03 Jul Preocupa el gran consumo de psicofármacos en los mayores
Más del 16% de las personas que superan los 65 años utiliza ansiolíticos/hipnóticos de forma inadecuada, lo que puede provocar dependencia
Más del 16% de las personas mayores no hospitalizadas consume ansiolíticos/hipnóticos, y entre ellos, el 90,5% son benzodiacepinas, según el estudio “Consumo de ansiolíticos e hipnóticos y factores asociados en las personas mayores”. El problema, además de la dependencia, es que tiene efectos adversos, como alteraciones cognitivas, pérdida de memoria o aumento del riesgo de caídas y fracturas, que se acentúan mientras mayor sea edad la edad del paciente. En el caso de los psicofármacos, su consumo es más habitual en ancianos polimedicados.
“Desde hace unos años existe una tendencia al incremento en la proporción de personas que consumen psicofármacos, la cual es cada vez más marcada en las personas mayores”, afirma el doctor Enric Aragonés, coordinador del Grupo de Salud Mental del Congreso de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), celebrado recientemente en Gran Canaria y donde se presentó este trabajo. “La situación de alto consumo, con una indicación poco adecuada en muchos casos, es un fenómeno previo a la crisis actual, aunque es probable que la ansiedad o el malestar emocional relacionado con problemas económicos, familiares o laborales derivados de la crisis haya contribuido a que se inicien tratamientos de este tipo”.
Los expertos aseguran que la utilización de psicofármacos es adecuada a corto plazo, pero pocas veces está justificada su toma de forma más constante, tal y como ha pasado en los últimos años. “En el caso concreto de las personas mayores su consumo suele estar supeditado a tratamientos prolongados”, dice el doctor Aragonés. “Un hecho inquietante porque los efectos adversos de estos medicamentos, como alteraciones cognitivas o efectos en la memoria, aumento del riesgo de caídas y de fracturas, son más frecuentes a edades más avanzadas, aún con ansiolíticos poco potentes y con dosis relativamente bajas, que es lo que se suele usar en estos pacientes”.
En todo caso, no se recomienda utilizar los ansiolíticos e hipnóticos debido a que “puede generar dependencia y problemas de tolerancia”, prosigue el doctor Aragonés. “Sería importante mejorar el conocimiento sobre el uso inadecuado de estos fármacos con el fin de desarrollar estrategias de prescripción efectivas y seguras”.
Mayores y polimedicados
Otro dato puede cruzarse con los del estudio anterior: un 41,2% de mayores de 65 años polimedicados consume estos medicamentos frente al 11,1% que no presenta esta condición, según el estudio “Polimedicación en las personas mayores: factores asociados y contribución de los psicofármacos”, presentado también en el Congreso de semFYC. “A partir de determinadas edades es frecuente tener varias patologías, muchas veces de carácter crónico, lo que motiva que muchos pacientes consuman al día más de 5 fármacos distintos”, mantiene el doctor Aragonés. “A veces, su consumo prolongado es el reflejo de la dependencia generada: el ansiolítico ya no se toma por su eficacia clínica, sino para evitar síntomas de abstinencia. Tenemos que ser cuidadosos en su prescripción, valorando sus indicaciones, estableciendo un seguimiento clínico escrupuloso y limitando su duración. Es nuestra responsabilidad no iniciar nuevos tratamientos que puedan cronificarse sin un control adecuado, así como tener una actitud activa en su retirada si no hay una indicación clara”.
Otra investigación, publicada en el British Journal of Psychiatry, concluyó que, para lograr que 45% de los pacientes enganchados a los psicofármacos lo abandonen “sin mayores complicaciones”, basta “una mínima intervención explicando a los pacientes consumidores crónicos los riesgos de esta medicación, recomendándoles su retirada y ofreciéndoles apoyo”, concluye el doctor Aragonés.
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