Samantha Vallejo-Nágera: «Hay que acercarse a la discapacidad»

Samantha Vallejo-Nágera: «Hay que acercarse a la discapacidad»

La empresaria y juez del concurso televisivo ‘MasterChef’, que tiene un hijo con síndrome de Down, reclama una oportunidad para las personas con discapacidad intelectual.

ÁLVARO PIQUERAS

“La hostelería es un sector a la medida de las personas con discapacidad intelectual. Está hecho para ellas porque es gente muy metódica, que trabaja muy bien, simpática, abierta y divertida», asegura Samantha Vallejo-Nágera, nombrada recientemente madrina de la Fundación A LA PAR, institución que trabaja por los derechos y la participación de las personas con discapacidad intelectual en nuestra sociedad.

La empresaria hostelera y juez del concurso televisivo ‘MasterChef’, considera que es vital facilitarles la inserción laboral porque “tener un empleo es importantísimo para vivir». «Hay que acercarse a la disapacidad, saber que está ahí e intentar incluirla en nuestra vida, contratado a gente con discapacidad, relacionándonos con gente con discapacidad… Darles una oportunidad», afirma Samantha Vallejo-Nágera, que habitualmente cuenta entre sus colaboradores en su empresa de catering con personas con discapacidad.

La mediática chef, que se formó en los míticos restaurantes Horcher y Arzak y en la escuela de cocina Paul Bocuse, subraya que su objetivo como madrina de la Fundación A LA PAR es que la gente “conozca la institución y que acuda a la sede para ver cómo se trabaja en los distintos talleres que organiza”. “Que tenga contacto directo con las personas con discapacidad, participe en los mercadillos y consuma sus productos”, añade.
Madre de un niño con síndrome de Down

Uno de los aspectos más desconocidos de Samantha Vallejo-Nágera, y de los que más se enorgullece al mismo tiempo, es de su hijo Roscón, que tiene síndrome de Down. “Al principio puede suponer un disgusto, pero en realidad es algo bastante positivo».

“Antes de tener a mi hijo Roscón no conocía de cerca a ningún síndrome de Down como para saber lo que era. Uno nunca cree que le va a tocar pero el susto inicial y la preocupación se pasan rápido”, asegura la empersaria. «Con mi hijo me ha tocado la lotería. A mi, a mis hijos, que van a ser mejores personas… Tenemos una vida divertidísima, con un niño con síndrome de Down que es la alegría de la huerta. Se lo digo a todos los padres que tienen hijos con esta discapacidad», concluye.

as.com/deporteyvida/2018/10/08/portada/1539024327_786043.html