07 Feb Por qué los colegios deben enseñar hábitos saludables desde preescolar.
Un estudio demuestra cómo se mejora el estado de salud cardiovascular a largo plazo de los menores.
ABC Familia
La implementación de programas escolares destinados a enseñar hábitos saludables de salud cardiovascular ya en la etapa preescolar puede lograr cambios duraderos en el estilo de vida de los niños, según una revisión publicada en el ‘Journal of the American College of Cardiology’.
Estudios anteriores han descubierto que los hábitos de vida poco saludables, como una dieta poco nutritiva, el sedentarismo y el tabaquismo, que contribuyen al riesgo de enfermedades cardiovasculares, son frecuentes entre los niños y los adolescentes. Otras investigaciones también han encontrado una relación entre una mala salud cardiovascular en la infancia y una mala salud cardiometabólica en la edad adulta.
«El Programa SI! (Salud Integral) fue desarrollado como un programa escolar multinivel y multicomponente para la promoción de la salud cardiovascular y el logro de cambios duraderos en el estilo de vida de los niños desde la edad preescolar.
Se implementó en tres países a partir del año 2009«, explica el doctor Valentín Fuster, director general del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), director de Mount Sinai Heart e investigador principal del proyecto.
«El entorno escolar es un gran ámbito para introducir intervenciones sobre el estilo de vida, porque los niños pasan allí gran parte de su tiempo –añade el doctor Rodrigo Fernández-Jiménez, jefe de grupo del laboratorio de salud cardiovascular e imagen del CNIC y autor del estudio–. Hay momentos específicos en la vida de un niño en los que se puede mejorar el estado de salud cardiovascular a largo plazo. Nuestra revisión, y los estudios anteriores, sugieren que entre los 4 y 5 años de edad es el momento más favorable para iniciar una intervención escolar centrada en hábitos saludables«, adelanta
Los autores revisaron los resultados de 10 años del Programa SI! que incluyó a más de 3.800 niños, de entre 3 y 5 años, de 50 escuelas de Colombia, España y Estados Unidos. Se evaluó a los niños para ver cómo cambiaban sus conocimientos, actitudes y hábitos hacia un estilo de vida saludable. Los que recibieron el programa mostraron un aumento significativo de conocimientos, actitudes y hábitos tras la aplicación de un programa de promoción de la salud de cuatro meses de duración.
Para evaluar el éxito del programa, se adaptaron las herramientas de evaluación a la madurez de los niños. Los cuestionarios incluían imágenes sencillas y se modificaron para adaptarlos a los contextos socioculturales de cada país utilizando nombres e imágenes de alimentos locales, imágenes de parques infantiles locales e imágenes que reflejaban la diversidad étnica.
En comparación con los niños que recibieron menos del 50% del programa, se comprobó que los niños que recibieron más del 75% del programa presentaban un cambio significativo respecto a la línea de base en cuanto a conocimientos, actitudes y hábitos generales.
Para revisar las lecciones aprendidas del Programa SI! los autores analizaron la difusión (la transmisión de información sobre el programa a la escuela), la adopción (la decisión de la escuela de probar el programa), la implementación (la ejecución de la intervención sanitaria de forma eficaz), la evaluación (la valoración de la consecución de los objetivos del programa) y la institucionalización (la incorporación del programa a largo plazo).
«La mayoría de las intervenciones preescolares se centran únicamente en la actividad física y la dieta. El Programa SI! desglosa la salud cardiovascular en cuatro componentes. A través de los dos primeros componentes, los niños aprenden cómo una dieta equilibrada y una vida físicamente activa están directamente relacionadas con un corazón sano», explica explica la doctora Gloria Santos-Beneit, coordinadora científica de la Fundación SHE-la Caixa y autora principal del estudio.
«A continuación aprenden sobre la gestión de las emociones, que busca inculcar mecanismos de comportamiento contra el abuso de sustancias -principalmente el tabaquismo- y las decisiones dietéticas más adelante en la vida –continúa–. Por último, se enseña a los niños cómo funciona el cuerpo humano y cómo se ve afectado por el comportamiento y el estilo de vida».
Para adaptarse a los estilos de aprendizaje de los niños en edad preescolar, el Programa SI! utilizó una mascota con forma de corazón llamada ‘Cardio’ para enseñar los comportamientos saludables recomendados, junto con el personaje de Barrio Sésamo Dr. Ruster, un Muppet basado en el doctor Fuster, para introducir y transmitir los mensajes y las actividades. Otros materiales incluyen segmentos de vídeo y materiales impresos (un colorido libro de cuentos, un juego de mesa interactivo, fichas y una guía para el profesor).
Las actividades y los mensajes utilizados se adaptaron en función del país en el que se aplicó el programa, teniendo en cuenta las creencias o prácticas culturales en materia de salud relacionadas con la alimentación, las instalaciones asignadas para la actividad física, los métodos de transporte a la escuela, las comidas proporcionadas en la escuela, las canciones o los cuentos populares, y los rituales y las celebraciones cotidianas locales.
Algunos de los retos que hay que tener en cuenta a la hora de aplicar el programa son la implicación de la familia, el estatus socioeconómico de la misma, la cantidad de tiempo dedicado al programa y las estrategias de adherencia a largo plazo.
«Es necesario seguir investigando para identificar los factores específicos del estatus socioeconómico que influyen en la salud de los niños y en la eficacia de la intervención a largo plazo, así como la cuestión de la sostenibilidad o la necesidad de reintervención«, explica Fuster.