03 Jun Proteínas fundamentales para los mayores
La digestión, absorción y transporte de nutrientes se ve alterada, por lo que resultan más vulnerables a la desnutrición que los más jóvenes.
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Las proteínas son nutrientes fundamentales a todas las edades. Los niños las necesitan para crecer, las embarazadas para llevar a buen término su gestación, los adolescentes para su buen desarrollo, etc. Pero son las personas mayores las que más expuestas están a sufrir un déficit por diferentes causas tanto sociales como fisiológicas. Debemos tenerlo en cuenta y ofrecer soluciones viables a esta situación que se puede escapar a nuestro control.
Cada vez son más y en el futuro el número aumentará. Los datos señalan que ya son ocho millones en España los mayores de 65 años y que la estadística va creciendo. Además, la baja natalidad y el aumento de la esperanza de vida les convierte en un colectivo que merece atención especial a varios niveles.
A medida que envejecemos, nuestro organismo cambia. No solo aparecen arrugas y canas; también nuestra fisiología se modifica. La digestión, absorción y transporte de nutrientes se ve alterada, por lo que resultan más vulnerables a la desnutrición que los más jóvenes.
El problema empieza ya en la masticación. La salud de la boca es fundamental para que puedan masticar y los alimentos se mezclen adecuadamente con la saliva. La pared del estómago es menos flexible y la saciedad se percibe antes, por lo que comen menos. La superficie de absorción es menor, y de ahí que los nutrientes no se absorben adecuadamente.
A esto puede añadirse que suelen padecer problemas de salud crónicos como hipertensión, diabetes, etc. o puntuales como la rotura de una cadera o problemas en su dentadura postiza. Estas situaciones incrementan la posibilidad de que se alimenten peor y puedan padecer desnutrición o presentar déficits de algunos elementos imprescindibles.
Si convives con ellos (o no), recuerda que es fundamental evitar que dejen de comer y, sobre todo, acostumbrarlos a seguir una dieta equilibrada en la que se incluyan alimentos de todos los grupos. Puede suceder que un día no tengan hambre, pero no puede convertirse en la norma y dejar que eliminen lo que no les guste o cueste trabajo que coman.
Suelen quejarse de que no pueden masticar la carne o que el pescado tiene espinas y les cuesta separarlas. Estos alimentos son la principal fuente de proteínas de origen animal, y renunciar a ellos supone reducir drásticamente las posibilidades de aportar la cantidad diaria recomendada.
La carencia de proteínas genera problemas de salud a nivel estructural y para la cicatrización de las heridas, por ejemplo. Así, si se hacen una herida o tienen una úlcera en la boca, les costará más que pase y pueden sufrir infecciones con mayor facilidad al mantener la herida abierta. Lo mismo ocurre en personas más jóvenes que no pueden masticar o que han sido sometidos a ciertas cirugías que les impiden comer adecuadamente.
La mejor opción pasa por consumir estos alimentos de otra forma que resulte de fácil masticación y mejor absorción para aprovechar al máximo los nutrientes que contiene. Proponemos:
-Puré de verduras con carne. Prepáralo cociendo patata, puerro, zanahoria, espinacas y un trozo de carne de cerdo o ternera (con poca grasa) en agua con sal. Añade un chorro de aceite de oliva al terminar la cocción y pásalo por la batidora. Si resulta espeso, puedes añadirle agua hasta alcanzar la textura que sea más agradable.
-Pasta con marisco. No tiene que ser un plato muy caro. Elige lo que haya en el mercado (berberechos, almejas, mejillones, etc.) y resulte más económico. Cuece la pasta con sal y aceite y el marisco en agua con sal. Elimina las conchas y mezcla con tomate y orégano. Añade la pasta y dale un hervor. Si es difícil de masticar, puedes esmagarlo con un tenedor.
-Mejillones al vapor. Cuece los mejillones en agua con sal. Añade unas gotas de limón una vez escurridos. Si resulta difícil masticarlos, elimina todas las partes que resulten duras y esmágalos.
-Flan o natillas. Son fáciles de comer y muy sabrosas si te gusta el dulce. Si las preparas con muchos huevos, aprovecharás mejor sus propiedades.
-Gelatinas de sabores. Resultan un postre muy adecuado y rico en proteínas. Puedes prepararlas en casa o comprarlas ya elaboradas.
Consulta al médico en cuanto percibas que estás comiendo mal y sigue sus pautas. Puede ser necesario aportar proteínas con preparados de farmacia, pero eso debe decidirlo él. No te automediques.
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