Redes de vecinos al servicio de las personas mayores de Madrid

Redes de vecinos al servicio de las personas mayores de Madrid

Son algunos de los proyectos que plantea la fundación ‘Amigos de los mayores’

REDACCIÓN INTERNET

Acompañar a una persona mayor a hacer un recado a la farmacia o simplemente a tomar un café y dar un paseo son algunas de las actividades que plantea el proyecto ‘Grandes vecinos’, de la fundación ‘Amigos de los mayores’, que busca crear redes de contacto entre habitantes de un mismo barrio de Madrid.

María, de 83 años, no dudó en formar parte de esta iniciativa cuando oyó hablar de ella por primera vez en el centro de mayores al que acude casi a diario situado en el madrileño distrito de Tetuán, donde reside, y que conviene recordar especialmente este sábado, Día Internacional de las personas mayores.

«Me gusta mucho la gente y estar sola es lo que peor llevo», cuenta a Efe la mujer, viuda desde hace tres años.

Tiene dos hijos que asegura que están «pendientes» de ella, pero aún así echa en falta más compañía, ya que muchas de sus amigas continúan casadas y hacen planes con sus maridos.

Gracias a ‘Grandes vecinos’ ha conocido a Manuela, una vecina voluntaria del proyecto de 33 años, separada y con un hijo, con la que suele quedar los domingos por la tarde para dar una vuelta y hablar.

«Es muy cariñosa y muy maja», dice.

Manuela, por su parte, decidió colaborar como voluntaria al ver que en su edificio había personas mayores solas que «prácticamente no hablan con nadie en todo el día».

Además, siempre ha guardado buenos recuerdos de sus abuelos y le parece beneficioso que su hijo esté en contacto con personas mayores como María, que asegura que le aporta «mucha satisfacción» en su vida.

«Tiene muy buena memoria, opina, te da consejos», comenta.

‘Grandes vecinos’ llegó a Madrid en 2015 de la mano de la fundación ‘Amigos de los mayores’, nacida a finales de la Segunda Guerra Mundial en Francia, donde esta idea lleva funcionando seis años.

«Busca recrear las relaciones vecinales de apoyo de toda la vida en torno a las personas mayores», explica a Efe la directora de la fundación en Madrid, Tatiana Barbero.

En su opinión, vivimos en una sociedad «muy acelerada» donde los contactos entre habitantes del mismo barrio cada vez son «menos sólidos».

‘Grandes vecinos’ pretende recuperar esos vínculos entre las personas mayores de más de 65 años y los voluntarios de más de 18 años que quieran participar en el proyecto, organizado en torno a la página web grandesvecinos.org.

Allí, los participantes pueden ver las interacciones que las personas mayores de su barrio inscritas en esta iniciativa han tenido a lo largo de los últimos días, sugerir planes para celebraciones especiales, como un cumpleaños, o dejar constancia de informaciones relevantes, como visitas al médico.

Lo normal es que cada voluntario esté al tanto de una o dos personas mayores, que no tienen por qué tener presencia en la red, ya que la relación entre ambas partes está basada más bien en métodos convencionales, como una llamada por teléfono.

‘Amigos de los mayores’ supervisa la incorporación de nuevos voluntarios, que pueden inscribirse a través de la página web, por teléfono o en la sede de la fundación, en la calle Alonso Cano número 61, al igual que las personas mayores.

Por el momento, ‘Grandes vecinos’ está presente en los distritos de Centro, Tetuán y Chamberí, y este año tiene previsto comenzar en el de Retiro.

«Son zonas donde conviven distintas generaciones», señala la directora de ‘Amigos de los mayores’ en Madrid.

La fundación atiende a más de 500 personas mayores en la capital y en las localidades de San Fernando y Móstoles con el apoyo de más de medio millar de voluntarios.

Su trabajo está centrado en la parte afectiva, como una manera de combatir la soledad que sólo en el municipio de Madrid puede llegar a afectar a las más de 150.000 personas mayores que viven en sus casas sin compañía.

Además de la iniciativa ‘Grandes vecinos’, la fundación ofrece dos modalidades de acompañamiento fijas (en domicilios particulares y residencias), de alrededor de dos horas semanales, y una tercera puntual, enfocada a las citas médicas o administrativas.

Otras actividades, como las fiestas de Navidad y de San Isidro, persiguen dar más «oportunidades de socialización» a los mayores y voluntarios, según la directora de la fundación en Madrid.

«Las relaciones personales son algo necesario en todas las etapas de la vida y el hecho de envejecer no tiene por qué suponer una barrera», concluye.

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