20 Ene Realidad virtual contra los trastornos mentales.
Psious ha creado una plataforma con la que psicólogos y psiquiatras detectan una treintena de afecciones.
Gonzalo Cachero
En ocasiones, para emprender hay que tomar decisiones difíciles. Xavier Palomer, físico e ingeniero electrónico catalán, está convencido de ello. En 2013, abandonó un doctorado en el que investigaba cómo usar antenas en la detección de enfermedades —una ocupación que según él le aventuraba “un futuro con todas las comodidades” — para iniciar una carrera empresarial. “Veía mi vida encarrilada y pensé que apenas me sucedería nada nuevo, así que me rebelé”, cuenta por videollamada desde Barcelona, donde regresó tras tres años en Colorado (EE UU).
De vuelta a casa dispuso de tiempo para echar a andar varios proyectos, hasta que a los pocos meses, en un encuentro con amigos, surgió el definitivo. “Uno de ellos comentó que tenía miedo a volar y otro le sugirió que se tratara con realidad virtual. Me quedé con el comentario y en cuanto llegué a casa, busqué qué investigación apoyaba esas terapias”, rememora el emprendedor, y explica que se encontró con que el uso de realidad virtual en el ámbito de la salud mental estaba avalado desde hacía más de 30 años. “El desafío era sobre todo tecnológico. Los trastornos estaban ahí y las soluciones también, pero faltaba desarrollar una herramienta que permitiera llegar a mercado”, afirma Palomer, y concede que, cuando fundó Psious, aún veía lejos el desarrollo de esa tecnología.
El camino iba a ser largo, pero los 20.000 euros iniciales con los que empezó le permitieron contratar a varios desarrolladores y crear algunos prototipos del futuro software. Para probarlos, se imprimían en 3D sus propios cascos de realidad virtual, a la espera de que el mercado ofreciera un mejor hardware. “La falta de un dispositivo adecuado era un problema, así que optamos por trabajar la parte comercial, informándonos al detalle de las necesidades del cliente, para ser capaces de adaptarnos rápidamente cuando el casco óptimo estuviera disponible”. Aunque emplearon primero uno de Samsung, el momento esperado llegó en 2016 con el lanzamiento por parte de Oculus, compañía adquirida por Facebook en 2014, de uno de mejor aplicación comercial. Firmaron los primeros contratos en EE UU y en España y hoy tienen más de 2.000 clientes en 60 países, en su gran mayoría psicólogos y psiquiatras con consulta privada, que pagan entre 100 y 200 euros mensuales según las funcionalidades a las que se suscriban. Ayudan a tratar unos 30 trastornos, desde ansiedades y depresiones hasta desórdenes alimentarios o diferentes fobias.
Palomer define el producto de Psious como una “plataforma en la nube”. En ella, el profesional sigue en directo la experiencia de realidad virtual en la que está inmerso el paciente y observa su reacción a través de unos gráficos que transcriben el ritmo cardiaco o la sudoración. Con esa información, en un tercer espacio, modifica la estimulación virtual para, finalmente, realizar el diagnóstico. La plataforma “únicamente vincula estímulos y reacciones”, argumenta Palomer, de tal forma que “la pueden emplear profesionales de distintas tendencias”. La mayoría de sus clientes siguen terapias cognitivo-conductuales.
Psious facturó en 2019 un millón de euros. Por ahora carece de ganancias y ha financiado sus elevados gastos fijos, entre ellos una plantilla de más de 50 trabajadores, psicólogos en su mayoría, gracias a 10 millones de euros obtenidos en dos rondas de inversión y “pequeñas cuantías” procedentes de subvenciones públicas. En 2020 sus ingresos aumentarán un 50%, por debajo de lo esperado, aunque Palomer cree que la pandemia ha asentado tendencias que les benefician, como la telepsicología. “Antes, las sesiones virtuales, en las que una app sustituye a las gafas de realidad virtual, apenas alcanzaban el 5%. Mejoramos la herramienta y ahora son un 50%”, apunta, y explica que el menor crecimiento se debe a que parte de sus clientes “no se han adaptado” a las consultas a distancia.
A Psious también le favorece el despegue de la realidad virtual, un mercado con cada vez más aplicaciones. Por ese motivo, ahora están centrados en extender el alcance de su herramienta a través de varios proyectos, entre ellos uno con el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona en el que ayudan a pacientes de cáncer de mama a “conseguir la mejor relación posible” con esta enfermedad. “Nuestro verdadero objetivo es tratar el mayor número de afecciones y para lograrlo, es necesario que tengan visibilidad. Acompañamos ese proceso para que la sociedad demande soluciones”, resume Palomer.
https://elpais.com/economia/2021-01-17/realidad-virtual-contra-los-trastornos-mentales.html