«No quiero dinero, solo un poco de tiempo para poder respirar»

«No quiero dinero, solo un poco de tiempo para poder respirar»

Rosinda Gracia cuida a su suegra de 93 años y a su nieto. El 50% de los cuidadores no profesionales se quedan sin vacaciones

LAURA PERALTA

Rosinda Gracia tiene 65 años y reconoce que desde que tiene uso de razón ha sido cuidadora. «Primero de mi madre que, siendo yo muy joven enfermó, al igual que mi padre posteriormente». Reconoce que la labor de cuidar a sus padres la concibió como algo natural que una hija debía hacer por su padres.

Se casó joven. Su suegra se fue a vivir con ellos. Ahora cuida de ella y, aunque se sigue valiendo a sus 93 años por sí misma en algunas cosas, Rosinda debe estar pendiente de vestirla, ducharla… «Ultimamente he estado algo más agobiada porque también atiendo a mi nieto de diez meses y mi marido ha estado hospitalizado. He podido con todo, pero he ido corriendo de un sitio a otro sin parar. Afortunadamente mi marido ya está en casa».

Rosinda apunta que «yo no quiero dinero, sí un poco de tiempo para poder respirar porque mi suegra casi no duerme ya por las noches y es muy cansado estar al tanto de todo las 24 horas». Sin embargo, no se plantea dejar a su suegra sola. «¡Claro que me gustaría irme de vacaciones! Pero no puedo. Además prefiero sacrificarme porque me siento mal pensando en si ella se sentirá bien o no sino estoy a su lado».

Esta cuidadora se olvida de ir a sus propias revisiones médicas «ni siquera me miro al espejo. Solo existo para los demás». Entre suegra y nuera se ha creado mucha dependecia mutua, un sentimiento habitual en muchos cuidadores. «En ocasiones me he llegado a sentir culpable por si no la estaba atendiendo bien».

Para Rosinda es importante que la sociedad valore la labor de los cuidadores que se ocupan de un familiar las 24 horas. «También necesitamos, no ya unas vacaciones, sino un respiro para desconectar, cargar pilas y continuar».

Más de un millón de afectados

El caso de Rosinda no es único. En nuestro país hay más de un millón de personas mayores de 65 años que cuidan de otras personas dependientes. El 72% de estos cuidadores, es decir siete de cada diez, conviven con la persona a la que cuidan, una labor que realizan de forma continua el 91%.

La llegada del verano es especialmente dura para ellos porque si durante el resto del año su trabajo no tiene descanso, en estos meses la mitad de los cuidadores tampoco tendrá vacaciones. Según los datos del último Barómetro del Mayor de la Unión Democrática del Pensionista (UDP), un 21,2%, los más afortunados, se financiarán ellos mismos ayuda privada para poder descansar, mientras que un 24% dispondrá de apoyo familiar esporádico y un 4,2% recibirá ayuda de los Servicios Sociales.

Luis Martín, presidente de UDP, asegura a ABC que «hacen falta más medidas de apoyo» para estos cuidadores no profesionales. «Una de las fórmulas es que se tenga más en cuenta la labor que están realizando los cuidadores en la renovación de la Ley de Dependencia que tendrá lugar en 2015. Todo estriba en recibir mayores subvenciones».

Puntualiza que gracias a pequeñas ayudas que reciben de la financiación que coordina el Ministerio de Sanidad, llevan cuatro haciendo posible que se imparta el programa «Cuidarelax» con el que el cuidador puede acudir de forma gratuita, de jueves a domingo, a un balneario mientras recibe apoyo y asesoramiento psicológico para recargar pilas y realizar su tarea de una mejor manera. «Se trata tan solo de un respiro para ellos, una pequeña compensación por un trabajo muy intenso y silencioso que realizan de forma oculta tantas personas mayores de 65 años».

Sin embargo, Luis Martín apunta que «no es suficiente» porque hay familias que están en situaciones límite y necesitan mucho apoyo y servicios para atender a sus familiares dependientes. En el caso de los cuidadores de personas dependientes (excluidos los mayores de 65 años), el 36,7% no recibe ninguna ayuda, solo un 11,2 % puede pagar los servicios de un cuidador y un 3,6% recibe apoyo de los Servicios Sociales, mientras que el porcentaje de los que tienen ayuda familiar aumenta hasta un 48,5%.

Respecto al tiempo que llevan realizando este trabajo, en el caso de los cuidadores mayores de 65 años, en el 86,3% la media es de 11 años; y, entre la población general, el 81,9 % lo hace desde hace 7 años.

En total el 13,6 % de las personas mayores son cuidadoras de dependientes y el 15,8 % de la población general ayuda regularmente a otra persona que sufre de algún tipo de minusvalía para realizar sus tareas diarias.

www.abc.es/familia-mayores/20140709/abci-respiro-mayores-cuidadores-201407091145.html



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