26 Oct Seis cosas muy comunes que afectan a la pérdida de memoria
Alrededor del 50% de las personas que alcanzan la edad de 85 años sufrirá alzhéimer y la mayoría de ellos morirá tras mostrar disminución precipitada de las funciones cognitivas.
A. LÓPEZ
La ciencia sugiere que lo que es bueno para tu cuerpo también lo es para tu mente: el ejercicio, una dieta equilibrada y mantener un peso saludable parecen ser lo mejor para el cerebro porque incluso pueden reducir la acumulación de proteínas relacionadas con la enfermedad de Alzheimer.
Pero hay muchos otros factores que pueden afectar al riesgo de demencia o pérdida de memoria relacionada con la edad. Algunos son obvios (como la genética). Otros lo son menos. Aquí hay algunos que pueden sorprenderte.
Herpes
El alzhéimer viene desencadenado por el virus del herpes, así lo sugiere un nuevo estudio estadounidense en el que se estaba investigando sobre la búsqueda de medicamentos más eficientes para ayudar a combatir la forma más común de la demencia. Investigaciones recientes han descubierto que los cerebros de las personas que han muerto de esta enfermedad neuronal tienen los niveles de este virus HHV-6A y HHV-7 casi el doble de altos que los de un órgano no enfermo, lo que sugiere que está jugando un papel muy importante en el desarrollo de esta afección.
Además, otro estudio, publicado en ‘Neurotherapeutics’, los científicos descubrieron que las personas con herpes simple 1 (el que causa las protuberancias en los labios) tenían tres veces más probabilidades de desarrollar alzhéimer años más tarde en comparación con las personas que no lo sufren. Sin embargo, tomar medicamentos antivirales para tratar sus síntomas parece reducir su riesgo, lo que sugiere que esos fármacos también pueden proteger contra la demencia.
Contaminación
Si creías que tenías que ayudar al medio ambiente solo de forma altruista, estás equivocado. Existe un vínculo muy fuerte entre sufrir la enfermedad de Alzheimer y la contaminación del aire. Un equipo de científicos ha detectado en el tejido cerebral humano cantidades abundantes de nanopartículas magnéticas (magnetita), que se encuentran frecuentemente en el aire contaminado de las grandes ciudades como Tokio, Bombay o Ciudad de México, de donde procedían algunos de los participantes del estudio.
Los resultados del examen de esas muestras de tejido cerebral revelaron que a pesar de que la magnetita se produce naturalmente en el cerebro, la mayoría de las partículas presentes eran esféricas. Por cada una natural, encontraron 100 de las otras (propias de centrales eléctricas). Además, estas suelen ir acompañadas de nanopartículas de otros metales de transición como el cobalto, el platino o el níquel. Son tóxicas y alteran las funciones celulares normales en el cerebro, causando estrés oxidativo y creando radicales libres inestables.
Dormir poco
La relación entre la falta de horas de sueño y la pérdida de memoria ya se había descubierto en otras ocasiones. De hecho, otros estudios han sugerido que dormir un poco más puede mejorar esta enfermedad neurodegenerativa cuando ya manifiesta síntomas, aunque no llegar a hacerla desaparecer.
En enero de este año, otra investigación, publicada en ‘Annals of Neurology’, sugería que la falta de sueño no solo sería tan dañina como el alzhéimer, sino que dicha privación puede conducir a una mayor acumulación de proteína beta-amiloide, la que da lugar a la enfermedad. En otras palabras, dormir pocas horas aumentaría el riesgo de padecer esta enfermedad neuronal debido a una mala eliminación de residuos a nivel cerebral.
La soledad
Así es. Este factor se ha vinculado a un mayor riesgo de deterioro cognitivo en personas mayores de 65 años. Un estudio llevado a cabo por expertos del Hospital Brigham and Women y de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard (EE.UU.) apoya esta relación tras identificar un marcador de alzhéimer temprano en el cerebro de personas mayores con una mayor soledad. El estudio ha sido publicado en la revista ‘JAMA Psychiatry’ y afirma que los adultos con altos niveles de proteína amiloide tenían 7,5 veces más probabilidades de sentirse solos en comparación con los sujetos con bajos niveles de esta proteína.
Los expertos no están seguros de cuál es el primero, si los síntomas de la demencia hacen que las personas se sientan excluídas o se retiren de las actividades sociales, o si sentir ese sentimiento en realidad promueve el desarrollo de la enfermedad. Lo que se sospecha es que la relación es bidireccional.
Hipertensión
Estudios previos han indicado que la presión arterial alta es una posible causa para padecer demencia, incluida la enfermedad de Alzheimer, pero hay pocas investigaciones, como la publicada en ‘Neurology’ el pasado mes de julio, que exploren cómo esta afección, especialmente entre las personas mayores, afecta los tejidos del cerebro. La Fundación Española del Corazón (FEC) asegura que existe la necesidad de que disminuyan las cifras de presión arterial de los pacientes con hipertensión arterial en las edades medias de la vida porque podría retrasar el deterioro cognitivo, la demencia y la aparición de patologías como el alzhéimer en la edad anciana.
Alimentación
Cuando los pacientes del doctor Isaacson preguntan qué pueden hacer para reducir su riesgo de sufrir demencia, él recomienda comer una cena temprana y luego nada hasta el desayuno de la mañana siguiente. «Ayunar de forma intermitente durante un mínimo de 12 horas, así como comer menos calorías en general, puede ser una forma de promover la salud del cerebro a medida que envejecemos», dice.
Restringir la ingesta de la noche a la mañana puede provocar que el metabolismo queme cuerpos cetónicos, un tipo de grasa saludable para el cerebro, en lugar de carbohidratos, explica. «Te ayuda a alimentar el cerebro con algo que no solo es más eficiente desde el punto de vista de la quema de energía, sino que también puede tener un efecto antienvejecimiento».
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