Qué son las arritmias asintomáticas y cómo detectarlas a tiempo.

Qué son las arritmias asintomáticas y cómo detectarlas a tiempo.

La fibrilación auricular es la arritmia asintomática más frecuente. Y el 20% de los ictus están relacionados con ella.

Mónica Franco

Enlace noticia original

Lo normal es que provoquen síntomas pero padecer una arritmia cardíaca y que pase desapercibida es bastante habitual. Y, en muchas ocasiones, se descubren de forma casual en una revisión médica. Aplicar el seguimiento y el tratamiento adecuados para prevenir futuras enfermedades, como ictus, dependen sobremanera de una detección precoz.

Entonces, si nos encontramos ante una patología asintomática de este tipo, ¿cómo la podemos detectar? El doctor Javier Jiménez Candil, Presidente de la Asociación del Ritmo Cardiaco de la Sociedad Española de Cardiología y Jefe de la Unidad de Arritmias del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario de Salamanca, explica que lo que sí tienen en común ambos tipos de arritmia independientemente de la sintomatología es la posibilidad de manifestarse a través del cansancio y la fatigabilidad, puesto que cualquier clase de arritmia es el correlato de un funcionamiento anormal del corazón. Una prueba de esfuerzo, en ese caso, podría ser útil para detectar posibles anomalías cardíacas.

Qué tipos de arritmias hay

Las arritmias son trastornos del ritmo cardíaco provocados por problemas en el sistema de conducción eléctrica del corazón. A raíz de esas alteraciones, el latido del corazón registra una frecuencia anormalmente alta o baja. Existen por un lado las arritmias bradicardias, también llamadas “lentas”, o las taquicardias o “arritmias rápidas”. Las arritmias lentas cursan con menos de 50 latidos por minuto, mientras en el caso de las rápidas la frecuencia es mayor de 100 latidos.

También se clasifican en hereditarias o adquiridas, siendo la mayor parte adquiridas. Y como hemos visto, pueden cursar de forma sintomática o asintomática.

Fibrilación auricular: la arritmia más frecuente

Es asintomática en un tercio de los pacientes, e incide directamente en la posibilidad de padecer ictus, así como en su riesgo de mortalidad. Establecer los parámetros óptimos en la toma del pulso y hacerlo de forma periódica es lo que ha resultado ser de gran eficacia para el diagnóstico, según un estudio realizado por el grupo de Enfermedades Cardiovasculares del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR) y el Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Vall d’Hebron.

Palpación arterial

Mediante un algoritmo de medición más personalizado que contemple los factores fisiológicos de cada persona (edad, capacidad, etc.), tal y como se realiza por parte de los centros de salud de forma regular, contribuye a establecer un mejor seguimiento y anticiparse. Por eso es conveniente no dejar de realizar estos controles. Los médicos establecerán las pautas en cada caso aplicadas a cada grupo de población de riesgo. Y pueden ofrecernos pautas de autovigilancia basadas en los factores fisiológicos individuales que, como hemos visto, varían en cada caso.

Alertas de marcapasos en tiempo real

Un proyecto de investigación de la Unidad de Cardiología del Hospital de Bellvitge de l’Hospitalet de Llobregat (Barcelona), centrado en la detección precoz de esta clase de patologías, ha demostrado que el control remoto de los pacientes permite activar los protocolos de tratamiento más a tiempo, evitando muchas consecuencias desafortunadas posteriores.

Otras pruebas diagnósticas

Existen varias pruebas diagnósticas en cardiología orientadas a detectar posibles trastornos. Los expertos en medicina evalúan su pertinencia en el seguimiento, vigilancia y tratamiento de los pacientes, a partir de sus posibles factores de riesgo.

  1. Electrocardiograma: que demuestra si existe alteración en la actividad cardíaca, registrando la actividad eléctrica del corazón. Su desventaja es que solo tiene alcance para registrar lo que ocurre en tiempo real, al realizar la prueba.
  2. Prueba de Holter: se trata de un dispositivo que registra la actividad eléctrica cardíaca durante 24/48 horas.
  3. Prueba de esfuerzo: la más indicada cuando hay sospechas de arritmias relacionadas con el esfuerzo físico.
  4. Ecocardiograma: comprueba si existen alteraciones estructurales en el corazón (detección de arritmias genéticas).


Pin It on Pinterest

Share This