ‘frágil’.
Una de las principales preocupaciones de los ciudadanos europeos es la discapacidad asociada al envejecimiento. Pero el envejecimiento, que es un proceso inherente a la vida humana, puede ser lo más saludable posible. Los expertos empiezan ahora a hablar del concepto de fragilidad, que se refiere al deterioro y la vulnerabilidad de la población, un nuevo desafío al que se enfrentan las sociedades modernas porque limita al individuo a hacer frente a las demandas del día a día. Por este motivo ocupa una posición prioritaria para la Comisión Europea como lo pone de manifiesto la multitud de documentos que esta institución ha generado sobre el tema. Ocuparse de su principal factor de riesgo -la fragilidad- y diseñar un plan conjunto para su abordaje desde una perspectiva europea contribuye de manera sustancial a abordar esta prioridad.
Este es el objetivo del consorcio ADVANTAGE, en el que participan 64 participantes de 22 Estados miembros –España entre ellos-, y que trata de diseñar una estrategia europea para afrontar la fragilidad, entendida ésta como un estado de vulnerabilidad frente a las enfermedades que puede llevar al desarrollo de distintas discapacidades. Los estudios demuestran que este estado de fragilidad es reversible en buena parte de los casos y que afrontarlo con éxito no sólo proporciona más años de vida para el paciente que el mero tratamiento de la enfermedad, sino que también asegura una mayor calidad de vida y eficiencia en el uso de los recursos sanitarios.
Factores negativos
El número de enfermedades que influyen negativamente en el síndrome de fragilidad es extenso: trastornos músculo-esqueléticos y locomotores (artrosis, la artritis, etc.); cardiovasculares y cerebrovasculares; enfermedades respiratorias; enfermedades metabólicas, especialmente la diabetes y la hipercolesterolemia; malnutrición en personas mayores, que produce sobrepeso y obesidad; el sedentarismo y la falta de ejercicio físico; deterioro cognitivo, que se da en personas con alzhéimer o demencia senil, o el deterioro anímico, producido principalmente por la depresión.
Los expertos coinciden que si se previenen los factores de riesgo que afectan al síndrome de la fragilidad, la persona envejecerá con menos daños y, por consiguiente, con una mejor calidad de vida.
La iniciativa contribuirá además a un abordaje más homogéneo de la fragilidad, mejorando su cribado, diagnóstico, prevención y tratamiento, así como la reforma de los Sistemas de Salud y las prioridades en los programas de formación e investigación, reorientados a la prevención de la discapacidad.
ADVANTAGE está cofinanciada por el Tercer Programa de Salud 2014-2020 de la Unión Europea y cuenta con la participación de 33 socios europeos y 10 entidades afiliadas. España lidera y coordina la iniciativa a través del Servicio Madrileño de Salud, en concreto del doctor Leocadio Rodríguez Mañas (jefe del servicio de Geriatría del Hospital Universitario de Getafe), quien cuenta con un equipo de expertos en geriatría, salud pública y gestión de proyectos coordinados por la doctora Inés García-Sánchez, con el apoyo del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. ADVANTAGE dispone de un presupuesto de 3,5 millones de euros para la actividad conjunta a desarrollar a lo largo de tres años.
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