Siete claves para entrar en el otoño con felicidad

Siete claves para entrar en el otoño con felicidad

En esta época del año es necesario cuidar especialmente el intestino grueso y los pulmones porque cualquier disfunción en ellos generará desequilibrios emocionales como tristeza y depresión

E. LUNAR – MADRID

El otoño es una de las estaciones en la que es más común caer en estados anímicos bajos. Esto se debe a que al finalizar el verano, el cuerpo comienza a eliminar el exceso de líquidos, frutas y comidas frías que hemos ingerido durante los meses de calor y órganos como el intestino grueso o los pulmones, pueden verse afectados.

Por este motivo, es muy importante cambiar de hábitos alimenticios al entrar en el otoño porque, en caso contrario, el cuerpo se enfría y se producen desequilibrios como resfriados, enfermedades del aparato respiratorio como sinusitis, asma, bronquitis o neumonía y disfunciones del aparato digestivo, especialmente diarrea. Además, se produce una escasa absorción de nutrientes y pueden generarse problemas dermatológicos y afectar emocionalmente potenciando estados depresivos, baja autoestima, etc.

“El otoño es una época asociada al intestino grueso y pulmones, que es la zona donde se diagnostica la depresión. Cuando estos órganos están saludables producen sensación de integridad, seguridad, felicidad. Sin embargo, cuando están en desequilibrio generan sentimientos de infelicidad, tristeza y depresión. Por eso, es fundamental evitar aquellos alimentos que perjudican a su buen funcionamiento como pueden ser los lácteos, carnes, picantes extremos, harinas, bebidas azucaradas y gaseosas, zumos de frutas tropicales o los embutidos”, ha señalado Patricia Restrepo, directora del Instituto Macrobiótico de España (IME).

Para evitar esta situación, desde el IME se recomiendan 7 claves nutricionales que nos ayudarán a adentrarnos en el otoño con felicidad:

1.- Eliminar de la dieta los lácteos y bebidas viscosas, como bebidas de avena o de coco, ya que aumentan la generación de mucosidades.
2.- Evitar las bebidas y alimentos fríos y los congelados.
3.- Introducir alimentos calientes como estofados de lentejas, de judías blancas, sopas con legumbres y potajes.
4.- Reducir el consumo de ensaladas crudas y sustituirlas por calabaza, zanahoria y todo tipo de coles de la estación.
5.- Reducir la ingesta de fruta y tomar la última fruta de verano que es más dulce porque ha absorbido el sol más tiempo.
6- Comer diariamente cereales integrales en grano, especialmente el arroz porque es el cereal del otoño. Un plato muy representativo de esta época del año sería un arroz caldoso con judías blancas cardos y acelgas.
7- Tomar infusiones que nos calienten como, por ejemplo, infusión de jengibre, canela o tomillo.

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