30 Dic Qué hacer ante una quemadura doméstica
El 60% de las quemaduras atendidas en los hospitales se producen en el hogar
Cristina G. Lucio | Madrid
La plancha que se ha quedado encendida, el aceite que salta al freír el pescado, el agua demasiado caliente de un baño que prometía ser placentero… Haga memoria, ¿cuántas veces se ha quemado en casa tras un pequeño descuido? ¿Muchas más que en cualquier otro sitio? Según los especialistas, el 60% de las quemaduras que se atienden en los hospitales se producen en el hogar. Muchos de estos accidentes domésticos no tienen mayor importancia, sin embargo, algunos pueden acarrear importantes consecuencias para la salud, por lo que hay que saber cómo actuar.
Con unas fiestas tan caseras como las navideñas a la vuelta de la esquina y fogones y hornos a punto de ponerse a pleno rendimiento, ELMUNDO.es les ofrece una guía para que una quemadura doméstica no le arruine la salida y entrada del nuevo año:
* Quemaduras domésticas más comunes
El baño y la cocina son los lugares donde más accidentes se producen, ya que es allí donde se concentran riesgos potenciales, como fuentes de frío y calor, aparatos eléctricos y sustancias químicas corrosivas.
* Qué hay que hacer de forma inmediata
Ya se trate de una quemadura térmica, eléctrica o química, lo primero es interrumpir el contacto entre el agente causante y el organismo. A continuación, se recomienda aplicar abundante agua fresca sobre la zona afectada «ya que esto permite retirar los restos del agente causante, disminuye la inflamación y alivia el dolor», explica Eduardo López-Bran, jefe del servicio de Dermatología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
Si la lesión es leve, puede aplicarse un antiséptico y un apósito para reducir el riesgo de infecciones. Eso sí, hay que hacerlo unas horas después del accidente, cuando se haya reducido la inflamación y el dolor.
* Cuándo hay que acudir al médico
En general, las quemaduras extensas deben ser siempre atendidas en un hospital. «Cuando hay más de un 10% de la superficie de la piel afectada de forma considerable es necesario acudir «, señala López-Bran, quien aporta un truco para calcular la extensión: «Hay una gran afectación si el área dañada es superior a la que ocuparían diez palmas de la mano», aclara. Con todo, este especialista señala que también hay que tener en cuenta la profundidad de la lesión. «No es lo mismo una quemadura solar que por agua hirviendo», matiza. También se recomienda pedir ayuda médica cuando las quemaduras se han producido por electricidad o tras haber ingerido sustancias corrosivas y si durante el accidente se han respirado humos.
Lo mismo ocurre en el caso de que hayan resultado afectadas la cara, genitales, pies o manos de la persona y siempre que el afectado padezca alguna enfermedad crónica grave, como una cardiopatía o un trastorno respiratorio.
En todos estos casos, es recomendable cubrir la zona quemada con paños mojados y trasladar al afectado al hospital lo más rápidamente posible.
* Grupos de riesgo
Según explica López-Bran, los niños menores de 10 años y los ancianos mayores de 70 se consideran grupos de riesgo. «Los primeros tienen una curiosidad innata que puede llevarles a tocar cosas muy calientes, derramar líquidos que estaban en el fuego o jugar con cables. Los segundos pueden estar más despistados y no darse cuenta del riesgo», comenta. Además, ambos segmentos de edad pasan mucho tiempo en casa, por lo que su exposición a las fuentes de quemaduras es mayor.
* Ojo con las imprudencias
Hay determinadas situaciones que aumentan el riesgo de quemaduras. Por ejemplo, utilizar aparatos eléctricos en malas condiciones, almacenar productos tóxicos de limpieza en botellas destinas a bebidas, o abrir una olla exprés de forma brusca aumenta las posibilidades de terminar con una lesión.
«En el caso de los bebés, es fundamental comprobar la temperatura del agua del baño y de la comida que va a proporcionárseles porque hay riesgos importantes de quemaduras», señala López-Bran.
* Mitos
Numerosos ‘trucos’ caseros prometen curas milagrosas para las quemaduras, pero los expertos advierten de que, en numerosas ocasiones, los riesgos de estos productos ‘milagro’ superan con mucho a sus riesgos. Por ejemplo, la lejía que algunos recomiendan «sólo sirve para abrasar aún más la zona alterada y aumentar la profundidad de la lesión», comenta López-Bran.
Del mismo modo, la pasta de dientes que se utiliza a menudo por su efecto refrescante, lo único que consigue a medio plazo es «irritar la zona». «Agua, agua y agua, eso es lo mejor que puede aplicarse en los primeros momentos», insiste el especialista.
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/12/13/pielsana/1323770778.html