31 Ene ‘Psicomamnesia’
TEATRO | Integración de enfermos mentales graves
Patricia Matey | Madrid
Geometrance es algo más que una compañía de artes escénicas. Es la constatación de que sólo cuando realmente se cree y se trabaja para la integración de los enfermos mentales graves se obtienen resultados satisfactorios.
Así, acaba de estrenar, en el Centro Cultural de Moncloa (Madrid), ‘Psicomamnesia’, un proyecto que combina teatro, música y danza plástica. En él participan 16 personas, la mayoría (12) con diagnóstico psiquiátrico.
Detrás quedan varios años de intenso trabajo que han sido posibles gracias a la Fundación Manantial, una institucion sin ánimo de lucro que tutela y gestiona recursos para pacientes con trastorno mental grave (TMG).
Helena de Carlos, su directora de comunicación, expone cómo se ha llevado a cabo el proyecto: «La Fundación apuesta claramente por la innovación en el campo de la integración de las personas con trastorno mental grave (TMG) y todos los años apoya (con su Premino Innova) una iniciativa en este sentido. Así, cuando se nos presentó el proyecto de formar una compañía teatral decidimos apoyarla. Geometrance nacía en 2009, con el fin de acercar los espacios escénicos a los pacientes psiquiátricos, para que pudieran desarrollar sus capacidades artísticas y mostrarlas en un escenario».
Imaginación e improvisación
Llegó de la mano de Inmaculada Casillas, educadora social del centro de día de la localidad de Parla (gestionado por la Fundación) y ahora, también, directora de la compañía. «Soy una apasionada del teatro, además de musicoterapeuta. Tal vez por todo ello se me ocurrió esta iniciativa, pero no con un objetivo terapéutico, sino artístico».
Aunque, realmente, puede decirse que cumple con los dos fines, si se valoran los los beneficios que aporta el teatro a los enfermos psiquiátricos. «Eleva la autoestima, ayuda a manifestar enmociones, a comunicarse y a superar las difícultades de empatía», recalca Helena de Carlos.
‘Psicomamanesia’ no es una obra lineal, al ‘uso’, sino teatro contemporáneo, «cuyas escenas están basadas en los monólogos que cada uno de sus actores ha querido compartir, interpretar y que dan respuesta a preguntas cómo: ¿Quién soy? ¿Soy nornal? ¿Valgo para ésto? A partir de ellos íbamos improvisando, creando. Estábamos abiertos a cualquier propuesta que surgiera de los componentes de Geometrance. Por eso goza de tanta creatividad», insiste la directora.
En su opinión, «la mayoría del teatro actual refleja la enfermedad mental, con muchos tópicos, el ‘loco’ es muy ‘loco’ y siempre destaca la agresivdad. En nuestra obra, la enfermedad mental no está muy presente, sólo en la medida en que cada uno ha querido mostrarla. Muchos han querido reflejar, por ejemplo, el estigma que acarrera», apostilla.
Reconoce que han «aguantado muy bien el tirón. Ha sido un año de esfuerzo y dedicación. Era un proyecto complicado, muchos de los actores viven lejos del centro de Madrid, donde había que realizar los ensayos. Para ellos, con su enfermedad, puede resultar complicado este ajetreo de idas y venidas. Por este motivo o porque luego se daban cuenta de que realmente no les interesaba paticipar, algunos abandonaron por el camino. Otros, en cambio, se han ido incorporando poco a poco. Pero, finalmente, lo hemos conseguido y lo más importante es que queremos seguir funcionando como compañía».
Cómo se formó la compañía
Geometrance no necesitó hacer ningún ‘casting’ para lograr su deseada ‘puesta en escena’. «Recorrimos uno a uno los centros de rehabilitación psicosocial y laboral que gestionamos para la Comunidad de Madrid y preguntamos quién quería formar parte de la compañía. La idea era motivarlos, que conozcan otras opciones, que saquen todo su potencial humano», recuerda la directora de comunicación de la Fundación Manantial.
Francisco Gomez, de 36 años (fue diagnosticado de esquizofrenia a los 20), no dudó en sumarse a la propuesta. «La experiencia no puede estar siendo más satisfactoria. Me aporta mucho a nivel físico (bailar, moverme…) e intelectual. Hemos estado ensayando dos veces por semana y la verdad es que todo lo que puedo decir es positivo».
Curro, como llaman a Francisco, todos los miembros de la compañía, vive actualmente con sus padres. Trabaja en la cocina de uno de los centros de rehabilitación laboral de la Fundación. «Estoy dado de alto de la rehabilitación psicosocial, auqnue sigo visitando al psiquiatra y claro está con mi medicación diaria. Lo que espero realmente es poder seguir trabajando con la compañía», admite.
Inmacula Casillas también desea que Geometrance tenga futuro. «De momento funcionamos a nivel amateur, pero la idea es profesionalizarnos y continuar escribiendo nuevas obras, porque tenemos material para dos o tres más a partir de las ideas que han surgido al escribir la primera».
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/12/09/neurociencia/1323435186.html