Qué es la agnosia y cómo afecta a los mayores.

Qué es la agnosia y cómo afecta a los mayores.

No es una enfermedad como tal, sino que se trata de una anomalía de nuestro cerebro.

Laura Moro 16/11/2023

Enlace noticia original

La agnosia se puede definirse como la incapacidad para reconocer el mundo que nos rodea a través de los distintos sentidos, aunque estos no estén afectados por dolencia o patología alguna. No es una enfermedad como tal, sino que más bien se trata de una anomalía, normalmente de origen neurológico porque, aunque los sentidos sigan funcionando correctamente, el cerebro es incapaz de recibir las señales que le envían en forma de olores, imágenes o sonidos concretos.

Los síntomas que caracterizan a este trastorno dependen del tipo y de la región del cerebro, pero los más frecuentes suelen ser la dificultad para reconocer personas, lugares y objetos, confusión e inseguridad a la hora de realizar actividades diarias, como cocinar o buscar algo en la casa, problemas para reconocer y recordar palabras, imposibilidad para reconocer canciones o sonidos musicales, problemas para reconocer y recordar el espacio y la orientación y la desorientación.

Todas estas señales se pueden presentar de manera aislada o conjunta, agravando la sensación de angustia en la persona que lo padece, y dificultando su día a día.

Además, uno de los grandes problemas, tal y como explican desde la web de Aiudo es que la persona no es consciente de que tiene esta anomalía, por lo que se necesitará mayor atención y paciencia por parte de los cuidadores. En este sentido, las personas encargadas de cuidar a las personas con agnosia pueden seguir los siguientes consejos:

  1. Comprender la agnosia para entender mejor las dificultades a las que se enfrenta la persona.
  2. Usar un lenguaje sencillo y conciso al hablar con la persona afectada y evitar términos complicados.
  3. Acompañar con gestos, señales visuales y objetos concretos que ayuden a la persona a comprender y recordar información.
  4. Mantener un entorno organizado y evitar cambios innecesarios para que la persona se sienta cómoda.
  5. Fomentar la independencia en la medida de lo posible.
  6. Ofrecer estímulos sensoriales a través de la música, aromas agradables o texturas que puedan ayudar a la persona a conectar con su entorno y estimular los sentidos.

Tipos de agnosia

Según la zona del cerebro afectada, existen distintos tipos de agnosia que pueden presentarse de forma conjunta. Es decir, una persona puede sufrir varios al mismo tiempo o incluso de forma individual. Las agnosias más frecuentes son:

Visual

Implica no reconocer las imágenes que llegan a nuestro cerebro, desde una fotografía o un objeto de uso cotidiano, hasta el rostro de los familiares e incluso el propio al mirarse en un espejo. Las consecuencias de la agnosia visual son tan duras como evidentes. El hecho de no reconocer un objeto implica desconocer su utilidad, algo que incrementa el nivel de dependencia de una persona enferma. Un ejemplo: si la agnosia hace que no sepas qué es y para qué sirve una esponja y una pastilla de jabón, la higiene y el aseo diario resultarán realmente complejos.

Por otro lado, el hecho de no reconocer a los seres queridos implica serios problemas psicológicos y emocionales no solo para la persona afectada, sino también para sus familiares y amigos.

Acústica

No identificar los sonidos, desde las propias palabras, hasta ruidos absolutamente corrientes: el ladrido de un perro, la bocina de un coche, la melodía de un instrumento musical…

Tacto, gusto y olfato

Percibir texturas, olores y sabores y ser incapaz de reconocerlos es algo que resulta muy difícil de imaginar y que experimenta a diario una persona que sufre una agnosia de este tipo, siendo imposible ponerle nombre al alimento que está comiendo o de expresar si el tacto de la prenda de ropa que lleva puesta le resulta suave o áspero, por ejemplo