23 Oct Niveles elevados de leptina protegen contra la demencia en la edad adulta.
La hormona ayuda a mantener el peso corporal normal.
2024. 65Ymás
Patricia Matey
La enfermedad de AIzheimer (EA) es la principal causa de demencia y afecta la vida de millones de personas en todo el mundo. Cada vez hay más evidencias que sugieren que la obesidad en la mediana edad contribuye de manera importante al riesgo de desarrollarla, como describe un estudio de ‘JAMA Neurology’.
Esto ha generado un creciente interés por desentrañar los mecanismos que vinculan la obesidad con el alzhéimer, que potencialmente se extienden a través de vías vasculares, genéticas y metabólicas.
El estudio del tejido adiposo ha permitido obtener importantes conocimientos. Este que en el pasado se consideraba un reservorio pasivo para el almacenamiento de energía, ahora se considera parte del sistema endocrino y secreta un grupo de péptidos bioactivos, conocidos como adipocinas, que ejercen efectos pleiotrópicos autocrinos, paracrinos y endocrinos en la periferia y en el sistema nervioso central.
La leptina es una adipocina responsable del control central de la ingesta de alimentos y la homeostasis energética, y se la ha implicado en una variedad de funciones neurofisiológicas, incluido el desarrollo cerebral, la neurogénesis y la neuroprotección.
Nuevas evidencias
Ahora llega un trabajo que constata que niveles altos de leptina, una hormona que ayuda a mantener un peso corporal normal, están asociados con una mejor transmisión de señales de la materia blanca cerebral en adultos de mediana edad, según un estudio del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio (UT Health San Antonio).
«Los hallazgos respaldan el papel conocido de las variaciones de leptina en el riesgo de demencia en la edad adulta al relacionar su deficiencia con cambios en la estructura de la materia blanca, que es un evento temprano en el proceso de deterioro cognitivo debido a la enfermedad de Alzheimer o la demencia vascular», ha declarado Claudia Satizabal, profesora asociada en el Instituto Glenn Biggs para el Alzheimer y Enfermedades Neurodegenerativas en UT Health San Antonio.
Satizabal es la autora principal del estudio titulado «Biodisponibilidad de la leptina y marcadores de atrofia cerebral y lesión vascular en la mediana edad», publicado en ‘Alzheimer’s & Dementia’.
Debido a los efectos de la leptina, se ha considerado un mecanismo plausible en la vía que lleva de la obesidad a la enfermedad de Alzheimer. El estudio lo respaldan los hallazgos que vinculan los niveles más altos de la misma con un menor riesgo de desarrollar la patología neurodegenerativa y deterioro cognitivo leve, así como con mejores indicadores estructurales del cerebro en adultos mayores
Aun así, los estudios realizados en individuos más jóvenes no han detectado asociaciones entre la leptina y los indicadores tempranos de daño cerebral que preceden al riesgo de demencia en la edad adulta. Los investigadores del nuevo ensayo en UT Health San Antonio se propusieron obtener más información sobre las posibles relaciones de la leptina con la carga neurodegenerativa y cerebrovascular.
En concreto, investigaron las asociaciones de los marcadores de leptina con la función cognitiva y las medidas de atrofia cerebral y lesión vascular mediante resonancia magnética en adultos sanos de mediana edad.
Realizaron evaluaciones neuropsicológicas de 2.262 participantes cognitivamente sanos del ‘Framingham Heart Study’, un estudio de cohorte cardiovascular a largo plazo de residentes de Framingham, Massachusetts, que abarca tres generaciones y ahora es un proyecto del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de EEUU en colaboración con la Universidad de Boston.
Las mediciones
Los científicos midieron las concentraciones de leptina, su receptor soluble de leptina y su proporción, conocida como índice de leptina libre, que indica la biodisponibilidad de leptina, mediante ensayos inmunoabsorbentes ligados a enzimas. Las mediciones cognitivas y de resonancia magnética se derivaron utilizando protocolos estandarizados.
Los resultados mostraron una mayor asociación del receptor soluble de leptina con una menor anisotropía fraccional, un biomarcador de la integridad de la materia blanca cerebral, y una difusividad media esqueletizada de ancho de pico, un marcador de imagen de la lesión de la materia blanca. En consecuencia, un mayor índice de leptina libre se asoció con una mayor anisotropía fraccional.
Estos resultados fueron replicados en un estudio que incluyó a 89 participantes hispanos cognitivamente sanos de San Antonio, realizado por MarkVCID, un consorcio de centros médicos académicos de Estados Unidos cuya misión es identificar y validar biomarcadores para las enfermedades de los vasos pequeños del cerebro que producen contribuciones vasculares al deterioro cognitivo y la demencia (VCID).
En conjunto, los investigadores concluyeron que una mayor biodisponibilidad de leptina estaba asociada con una mejor integridad de la materia blanca en adultos sanos de mediana edad, lo que respalda el supuesto papel neuroprotector de la leptina en el riesgo de demencia en la edad adulta.