Posible vacuna preventiva contra el Alzheimer

Posible vacuna preventiva contra el Alzheimer

Investigadores del Centro de Investigación Biomédica EuroEspes, liderados por el doctor Ramón Cacabelos, han creado la primera vacuna preventiva y terapéutica eficaz contra el Alzheimer, que ya ha obtenido la patente para su fabricación en Estados Unidos.

Se trata de la vacuna, EB-101, que ha sido probada en animales transgénicos portadores de las principales mutaciones genéticas responsables de la enfermedad en seres humanos.

En estos análisis, los expertos han conseguido que los animales no desarrollaran esta patología a lo largo de su vida y que se redujeran de forma «espectacular» los rasgos patogénicos que caracterizan al Alzheimer, y han asegurado que, aunque no se «resucitan las neuronas» se puede detener el curso de la enfermedad y devolver la estructura del cerebro a condiciones normales.

No obstante, según ha explicado Cacabelos, están a la espera de que en los próximos años se aprueben los ensayos clínicos que podrían hacer que sea una realidad en el plazo de unos 6 a 10 años.

Y es que, la aparición de esta vacuna tiene especial importancia por el hecho de que en España se calcula que entre 500.000 y 1.300.000 personas padecen Alzheimer, con una prevalencia del 1 por ciento en las personas con 65 años y de más del 25 por ciento en los mayores de 85 años.

Asimismo, y debido al envejecimiento de la sociedad, se prevé que esta cifra se cuadruplicará en los próximos 50 años, provocando serias consecuencias tanto para la salud de los individuos y sus familiares, como para el sistema sanitario ya que el tratamiento supone un gasto medio por paciente y año de unos 22.000 euros.

De hecho, según ha explicado el presidente de la Fundación Fernández-Cruz y catedrático de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, Arturo Fernández Cruz, actualmente hay en el mundo unas 36 millones de personas afectadas por Alzheimer y se cree que para el año 2030 estas cifras aumenten hasta los 66 millones y, en 2050, hasta los 115 millones.

Además, a pesar del elevado coste que suponen las terapias para esta enfermedad, según ha explicado Fernández Cruz, la inversión que se da para esta patología es «23 veces menor» que la que se utiliza para tratar el sida y «12 veces menor» que la que se destina para tratar el cáncer.

En concreto, un 10 por ciento de los costes directos del Alzheimer son gasto farmacéutico. Por ello, la implantación de programas preventivos capaces de reducir la prevalencia de la enfermedad podría mejorar notablemente las condiciones de vida de la población y reducir el gasto sanitario en Alzheimer entre un 20 y un 30 por ciento en cinco años.

Por este motivo, los expertos han subrayado la importancia de la aparición de esta nueva vacuna porque, tal y como ha comentado Cacabelos, actualmente entre el 60 y el 68 por ciento de los pacientes españoles que sufren esta enfermedad no deberían tomar «nada» de lo que están tomando aunque, ha apostillado, deben hacerlo dado que no hay otro tratamiento para combatir la neurodegeneración de forma eficaz.

EVITA LAS HEMORRAGIAS CEREBRALES Y LAS REACCIONES NEUROINFLAMATORIAS

A pesar de que a lo largo de los años han aparecido diferentes vacunas para luchar contra el Alzheimer todas han presentado diferentes reacciones que han hecho que no sean del todo eficaces. De hecho, en el año 2001, el grupo de Elan Pharmaceuticals, liderado por Schenk, desarrolló la primera que tuvo que interrumpirse, al inicio de la fase clínica, al constatarse la muerte de varios pacientes con meningoencefalitis causada por la vacuna.

Desde entonces, varios grupos en el mundo, especialmente en Estados Unidos, Europa, Japón, Israel y China, han desarrollado diversas modalidades en vacunas orientadas a disminuir los depósitos de beta-amiloide en el cerebro de animales transgénicos, prestando especial atención al hecho de que no causaran hemorragias cerebrales o procesos meningoencefalíticos. Además, en Europa un consorcio europeo desarrolló Mimovax, que se encuentra en fase de estudio clínico en Austria y, en España, se ha desarrollado una vacuna, recientemente adquirida por Grifols.

Ahora bien, la novedad de la vacuna EB-101 radica en que al ser probada en los animales transgénicos no ha presentado ninguna complicación. De hecho, ha obtenido unos óptimos resultados tanto en el modelo preventivo cromo en el terapéutico. «Con esta vacuna se puede detener el curso de la enfermedad aunque no resucitan las neuronas», ha informado Cacabelos para matizar que consigue revertir la estructura del cerebro a condiciones normales.

Concretamente, esta vacuna se caracteriza por la introducción de un nuevo inmunógeno-adyuvante diseñado para generar anticuerpos contra las placas neuríticas donde se acumula la proteína beta-amiloide que daña el cerebro de los pacientes con Alzheimer. Además, va encapsulada en liposomas ricos en esfingosina-1-fosfato que contribuyen a la regeneración neuronal.

«Hemos observado una disminución de la morbimortalidad, por lo que la vacuna podría aumentar la esperanza de vida. No obstante, para nosotros eso no es lo más importante, sino que nuestro objetivo prioritario es mejorar las condiciones de vida de los pacientes y proteger el cerebro para que siga funcionando», ha recalcado Cacabelos.

A LA ESPERA DE EMPEZAR LOS ENSAYOS CLÍNICOS CON HUMANOS

Por otra parte, y a la vista de estos buenos resultados, el investigador ha asegurado que su equipo está en condiciones para que dentro de unos meses comience la fase clínica con humanos aunque, ha apostillado, se encuentran a la espera de que las autoridades lo aprueben.

En este sentido, ha informado de que para realizar esta fase se estudiarán, en el tratamiento preventivo, a aquellas personas con un historial familiar de demencia y con un perfil genómico determinado. Asimismo, en el tratamiento terapéutico, se seleccionarán a aquellos que no han sido quemados por terapias previos, que no tengan lesiones cerebrales estructurales de tipo vascular, y que no estén tomando psicofármacos que puedan destruir o neutralizar la posibilidad de eficacia de la vacuna.

«Si lográsemos funcionar en el 30 por ciento de los casos sería un lujo desde el punto de vista terapéutico», ha recalcado Cacabelos, tras recordar que se dispone de unos «30 y 40 años» para conocer el curso de la enfermedad. «No podemos desperdiciar este tiempo», ha enfatizado.

Dicho esto, el investigador ha comentado que en el caso de que la vacuna vea por fin la luz y se pueda administrar en humanos, no se administrará en una sola dosis sino que se dará en diferentes tandas y en periodos establecidos en los que tendrá una especial relevancia el perfil genómico de la persona.

«Serán, por ejemplo, en tandas de tres meses cada año», ha matizado, para zanjar asegurando que «no hay prisa» para desarrollarla. «Nos tiene que guiar la prudencia y la sensatez y tenemos que avanzar hacia la medicina personalizada», ha concluido.

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