26 May Rompiendo tabúes: así afecta la demencia a la sexualidad en personas mayores.
Aproximadamente un 10% de los pacientes con demencia presentan trastornos de la conducta sexual.
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La pérdida de interés por el sexo en las personas mayores es un mito que se hace extensivo a los pacientes con demencia, ya que ésta no elimina las necesidades sexuales de los pacientes ni de sus cónyuges.
Sí que es probable que implique cambios que afecten a los impulsos sexuales y la forma de satisfacerlos. La sexualidad en los mayores puede estar influida negativamente por la falta de pareja, la salud física y mental, la privacidad si se vive en una residencia o en un domicilio con hijos u otros familiares e incluso la historia sexual previa.
En este sentido, llama la atención la escasez de estudios sobre la sexualidad en la vejez, pero todavía lo son menos en pacientes con demencia, cuando se estima que aproximadamente un 10% de estos pacientes presentan trastornos de la conducta sexual. Para ello, la Dra. Nieves Fernández Letamendi, Geriatra en el Hospital Quirónsalud Zaragoza, resuelve algunas de las principales dudas sobre cómo afecta la demencia a la sexualidad.
Causas más frecuentes de trastornos de la esfera sexual en el paciente con demencia
- Disfunción eréctil: que aparece con mayor incidencia en el paciente con demencia, influida por múltiples factores que se analizarán en consulta.
- Confusión, malestar, ansiedad… : la preocupación que la pérdida de memoria y el diagnóstico de demencia puede causar en los pacientes cuando todavía son conscientes de sus déficits, pueden acompañarse de conductas agresivas o excesivamente demandantes. Estos cambios, a su vez, influyen también en la pareja deteriorando la relación íntima. El deterioro funcional y cognitivo que suele acompañar las demencias puede suponer verdaderos retos para el buen funcionamiento sexual.
- Comportamientos sexualmente inapropiados (CSI). Aproximadamente 2/3 partes de las personas que padecen una demencia van a manifestar 1 o más alteraciones conductuales en algún momento de la enfermedad. Los CSI se definen como: «Actos verbales o físicos de naturaleza sexual explícita o percibida que resultan inaceptables en el contexto social en el que se dan.»
A su vez, estas conductas se pueden manifestar como:
- Conductas de búsqueda de intimidad sexual: conductas de cortejo o afectivas dirigidas hacia personas equivocadas (Ej: intentar besar a otra persona tras confundirla con la propia pareja).
- Conductas sexualmente desinhibidas: comportamientos impulsivos, indiscriminados e invasivos, marcados por la aparente pérdida de control y supuestamente licitados por estímulos ambientales, como la proximidad de un compañero sexual (Ej: paciente que le tocara el pecho a una cuidadora mientras le ayuda a bañarse).
- «Conducta no sexual» ó «conducta sexualmente ambigua»: puede parecer que algunas conductas tienen una fuerte carga sexual pero, en realidad, no persiguen satisfacer ninguna necesidad de este tipo (Ejemplo: caso de una persona que no es capaz de vestirse y se presenta ante los demás semidesnuda).
Consecuencias
- Niveles altos de sobrecarga de los cuidadores, en general por conductas agresivas. Si el problema no se trata de forma adecuada, puede dar lugar a restricciones mecánicas u otras formas de contención, muchas de ellas desaconsejadas.
- Elevada probabilidad de institucionalización.
- Riesgos cuyas primeras víctimas potenciales son los mismos pacientes y, al mismo tiempo, para quienes le rodean.
Se trata de un problema de salud que se puede mejorar con intervenciones de modificación conductual, psicoterapia de apoyo y tratamiento farmacológico, por lo que es fundamental que se consulte cualquier duda con su geriatra si ya se han detectado estos trastornos.