¿Nos llevamos a la abuela de vacaciones o nos quedamos para que no esté sola?.

¿Nos llevamos a la abuela de vacaciones o nos quedamos para que no esté sola?.

Más del 50% de los familiares ha dejado de ir de vacaciones varias veces para cuidar a sus mayores en verano.

Laura Peraita

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¿Nos llevamos a la abuela de vacaciones o nos quedamos sin salir para que no se quede sola? La decisión de no irse de vacaciones para cuidar a los mayores puede ser un verdadero desafío en muchas familias. Cuando se encuentran en esta tesitura existen varios planteamientos para asegurar la atención adecuada del mayor: adaptar los planes de viaje, apoyarse en la red familiar para encargarse de su cuidado por turnos o contar con cuidadores profesionales y capacitados, lo que ofrece a las familias la tranquilidad de que sus seres queridos están bien atendidos, incluso cuando no pueden estar físicamente presentes.

Adrià Buzón, CEO y cofundador de Cuideo, compañía de cuidado de mayores a domicilio, explica a ABC que las familias que se encuentran en esta situación deben fomentar una comunicación abierta y transparente entre todas las partes involucradas. «Esto implica tener conversaciones honestas con los mayores sobre sus necesidades y preferencias, así como buscar soluciones que se ajusten a las posibilidades y limitaciones de cada familia».

Este experto no niega que tomar este tipo de decisiones puede generar disputas o tensiones entre los hijos u otros miembros de la familia, debido a diferentes perspectivas sobre cómo brindar el cuidado adecuado, las responsabilidades compartidas, las decisiones financieras o las preferencias personales. «El cuidado de los abuelos a menudo implica tomar decisiones difíciles y enfrentar situaciones emocionalmente cargadas. Los miembros de la familia pueden tener opiniones diferentes sobre el tipo de atención que se necesita, si es mejor optar por el cuidado en el hogar o una residencia de mayores, o cómo distribuir las responsabilidades entre los miembros de la familia. Además, las relaciones familiares preexistentes, los roles familiares y las dinámicas familiares pueden influir en la forma en que se gestionan estas disputas. Los conflictos no resueltos o las tensiones subyacentes pueden surgir y complicar aún más la toma de decisiones y la planificación del cuidado».

Por ello, Adriá Buzón recomienda abordar estas disputas de manera abierta y respetuosa, fomentando la comunicación efectiva y el trabajo en equipo. Esto puede implicar tener conversaciones honestas, escuchar las diferentes perspectivas y encontrar soluciones de compromiso que satisfagan las necesidades de todos los involucrados.

«En algunos casos -prosigue-, puede ser útil buscar la mediación de un profesional externo, como un mediador o un asesor de cuidado de mayores, para ayudar a facilitar las discusiones y encontrar soluciones equitativas».

No hay que olvidar que tal y como señala el último informe de la Soledad de Cuideo, el 46% de las personas mayores pasa unas horas al día sin compañía, independientemente del tipo de unidad familiar; es decir, tanto si viven solas como con otro familiar. En verano, época de vacaciones, esta situación se acentúa. Según el mismo informe, la soledad es lo que más preocupa a las personas mayores, un sentimiento muy presente en verano por la falta de interacción con su entorno cercano.

En esta época también aumentan las preocupaciones de los familiares de los mayores al temer que puedan surgir nuevos problemas de salud o aumenten los que ya tienen, o que estén más incómodos o apagados por el exceso de calor. La soledad, la poca interacción con personas cercanas o la posibilidad de imprevistos o caídas son otras de las preocupaciones de los familiares de mayores dependientes, según datos de esta compañía.

Más de la mitad de los familiares de mayores dependientes ha dejado de ir de vacaciones varias veces o alguna vez para cuidar de sus seres queridos en verano, según datos de esta empresa. Adrià Buzón apunta que «el riesgo que suponen las altas temperaturas para la salud de las personas mayores evidencia la necesidad de contar con un cuidador que se haga cargo de ellos durante las vacaciones. De hecho, la principal razón por la que los familiares recomendarían contar con un cuidador en verano es porque aporta bienestar a toda la familia o bien porque les da más tranquilidad si se van fuera unos días».

Cuidados ante el exceso de calor

Las altas temperaturas previstas este verano hacen imprescindible tomar precauciones especiales para proteger a los mayores del exceso de calor. También es imprescindible que las personas a cargo de mayores conozcan cómo puede afectarles una ola de calor, las recomendaciones y cómo actuar ante un caso, para garantizar su salud durante el verano.

Vanessa Codesido, coordinadora del Departamento de Calidad de esta compañía añade que «las personas mayores de 65 años se encuentran entre los grupos de riesgo ante el exceso de calor. En muchos casos, no saben detectar los síntomas del golpe de calor que son somnolencia, dolor de cabeza, náuseas, desorientación, confusión, piel caliente y enrojecida e incluso fiebre en casos más extremos. Es muy importante que los cuidadores sepan identificar estos síntomas y adecuen los cuidados al calor: beber agua, tomar gelatinas, cremas, sopas templadas, comer fruta que hidrate como la sandía o el melón. Es clave ventilar los domicilios frecuentemente y adecuar la vestimenta de la persona mayor con ropa fresca y veraniega. Los paseos deben realizarlos a última hora de la tarde y evitar salir a comprar al mediodía cuando el sol está fuerte».



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