03 Dic Poesía contra la demencia
NEUROLOGÍA: Iniciativas
CRISTINA G. LUCIO – MADRID
No puede impedir el avance del Alzheimer ni mitigar sus síntomas, pero la poesía sí es muy útil para ‘despertar’ recuerdos y conversaciones en muchos pacientes con demencia.
Lleva un tiempo demostrándolo en Reino Unido a ONG ‘Kissing it better’, una organización que, entre otras iniciativas, acude a residencias y centros de la tercera edad para recitar poemas y rimas populares a los mayores.
«Leer poemas familiares a alguien con demencia u otros daños cerebrales consigue muchas cosas, ya que, a menudo los pacientes no sólo recuerdan las palabras del siguiente verso, sino que también rememoran el momento o el lugar donde las oyeron por primera vez», señala Jill Fraser, la directora de la organización en su página web.
La iniciativa, asegura, ayuda a mejorar la autoestima de las personas con demencia y proporciona un cierto respiro a su habitual aislamiento comunicativo. Además, aunque sea momentáneamente, esta actividad es capaz de conectarles en algunos casos con el mundo que les rodea, subraya.
‘Kissing it better’ no es la única organización que pone el foco sobre los pacientes con demencia y sus necesidades. En los últimos tiempos, numerosas asociaciones están reclamando más atención para unos pacientes cuya presencia no deja de crecer.
Según las últimas estimaciones para el futuro, el número de personas con Alzheimer podría triplicarse en los próximos 40 años. «Viviremos más y habrá más personas mayores, por lo que es esperable que haya más enfermedades de este tipo», señalaba hace poco a este diario Félix Bermejo, miembro del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología.
Sin embargo, no todo lo que rodea a la demencia son malas noticias. Recientes estudios están sugiriendo que, pese a que con toda probabilidad el número de enfermos seguirá creciendo en los próximos años, el inicio de la enfermedad podría estar retrasándose.
Numerosos estudios de distintas partes del mundo señalan que el riesgo de demencia podría estar bajando debido a «una mejora en los niveles educativos» y un mejor abordaje de factores de riesgo claves, como la hipertensión o el colesterol sobre todo «entre los nacidos al final de la primera mitad del siglo pasado», señalan los autores de una reflexión que publica esta semana la revista ‘The New England Journal of Medicine’.
Con todo, es necesario ser conscientes de que las preocupantes cifras de obesidad y diabetes amenazan con dar la vuelta a esos logros dado el impacto que estas enfermedades pueden tener sobre un cerebro que está envejeciendo, añaden los investigadores.
Con estos datos en la mano, los autores de este trabajo -una agrupación de científicos de distintas universidades estadounidenses, como Washington o UCLA- reclaman nuevas investigaciones y estrategias que ayuden a ampliar el potencial para la salud que tendría «mejorar las oportunidades educativas», así como promover estilos de vida más saludables que reduzcan los factores de riesgo vasculares asociados al deterioro cognitivo.
www.elmundo.es/salud/2013/11/29/5298a9ea684341352d8b457a.html