03 Ago Plan de ahorro energético: expertos piden que se respete el «confort térmico» de los mayores.
Exigen medidas más eficaces y que protejan a mayores vulnerables.
Marta Jurado
No solo el invierno, todo apunta a que el verano también será duro, debido al conflicto vigente entre Rusia y Ucrania que amenanza con cortar el suministro de gas a la Unión Europea. Medidas como limitar el aire acondicionado a 27ºC y la calefacción a 19ºC en empresas, instituciones, comercios y trasporte público, o fomentar el teletrabajo para ahorrar energía, serán pronto una realidad después de que el Consejo de Ministros las haya aprobado este lunes dentro de su nuevo Plan de Ahorro Energético. Se trata de un primer paso con el Ejecutivo pretende cumplir con el compromiso con la Unión Europea de reducir un 7% el consumo del gas para garantizar las reservas comunitarias de aquí a un año y que completará con más medidas hasta septiembre.
Así lo ha confirmado la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, que ha comparecido al filo de la noche junto a la ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, y ha recordado que la situación energética en Europa «es crítica y se puede producir un corte del gas procedente de Rusia en cualquier momento», por lo que llama a la solidaridad con nuestros vecinos europeos. Todo ello después de que la reunión de la semana pasada con los ministros de Energía de la UE para pactar la nueva senda de ahorro de gas de la UE en la que España ha logrado que su reducción de consumo se limite la mitad del 15% impuesto a otros países, pero que tendrá un impacto en todos los españoles.
Medidas «poco efectivas» para reducir el consumo de gas
Pero los expertos alertan de que la mayoría de las medidas, «ni son efectivas», ni van directamente a reducir el consumo del gas, sino más bien el de la electricidad. «Modificar un grado la temperatura del aire acondicionado contribuye más bien poco a reducir el consumo de gas, aunque sí que puede bajar el consumo y la factura de la luz», opina Yolanda Moratilla profesora de Tecnologías Energéticas de la Universidad Pontificia de Comillas (@UCOMILLAS), quien pide además que se tenga en cuenta el confort térmico de los mayores para preservar su salud.
Los analistas especializados en energía apuntan a que las medidas solo serán eficientes cuando afecten al consumo directo de gas, como sería el caso de la calefacción o de la industria. «Estas medidas cobrarán más importancia en invierno, que en verano, que es cuando se concentra la mayor parte del consumo de gas, al menos en los hogares y comercios», señala Moratilla. «También va a ser muy importante el periodo que se tenga de referencia para rebajar consumo, de lo que dependerá el margen de mejora», opina Daniel Álvarez, experto en consumo energético de la Fundación de Familias Monoparentales Isadora Duncan (@isadoraduncan).
Margen de mejora en edificios públicos
Álvarez recuerda que si la métrica son los años del Covid, cuando se impuso mantener ventanas abiertas, «hay mucho margen de mejora». Así, considera que en los edificios públicos «con alguna medida más de contención del gasto si es posible mejorar y rascar ese 7% de ahorro», pero recalca que los resultados va a variar mucho de pendiendo de tipo de Administración. «Algunas ya lo estaban haciendo bien y esas van a tener muy poco margen, pero tenemos muchos edificios y servicios con baja efciencia, por lo que racionalizando uso, hay margen», opina el experto en consumo energético.
Hay que recordar, que aparte de la regulación de la temperatura, el teletrabajo como medida para el ahorro energético entre los funcionarios ya fue planteado en abril por los ministerios de Hacienda y Transición Ecológica, como respuesta a la guerra en Ucrania. Los dos grandes objetivos de este paquete de medidas eran ya la “racionalización del uso de edificios administrativos y de sus instalaciones” y la “facilitación de la prestación de los servicios públicos por las empleadas y empleados públicos mediante fórmulas organizativas que garanticen plenamente la atención a la ciudadanía”.
Todo dependerá de la industria
Pero en opinión de la profesora Yolanda Moratilla, hasta que no haya un compromiso por parte de la industria para flexibilizar la producción, será muy difícil lograr un ahorro efectivo en el consumo del gas. Para ello propone que se cierren en verano las fábricas, en lugar de que se establezcan turnos, o hacer que el uso de hornos deje de ser continuo. «La flexibilización y programación de estas actividades sí que tendría un efecto importante en nuestro consumo de gas, ya que supone el 60% del consumo de gas, mientras que el de los hogares no llega al 5%».
Y considera que «no tiene sentido» que el resto de la población haga un esfuerzo para lograr reducir el consumo un 7%, sino hay compromisos firmes por parte de todos los sectores industriales. «Las medidas que afectan a los hogares en forma de recomendación, aparte de ser incómodas no son efectivas. Tan solo el teletrabajar o limitar la potencia podrían contribuir a cierto ahorro, –que siempre hay que aclarar, es positivo–, pero no es necesario imponer restricciones obligatorias a estos sectores», considera. Además, descarta el escenario del racionamiento energético para el próximo invierno «si España hace los deberes». Los expertos también creen que lo difícil será controlar que se apliquen.
Protección a personas vulnerables: «Una residencia no puede estar a 27ºC en verano»
De ahí que los expertos aboguen por que se logre un consenso entre confort y ahorro energético, y señalan como especialmente importante que se garantice que queden excluidas las instituciones que atienden a personas vulnerables. «Los colegios, hospitales o residencias deberían quedar al margen de estas medidas de ahorro energético», opina Daniel Álvarez, quien confía que así sea. «Una residencia o una casa de una persona de mas de 65 años no puede estar a 27ºC por las limitaciones de aire acondicionado del Gobierno», insiste Moratilla, quien considera de vital importancia que «se respete el confort térmico de las personas mayores por su propia salud, igual que ocurre con los niños o los enfermos».
Visto lo visto, habrá que seguir de cerca las medidas que se envíen a Bruselas y que marcarán lo duro que será el próximo invierno. Tal como señala Pablo Sanz, profesor de Derecho Mercantil y miembro de la Cátedra sobre Pobreza Energética de la Universidad Pontificia de Comillas, «la UE hará lo posible para proteger los intereses de Alemania por encima de cualquier otro factor. España estará a lo que se diga en Bruselas y Berlín». Y es que hay que recordar que hace 10 días España se oponía a este tipo de medidas impuestas por la Comisión Europea, y una semana las ha tenido que acabar aceptando.